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Desde el cielo se encontraban aquellos angeles Michael y Azrael mirando todo mientras que el arcángel saltaba por todos lados como un complemento loco

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Desde el cielo se encontraban aquellos angeles Michael y Azrael mirando todo mientras que el arcángel saltaba por todos lados como un complemento loco.

Azrael solo rodeo los ojos.

- Ya cálmate, nos van a hablar por hacer mucho ruido

- Es que es demaciado lindo, no viste le hizo una corona - hablo emocionado - ¿Además la viste?, tomo su forma humana solo por el, yo gano, yo gano

Michael sonrió con orgullo, estaba apunto de volver a hablar pero fue callado por una mano en su boca, Azrael le tapó la boca para que se calle de una vez.

- Ya cállate - recalco el chico - ¿Si quitó mi mano ya no hablaras? - pregunto a lo cual Michael asintió y esté quito su mano

[....]

Ahora situándose dónde ustedes, estaban caminando por los alrededores de aquel grande jardín. Seguías con aquella corona de flores, sin aquellas alas.

Sentías la mirada de Adam en todo momento, no te incomodaba a si que no le decías nada, sin aquellas alas te sentías bien, como alguien normal si se podría decir así.

- Ya a pasado mucho tiempo de que estás aquí - hablo a lo cual asentiste - En algún momento de iras ¿verdad?

Lo último lo dijo con tristeza.

- Si, después de todo fui mandada por un tiempo - respondiste con una sonrisa - Además debo regresar a hacer mis labores

- ¿Y si mejor te quedas? - negaste

- No puedo, yo pertenezco arriba - respondiste mirando aquel cielo azul

Adam sonrió con tristeza, no quería que regreses al cielo, pero no podía hacer nada, tu pertenencias arriba y el en la tierra, tu lugar era arriba y lo entendía pero se rehusaba a pensar que en algún momento te irías.

Pero cuando su nueva esposa fuera creada tú regresaras, solo estabas con el para no dejarlo solo en aquel grande jardín.

No quería, no quería eso quería que te quedes para siempre con el. Eso era muy egoísta de su parte, no le importaba para nada solo quería que estés con el.

- ¿En que tanto piensas?

Salió de sus pensamientos al ver aquella serafina cerca de su cara analizando si estaba bien, ante la cercanía Adam solo se puso rojo y no dijo nada.

- ¿Estás enfermo? - volvió a preguntar a lo cual negó rápidamente - ¿Entonces?, tienes la cara roja es un ignicio de que te vas a enfermar

Adán sonrió y se fue acercando más a ti, cerrando los ojos lentamente, quería sentir los labios de la serafina, pero eso nunca pasó confundido abrió los ojos, para su sorpresa ya no estabas enfrente de él giro su cabeza para buscarte y te vio a su lado con una sonrisa.

- ¿Que estabas haciendo?, se veía gracioso - pregunto mientras contaba una pequeña risa

- No estaba haciendo nada - hablo cruzándose de brazos - Solo quiera....mejor olvídalo

- Si tú lo dices, lo olvido

Adam por fuera se veía serio, pero por dentro estaba muerto de nervios además sentía vergüenza, de haber intentado hacer eso, pero algo en el le dijo que tenia que hacerlo e hizo caso pero no salio cómo quería.

En cambio tú no entendías que trato de hacer, tampoco esque te importará mucho, te causo gracia.

Talvez en otro momento lo podria intentar.

Y haci comenzaron a caminar de vuelta al hogar que Adam había construido con tu ayuda, aunque casi todo lo hiciste tú.

Adam estaba perdido en sus pensamientos, se le venían tantas cosas a la mente para acercarse más a ti. Lo mirabas con curiosidad te que tanto estaba pensando en esa mente de él.

Una idea surgió rápidamente; tomarte de la mano para seguir caminando.

Tengo buenas ideas, yo puedo

Así como lo pensó se fue acercando un poco a ti sin que lo notaras acercó su mano a la tuya despacio hasta que puedo tocar tu suave piel trago duro antes de entrelazar sus manos su cara se volvió roja de nuevo.

Al sentir que te tocaba giraste a verlo, y viste sus manos no dijiste nada tampoco entendías por qué lo hizo, pero no te importaba supongo que era algo normal ¿no?.

- Después te pierdes...y tomando tu mano no lo harás, ya mismo oscurece - todo lo dijo sin mirarte estaba apunto de desmayarse de los nervios

- Tienes razón - reíste

Caminaron agarrados de la mano mientras hablaban aunque la que más hablaba eras tú, ya que Adam estaba sumergido en sus pensamientos y en los suaves que eran tus manos.

Todo esto fue visto por aquellos dos ángeles ya saben quiénes son Azrael y Michael.

Hubo una tercera persona más el mismísimo y grandioso creador de la tierra Dios.

Una sonrisa se formó en la cara del soberano pero a la vez de tristeza si Adam está enamorado de la serafín será imposible que él se quiera separar de ella, no creía que esto era posible.

En cambio pensó en la serafina de hecho, no sabía nada que eran los sentimientos, ni nada de eso después de todo solo un antiguo ángel o mejor dicho ángel caído fue el único que se enamoró.

Eso lo puso a pensar después de todo ya había creado una esposa para que el primer hombre, pronto tendría que alejarse de la serafina y ella tendría que retirarse de nuevo el cielo. Seguramente Adam no la dejara irse. Dios puede sentir los sentimientos.

Y dentro del corazón de Adam solo hay amor para aquella serafina.

Y dentro del corazón de Adam solo hay amor para aquella serafina

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Serafina - Adam Donde viven las historias. Descúbrelo ahora