Serafina - Adam

➍

Te encontrabas sentada en la orilla de aquel río cristalino, mientras que Adam intentaba pescar peces lo cual no le iba muy bien que digamos, ya que se les escapaba, lo cual ya se estaba enojando.

Así que frustrado lanzo si caña de pensar y se sentó a tu lado, lo miraste y comenzaste a reír por su comportamiento, lo cuál solo te miro mal y se cruzó de brazos.

- ¿Así de rápido de rindes? - preguntaste el cual solo asintió reíste - Bueno como te rindes te voy a ayudar, pero no te acostumbres, eh

Dicho eso de sus manos salió un brillo que entró el río y comenzaron a salir los peces cayendo al frente de Adam el cual comenzó a recogerlos rápidamente en una canasta que hizo el mismo.

- Con ésto comeré está reventar - grito acabando de recoger todos los peces

Solo rodeas te los ojos, este hombre solo pensaba en comer todo el tiempo, lo viste y reíste estaba saltando con la canasta en sus manos.

Y así como lo dijo comió asta que no pudo más y quedó derrumbado en el piso, la serafina volaba a su alrededor ya que Adam no se movía y parecía no respirar, si que comió mucho pensó, se sentó a su lado esperando que despierte de su profundo sueño.

[....]

Adam fue abriendo los ojos con pereza, lo primero que vió fue a la chica que estaba sentada flotando, parecía estar dormida ya que no se movía. Este se levantó sin hacer ruido para acercarse a la serafina nunca la había visto tan de cerca debía admitir que eras linda.

Se acercó más para ver detalladamente su aurora junto con sus alas, el aro en su cabeza era tan brillante acercó sus manos a las grandes alas blancas justo cuando las iba a tocar ella despertó.

- Ujum, ¿que haces? - este asustando retrocedió rápidamente - Uno no puede dormir porque ya se les acercan mucho

Este no respondió su corazón estaba palpitando como si se fuera a salir qué sensación tan rara; pensó, además su cara estaba ardiendo sentía cosquillas asi que de giro para que no lo notes.

- Solo sentí curiosidad - digo para comenzar a cambiar a quien sabe dónde

Está solo rió y comenzó a volar atrás de él viendo por donde se dirigía, a ningún lado siendo exacto.

- ¿Los angeles envejecen? - pregunto de la nada a lo cual te quedaste pensando

- Mmm, no, no envejecemos - respondiste - Sigo teniendo mi apariencia desde la creación del cielo, creación de los serafines, arcángeles....bueno ya sabes - dijiste poniéndote a su lado

- !Eres demasiado vieja, entonces¡, ja,ja,ja,ja - lo miraste mal ante su comentario te cruzaste de brazos mientras seguías volando - Pero eres linda más que linda mucho más, cómo decirlo - comenzó a decir sin darse cuenta a lo cual reíste

- Pueda que tenga millones de años de existencia, pero tengo mucha sabiduría y dones que dar. !Ay no¡ eso ya somo muy de vieja - Adam comenzó a reír mientras te daba un codazo - Bueno a  lo que te refieres de linda, eso es un halago ¿no?, viniendo de ti eso es sorprendente

- Supongo que lo es, pero siéntate considerada de que alguien como yo acepte que eres bonita o linda - sonrió con confianza mientras decía eso

- Ah, entonces me sentiré halagada de alguien como tú acepte que soy bonita, ush qué engreído que eres - mencionaste con un gran sarcasmo alte lo primero que dijiste - Por eso te dejaron tus dos esposas

- Comenzaste con lo que me dejaron, era mucho para ellas, no soportaron tanta belleza, además se lo pierden ¡soy la primera verga! ¡el primer hombre! de ahora en adelante me diré Don verg - no puedo decir lo último ya que fue golpeado por ti qué insolencia hablar de esa manera enfrente de un arcángel; pensaste además ¿cómo aprendió eso?

- No seas un degenerado y mal hablado, ¿de dónde aprendiste eso?, yo nunca he dicho tales atrocidades como las que tú dices vaya hombre - lo regañaste mientras el se frotaba el lugar dónde lo habías golpeado

- Respondiendo a tu pregunta de dónde aprendí eso fue que comí la fruta de la sabiduría, la manzana, Dios me dio permiso esos meses que estuve solo me dijo que podía, de ahí aprendí eso. Bueno aunque esas palabras son ciertas - explicó mientras miraba al ángel de mala manera por haberlo golpeado

- ¿Qué probaste....?, bueno no me sorprende que te haya dejado, "el favorito de Dios", por lo que veo pero enfrente de mí no digas esas tales vulgaridades - lo volviste a regañar

Adam solo asintió, se recostó en un árbol ya que se había cansado de caminar sin rumbo alguno, lo seguiste sentandote enfrente de él, comenzando a hablar de varias cosas que el te preguntaba y tú le respondías.

- Ya no se que preguntar - comentó Adam por lo cual empezó a pensar que más decir, algo vino a su mente - ¿Qué tal si me cuentas la historia de Lucifer?, aquel quita esposas, si puedes volverlo vida con tus poderes, anda tengo curiosidad - suplico a lo cual lo miraste dudosa porque de repente quería saber su historia pero igual no hacía malo contarle - También me dijiste que te te juntabas con él y hasta intentabas ayudarlo en lo que proponía me gustaría, también saber eso

Asentiste y el de puso cómodo para escuchar tu relato, de tus manos salió ese peculiar brillo dorado formando figuras, aquellas figuras eran tu y Lucifer antes de ser desterrado al abismo.

Esto sería interesante pensó el primer hombre.