Te conocí...(2/2)

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Nuestros protagonistas tomaron asiento adelante, por supuesto ahora Goku tenía a su lado a aquella chica de ojos azules que miraba al frente.

Su mirada le producía paz, un rostro angelical que muy pocas veces él lo haya notado en las mujeres, pero aquella que tenía a su lado era especial.

Aquellas miradas inconscientes le producían sensaciones de ilusión, pero claro talvez ella sienta lo mismo o no.

Vegeta y Lazuli estaban detrás repartiendose besos entre sus labios, Goku miro por esa vista que le ofrecía su auto hacia la parte trasera, no pudo decir nada en ese momento, debía de conversarlo personalmente con Vegeta.

—Uff hace demasiado calor, ¿no lo crees? —dijo Vomi con una mirada agitada hacia Goku—.

—Si, hay demasiado calor dentro de aquí —acto seguido abrió las ventanas permitiendo la ventilación—.

Había cierta química entre ellos, ella se sintió cómoda con un hombre después de mucho tiempo, aunque no lo expresaba ella estaba segura de su decisión.

—Vamos al de siempre, ¿Vegeta? —dijo Goku—.

—Ya sabes la respuesta —contesto el principe—.

El bar donde ellos solían ir tenía una temática moderna, gente adinerada iban allí a celebrar con sus seres queridos o sus amigos, gente importante, etc.

Se estacionó en el mismo lugar de siempre, se desabrochó el cinturón y salió del auto para ir en lugar de la castaña y abrirle la puerta, justo en ese momento ella le tomo la mano, Goku estaba un tomate ya que no se lo esperaba el contacto con ella.

Vegeta salió del auto junto con Lazuli, ambos saiyayines dirigieron sus miradas había el bar, era grande, sin perder tiempo decidieron entrar al lugar.

—Pero miren a quien tenemos, Son Goku y Vegeta Ouji —dijo una voz conocida para ambos saiyayines— y unas hermosas damas, ¿en que les puedo servir?

—Tus halagos para otro día Zaiko —dijo Vegeta— estas damas y nosotros queremos algo suave para empezar.

—¡¡Enseguida!! —dijo el cornudo para empezar a preparar— ¿que tal te va en el trabajo con Freezer?

—Humpf, es un infierno  —dijo un Goku abrumado—.

—Parece que no vinieron solos —dijo Black que estaba al lado de ellos— un gusto saludarlos, Goku, Vegeta y ¿que tal estás bellezas?

—Calmate amigo —dijo Zaiko— no quiero problemas como la última vez.

—Humpf, allá tú —dijo Black— Son Goku tenemos una cuenta pendiente.

—Pues déjame decirte algo —dijo el pelipalmera— más te vale que no estorbes, de lo contrario estarás hecho polvo.

Después de ese encuentro, los 4 se conocieron mucho mejor, ya era muy tarde y todos tenían que volver a sus hogares, Vegeta acompaño a Lazuli a su hogar, Goku acompaño a la castaña que estaba algo mareada.

—Aquí~ e-es~ —dijo la ojiazul— ¿p-puedes venir conmigo? —lo dijo en un tono necesitada y se veía muy tierna—.

—No puedo —dijo Goku cargándola en sus brazos— estás muy ebria debes de descansar, dame tus llaves.

La ojiazul hizo caso sumisa ante la petición del saiyayin, el saiyayin vio como sus ojos se formaron como un corazón, fue la gota que derramó el vaso sin embargo Goku no se quería aprovechar de ella.

La dejo en su cama recostada, él la miraba y como todo hombre, sentía como una atracción hacia ella, sabía que eso estaba mal, miro a la luna a través de su ventana esperando que se le pasará los efectos del alcohol, le dolía la cabeza y aún se mantenía cuerdo.

Quería cerrar ojos y dormir en aquella habitación era una locura, no quería hacerlo de pronto sintió como alguien bostezaba, volteo a ver a la castaña que se había levantado.

—Diablos~ —dijo la ojiazul— no debí de tomar tanto~.

—Vaya ya te recuperaste —dijo el pelipalmera sonriendo—.

—¡¡Ahh!! ¡¿Tú que haces aquí, que acaso lo hemos hecho?! —se sonrojo de inmediato—.

—No, claro que no hemos hecho esa clase de cosas a la que tú te refieres —rasco su nuca— estabas ebria y no podías caminar, así que te traje a tu casa.

—Pues debería agradecertelo —dijo Vomi con sinceridad— ya es muy tarde para que vayas a tu casa.

—No te preocupes —dijo Goku— me las puedo arreglar solo —entendio las palabras de la castaña— ¿ehm? Insinuas que me quedé a dormir en tu casa?

—No grites tanto, la gente puede oírte —dijo la castaña tranquilizando— me da vergüenza decirlo~ ¿pero puedes dormir conmigo? Hace bastante frío~ —froto sus manos— iré a ponerme algo pero no voltees.

Goku tragó saliva y miro a la luna a través de su ventana, cuando Vomi le dió la orden a Goku de voltearse volteo y lo que vió lo dejo boquiabierto.

—Sabes que~ mejor me voy~ esto es demasiado!! —asustado salto por la ventana y se trepó por las ramas de los árboles cayendo seguro al piso— ¡¡nos vemos otro día!!

Acto seguido entro a su auto y para su mala suerte no entendía, esto no le podía estar pasando, siguió intentando y era inútil, vio a la castaña que salió de su hogar y se dirigió hacia su auto.

Bajo la ventana del auto

—Tus intentos de seducción no funcionarán conmigo —dijo Goku cruzando los brazos—.

—Vamos tonto, sube o se te hará tarde llegar a tu trabajo, también tengo que trabajar mañana —Goku se quedó sin remedio, salió del auto y se adentro con Vomi a su hogar—.

Como no tenía con que dormir el pelipalmera se quitó la camisa dejando ver su buena musculatura sonrojando aún más a Vomi que estaba roja y se hizo a un lado de la cama, sacó sus pantalones y se quedó solo en boxer.

Una vez quedó así se subió a la cama junto a la castaña, olfateo su cabello y olía bien, como a fresas, sintió la respiración algo agotada por parte de Vomi.

—¿Que pasa, estás bien? —pregunto el saiyayin—.

—Solo estoy cansado G-Goku~ —le dió una mirada que solo Goku podía entender—.

Está sensación querían los dos, la sensación de tenerse el uno al otro cuando más se necesitaban, Goku se acercó más apegando su cuerpo a la de la fémina mientras puso su mano entre su cintura, la castaña no opuso resistencia ante los toques del saiyayin que parecía disfrutarlo.

—Ohh~ —Goku sintió algo en su entrepierna moverse— perdón, me iré a dormir.

—Que tengas buenas noches~ —dijo Vomi para después cerrar los ojos—.

𝑷𝒂𝒔𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora