Capitulo II "El Rey Del Infierno"

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Dejándote con la palabra en la boca, aquella persona al fondo de la habitación ni tuvo que darse la vuelta para notar tu presencia. A tus ojos su vestimenta era algo cómica, sin mencionar su baja estatura en comparación a ti.

- Lucifer: ¿Quieres explicarme por qué entraste a este lugar sin siquiera tocar la puerta? Es de muy mala educación, amigo mío...

El rey del infierno procede a levantarse de su escritorio para acercarse a inspeccionarte, pero en lugar de intimidarte o amenazarte, parece más bien intrigado... Como si algo de ti le llamara la atención.

- Lucifer: Y dime, ¿cómo llegaste hasta aquí? No le he dado autorización a nadie de entrar a mi oficina, ¿pero tú? ¿Acaso crees que eres especial?

Sin siquiera haberse presentado a sí mismo, su sombrero de copa y su pintoresco traje te causan algo de gracia, sin mencionar su tono de voz, el cuál es difícil de tomar muy en serio mientras él te mira de arriba a abajo. De igual manera, él parecía tener razón pero aún no podías explicar el cómo terminaste en su hogar, por lo que decidiste contarle tu historia.

- T/N: Ehhh, bueno... No sé cómo terminé aquí. Si no me equivoco, creo que me desmayé y terminé en su casa. ¿Al menos podría decirme quién es usted y qué hago aquí?

- Lucifer: No me esperaba a alguien tan valiente como tú, para ser sincero, hasta me atrevería a decir que eres un tanto descortés de tu parte...

Aquel hombre parecía estarse burlando de tu situación, pero al ser un alma recién llegada, trata de ser comprensivo y se presenta ante ti... A su manera.

- Lucifer: Bueno, hablando de nombres... Soy Lucifer Morningstar, el rey del infierno y al parecer acabas de fallecer por lo que terminaste en mi reino como un pecador por el resto de la eternidad.

Por supuesto, aquella información te deja en shock y más aún con la tranquilidad con la que te explicaba el contexto en el que te encontrabas, hasta que por fin recuerdas lo que estabas haciendo aún en vida y te miras, comprobando que efectivamente tus heridas habían desaparecido. Nada te dolía pero aún más importante, tu cuerpo había cambiado drásticamente... Tu altura y edad seguían siendo las mismas y aún conservabas todas tus habilidades atléticas pero por alguna extraña razón ahora eras una especie de... ¿Cuervo?

Conservas el mismo uniforme táctico con el que falleciste pero el mayor cambio estaba en tus manos, las cuales eran de un color rojo brillante, probablemente representando las incontables vidas que tomaste en tu trabajo; y tú rostro, el cuál ahora era semejante al de un cuervo con pico y unos ojos radiantes como la mayoría de demonios. Al parecer, tu apariencia había llamado la atención del rey del infierno por su obsesión con los patitos y el hecho de tener algo, o en este caso, a alguien que se parece o es un ave, parece ponerlo contento.

- T/N: Y... Uh... ¿Qué se supone que debo hacer ahora? ¿Seré castigado por mis acciones o algo parecido? ¿Tengo que hacer algo para redimirme o..?

Tu preocupación era comprensible, después de todo aún tenías que procesar el hecho de haber muerto, estando en un lugar completamente desconocido sin saber qué hacer ni en quién confiar. Pero por suerte Lucifer parecía estar de tu lado e incluso querer protegerte, quién te interrumpió con su actitud alegre.

- Lucifer: ¡Tú tranquilo, yo nervioso! Normalmente no aceptaría pecadores en mi palacio pero creo que haré una excepción por ti, ya que el Exterminio se está acercando y no quisiera que un alma tan vulnerable como tú, perezca tan fácilmente ahí afuera con todos esos demonios y ángeles locos. ¿Puedes creerlo? ¡Jajajaja! ¡No durarías ni 5 minutos!

Sus palabras te hicieron dudar... ¿Por qué el mismísimo rey del demonio te ofrecería refugio en su propio hogar? ¿Estaría planeando algo?

De repente, sentiste las manos de Lucifer acariciando las suaves plumas de tu cabeza y cuello pero estaba muy lejos de ser algo romántico. Su mirada era idéntica a la de un niño inocente jugando con su mascota... Aún no entendías esa obsesión que parece haber desarrollado contigo.

- Lucifer: ¿Te importa si tomo una de tus plumas?

- T/N: Uh... No, eh... Adelante, supongo.

Poco te importó que él tomara una de tus plumas, sin mencionar que al tenerla en sus manos la expresión de Lucifer expresaba una gran alegría, como si hubiera conseguido un trofeo... Probablemente la usaría para decorar uno de sus patitos de goma.

Por lo pronto, decidiste decirle tu nombre y contarle algo de tu historia mientras estabas vivo... Aunque al rey del infierno parecía costarle mantenerse enfocado o siquiera prestarte atención, ya que estaba ocupado admirando la pluma que le diste.

- T/N: Eh, creo que debería presentarme como es debido... Soy (tu nombre) y tengo 26 años.

- Lucifer: Ajá...

- T/N: No tengo idea de cómo o por qué llegué específicamente a tu palacio pero lamento todo el desastre que he causado... Supongo que lo menos que puedo hacer es agradecerte.

- Lucifer: ¿Ah? Oh, si. No es problema...

- T/N: H-hablo en serio. Emm... ¿No hay algo que pueda hacer para devolverte el favor? ¿Algo que pueda... Darte a pesar de no tener nada por ahora?

Mientras tratabas de ser educado, Lucifer seguía enfocado en sus patitos de ule y cómo usaría esa dichosa pluma... Al no conocerlo, te pareció un tanto molesto el hecho de que ni siquiera volteara a mirarte.

¿Tal vez ni siquiera le importas? Ese fue el primer pensamiento que se te cruzó por la mente al estar lidiando con todo esto completamente solo y tan de repente...

- Lucifer: No tienes a nadie más, ¿verdad?

Su voz te sacó de tu mundo y te volvió a la realidad... Apenas pudiste asentir algo apenado, ya que él tenía razón en que estabas solo y por más que tuvieras familia en el infierno, probablemente no querrían saber de ti.

¿Qué estaría planeando el rey del infierno contigo?

Continuará...

Mi Pequeña Ave [Lucifer x Lector]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora