XXX

416 56 6
                                    

-¿Puedes acaso hacer algo bien?

Chillo el menor de la casa mientras James bajaba los muebles del camión de mudanza, ahora era un peligro estar con el viejo matrimonio Potter, Los mortifagos se habían enterado de los dos embarazos y eso significa peligro porque casi atentaron contra la vida de todos una noche.

Ahora estaban dispersos, Remus y Lucius se fueron a la otra esquina del país como cuidadores a Severus, Barty, Lily y Narcissa.

En la otra punta estaban Regulus y James, Quienes eran cuidados por Sirius, Peter, Marlene y Dorcas.

Peter había sugerido que el fuera el guardian así que aceptaron, después de todo confiaban en el, Regulus estaba en el sofá más pequeño comiendo pastel con mostaza, su embarazo de ya siete meses era muy complicado... De sobre llevar.

Comía cosas asquerosas.

Lo único bueno de todo esto es que Harry, El bebé de estos dos era un niño muy tranquilo en la panza hasta que escuchaba la voz de James, por eso James casi siempre no hablaba porque Harry se emociona y lastima a Regulus con sus patadas.

-Bebe, debes entender que yo no soy una mansión para que a ti te provoque jugar fútbol.

Dijo Regulus mientras acariciaba su barriga hinchada, esto hizo reír a los demás, Pandora se arrodilló para pegar su manito de la panza de Regulus ganándose una patada del bebé.

-que hermoso.

-hermoso el dolor que me da cuando le provoca correr como-...

James tapo la boca de Regulus antes de que dijera algo eso hizo que El menor lo mirara.

___________________________________________

El Objetivo no eran los Potter, el objetivo eran los Lupin, quienes estaban rompiendo el sistema de los Malfoy y los querían muerto, el único nieto de los Malfoy, era un mestizo y de un hombre lobo.

Esa noche los Lupin estaban solos, el único despierto era Lucius quien había visto por la ventana a los mortifagos llegar a la casa, tenía un poco de tiempo antes de que entraran, El ya estaba aceptando cualquiera cosa menos vivir un mundo sin Remus y sabía cómo era su esposo.

Mientras levitaba a su esposo hasta la chimenea y los trasladaba a la casa de James y regulus, se quedó solo mirando a su pequeño bebé dormido, era idéntico a el, Remus tal vez no lo extrañaría tanto si veria a Draco.

Pegó al rubio contra su pecho mientras escuchaba los hechizos de fondo.

-Si algún día te dicen que me fui, muy lejos, no les creas. -Aleje un poco al bebé que ya estaba abriendo los ojos y buscaba sentarse para acomodar su chupón, sus ojos, eran hermosos, iguales a los míos esos me hizo reír- a veces cuando cierro los ojos y te me parece verte, me parece verte. hermoso, fuerte, feliz.

Los ojos grises casi azules de Draco me miraban curiosos, sus pequeñas manos estaban en mi mejilla limpiando mis lágrimas que no paraban de bajar, me trate el llanto que quería salir de mi garganta para no alterar a Draco, quien aun estaba medio dormido.

Seguí porque sabía que Draco no iba a hablar.

-Yo siempre voy a estar acá, Cuidándote, queriéndote, nunca te olvides de eso ¿Sabes? Te quiero mucho, amor.

Y se escuchó una explosión, así que me levanté rápidamente senté a Draco en la chimenea con su maleta y agarre los polvos para trasladarlo a la casa de regulus y James.

Una vez deje de ver a mi bebé, agarre mi varita apunte la chimenea y sonreí triste.

-Bombarda maxima.

Y otra explosión, corrí piso arriba a mi habitación, debía fingir que habían personas en casa, acumule las almohadas de Draco en su cuna y después en el lado de Remus para acostarme en mi cama.

Sonreí levemente abrazando la almohada de remus, aún tenía su olor, era tan dulce como un chocolate Pero amargo, hermoso.

Sonreí y pegue mi cara a la almohada dejando que las lágrimas cayeran de mis ojos, deje mi varita en la mesa de Noche y puse la grabadora muggle encendida, En un cajón, al menos si moría debía ayudar.

-Vaya vaya, Lucius.

La voz... Mierda, era la voz de Peter.

Abrí mis ojos asustado para mirar al que fue uno de los mejores amigos de mi pareja, Mordí mi labio inferior para después ver cómo se acercaba con cautela a la cama donde estaba.

-¿Peter? ¿Que haces acá?

-¿Yo? Yo solo vine a ayudarte a escapar... Obvio.

Entre Cerré mis ojos, detrás de el habían sombras y negué.

-No mientas, puedo verlos por el pasillo.

Eso hizo que el gesto de Peter se torciera y después risa espeluznante, Sonreí levemente al ver la pálida persona entrar a la habitación.

-Se nota que eres un Slyterin, astuto.

-Gracias.

-dame al niño y al hombre lobo, podrás vivir.

-Ellos están dormidos, no voy a permitir que le hagas daño a nadie en mi familia, Voldemort.

Dije amargamente mientras lo miraba enojado, El levantó su varita cuando agarre la mía lo apunté con esta.

-No te tengo miedo, Traidor y mestizo de cuarta.

Eso hizo que el gesto de los dos cambiará a uno más oscuro, Los dos me apuntaron con la varita y yo sonreí, esto iba a tardar y iba a ser duro pero que acababa con ellos lo hacía, no iba a dudar.

Nuestra Historia  (terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora