Con un equilibrio inestable, logré llegar hasta el auto. Saqué mi teléfono y busqué paño para limpiarme la sangre del rostro mientras esperaba del otro lado de la línea.
El tono se mantuvo por varios segundos hasta que tomaron la llamada.
— Hey, chico pelirrojo. ¿Qué sucede? —puse el celular en altavoz colocándolo en el otro asiento y encendí el auto comenzando a conducir apresuradamente mientras retenía un cúmulo de sangre contra mi frente.
— ¿Dónde estás?
— Eh... en el bar de Boris. ¿Por qué? —mientras hablábamos, mis ojos inspeccionaban cada rincón de la calle en lo que conducía.
— Bien. Estoy cerca de la feria Happy Word, por el estacionamiento. Dile a tus hombres que vengan ya y revisen toda la zona. ¡Es urgente!
— ¡Espera, espera! Te escuchas agitado. ¿Qué pasó?
— El niño fue raptado.
[ . . . ]
Durante las siguientes dos horas, mis compañeros y yo buscamos en toda la colonia y un poco más allá. Interrogamos a vagabundos, algunos drogadictos y trabajadores de locales, pero nadie conocía a la pandilla de delincuentes que describí, ya que al parecer eran relativamente nuevos en la zona y por obvias razones, nadie sabía nada de ellos.
El día terminó con mi derrota.
Me coloqué un paliacate alrededor de mi frente para hacer presión en la herida y aguantar un poco más, pero el sangrado no se detenía.
Regresé a la mansión Hellsing a punto de desmayarme y en la entrada, me esperaba Nina (con veinticuatro años en ese entonces).
— ¿Jordan? —me desplomé cuando estuve frente a ella y me sostuvo como pudo impidiendo que cayera al suelo—. ¡Jordan! ¿Qué te pasó? ¿Y el niño? —No dije nada, pero mi mirada sombría le confirmó con horror lo que llevaba pensando desde que me vio llegar herido y en solitario.
— Debo... hablar con mi padre y el señor Greg —indagué débilmente sintiéndome mareado.
Ella colocó mi brazo sobre sus hombros para ayudarme a mantenerme en pie.
— Primero, vamos a curarte eso —afirmó, ayudándome a entrar y subir hasta su habitación.
Lavó, desinfectó la herida y me colocó un vendaje en la cabeza cuidadosamente.
Ella y yo éramos relativamente cercanos. Nina solía ser muy cariñosa cuando era un niño y lo seguía siendo. Esa mujer se preocupaba más por mí que mi propio padre; podía confirmarlo por ser siempre la primera en curarme cada vez que regresaba herido.
Después de todo, éramos familia. Era como una tía.
Sentado en la cama, miraba el suelo cabizbajo y reflexivo. Tenía tanta culpa que necesitaba sacarla. Intenté explicarme mientras Nina me colocaba una venda en la cabeza.
— Nina, yo...
— Tú no tienes la culpa, Jordan —irrumpió cortante sin detener su labor.
— Si hubiera sido más fuerte, él no hubiera... —me tomó por las mejillas y me alzó la cabeza para obligarme a mirarla a los ojos.
— Fue un accidente. Esos hombres te emboscaron, pudo pasarle a cualquiera. Sólo te vencieron cuando te atacaron por la espalda, ¿estamos?
Aunque sus reconfortantes palabras quitaron un poco del peso sobre mis hombros, sabía que para mi padre y el señor Greg, no habría justificación o perdón alguno para lo que pasó.
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Mi demonio Nicolás [ VOLUMEN 2 ] DISPONIBLE EN AMAZON MX
Fiksi RemajaEl segundo volumen de la novela "Mi demonio Nicolás" nos cuenta una historia previa al presente, aquellos días en los que "El Demonio", Nicolás Beryclooth pasó sus primeros años en la mafia en los que estuvo al cuidado de su inseparable guardaespald...