2.

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Mía

—¿Donde estás?— pregunté mordiéndome las uñas. Tenía toda la mañana marcando a su celular pero jamás contestó hasta ahorita.

Tengo el hábito de morderme las uñas cada que Beomgyu desaparece así que por el momento ya no quedan mucho de ellas. Solo el recuerdo.


Al igual que lo nuestro.


El inicio de nuestra relación pareció sacada de un cuento de hadas. Beomgyu siempre fue muy lindo y me apoyó en cada proyecto emprendido, haya sido por parte de la universidad o de mi trabajo de medio tiempo. Después de cinco meses de relación y al ver que nos era imposible vernos por cuestiones de trabajo, tiempo, entre otras cosas más, decidimos que lo mejor era irme a vivir con él así que me mudé a su departamento. Vendí las cosas innecesarias y solo llevé cosas básicas como ropa, productos de higiene personal, entre otras.


Todo iba perfecto, o bueno, al menos para mi, hasta que Beomgyu comenzó a salir de gira con la banda y por consiguiente dejamos de vernos a menudo; él comenzó a reclamarme por no poder acompañarlo y solo llegó a la conclusión de que lo mejor para ambos era que dejara de trabajar, es decir, renunciar a mi trabajo.



Por supuesto que no estuve de acuerdo, pero al ser tan insistente hizo que repensara la situación al menos dos veces y terminé renunciando para acompañarlo durante las giras. Mi amiga Natty me dijo que estaba loca, que eso no se hacía, que Beomgyu era una red Flagg andante y que debería terminar con él.




Pero no lo hice. Por otra parte, las giras con Beomgyu hicieron que me alejara de mi mejor amiga.




Ahora ya no tengo a nadie, solo a él.




—Yah, estás exagerando Mía— respondió restándole importancia.—Ahorita estoy ocupado, te llamaré más tarde, ¿va?





—Amor, pero—




—Hablamos luego— me colgó.




La mano que sostenía el celular en mi oído comenzó a temblar debido a la tristeza causada en el momento. Intenté sostener la respiración por un instante pues es cuestión de tiempo que comience a llorar de nuevo. Lleva haciendo esto varias semanas; desaparece y luego, cuando por fin logro comunicarme con él, dice que vendrá a casa o que me llamará de vuelta pero no lo hace.




Y eso no es lo peor de todo, no, cuando vuelve a casa viene fuera de si, ebrio, mal oliente; solo se tira a la cama y balbucea muchas cosas, nunca comprendo lo que dice. Supongo que esta vez no será la excepción.



Dejé a mi familia, amigos, trabajo, todo lo dejé por él, ¿y que hace? Se va a emborrachar a quien sabe a donde con quien sabe quién.



Estoy harta.




Pero a la vez me duele el corazón.




Y no, no puedo simplemente dejarlo. Lo amo.





(...)






¿Labial?— toqué la comisura de sus labios y pasé el dedo agresivamente para quitarle el maquillaje. Claramente no es de él. Beomgyu sólo sonrió burlón. —¿Qué te parece tan gracioso?— me jaló de la muñeca y me atrajo hacia él. Intenté soltarme pero no pude, él es más fuerte.




Yah, ¿aún así no me vas a dar el beso de bienvenida?—soltó una risita burlona y me soltó con la misma velocidad con la que me acercó.




Tomorrow by Together | one shotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora