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Keith G. POV.
Fue hace unos diez años que lo conocí.
Tenía ocho años, lo vi por primera vez en una clase de hechizos. Era un niño verdaderamente torpe, sus hechizos que, eran facilismos, no lograba hacerlos y lo único que hacía era un desastre en el salón, pero a pesar de eso, tenía buenas calificaciones, aunque no me explico como.Él siempre pasaba reunido con su gran grupo de amigos en los descansos de las clases, ellos si podían manejar bien la magia, todo lo contrario con ese tipo, sin embargo, tenía un talento espectacular en la pintura; esas obras que pintaba eran preciosas y dignas de ser admiradas.
A mí nunca me interesó el arte y desde niño siempre fui muy solitario y me costaba hacer amigos que no me presentarán mis padres, en primer lugar no tenía tiempo para nada más que la escuela y mis deberes reales, puesto que soy hijo único y, por lo tanto, el siguiente rey, pero era inevitable asomarme al salón para verlo crear aquellas hermosas obras; verlo superconcentrado frente al lienzo, con pequeñas manchas de pintura en sus mejillas, con una linda sonrisa mientras tarareaba una melodía qué posiblemente inventó el mismo, de alguna manera... Me resultó muy tierno.
Ahora me dirijo hacia el salón de arte para verlo, esta ha sido parte de mi rutina durante la escuela, luego de terminar con las clases voy a ver lo que hace. Me asomó en la puerta y ahí está ese chico completamente solo en aquella gran sala, dibujando con un pincel muy largo sobre el lienzo con una sonrisa como es usualmente. Como si hubiese notado mi presencia, pronto me dirigió la mirada y sonrió lentamente.
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-Hola, ¿está buscando a alguien? -preguntó muy amable. No respondí, solo hice levitar el pincel qué anteriormente estaba usando y lo atraje hacia mí. -¡Oye, eso es mío!
-Es un hechizo bastante fácil, ¿cómo no pudiste hacerlo en clase? -indagué, me respondió con un puchero.
-No soy bueno en la magia porque no me gusta, no como pintar. -dijo serio. -¿Puedes darme el pincel, por favor?
-No. -respondo seco. -Yo quiero tenerlo. -usualmente, cuando actúo de esta manera, simplemente me responden frases como "Por supuesto, su alteza", "Eso y todo lo que quiera, majestad", pero su respuesta me dejó confundido unos instantes.
-No deberías quitarle las cosas a los demás solo porque si, eso es muy maleducado. -regañó. -¿Al menos sabes como usarlo? Niño malcriado.
Me quedé callado por unos instantes, ¿cómo me dijo?
Él suspiró. -Bueno, supongo que el príncipe puede tener todo lo que quiera. -momento, ¿si sabía quién era yo y aun así me habló de esa manera? -Pero debes pedir las cosas amablemente cuando no son tuyas. -volteó nuevamente y abrió un cajón del caballete y sacó otro pincel.
-¿Por qué me regañas por un solo pincel cuando tienes muchos más? -reclamó mientras me acerco a él.
-Porque ese es mi favorito, fue el primero que hice con ayuda de mi papá.
-¿Tu padre trabaja con madera? -pregunto.
-Es su hobby, en realidad él se encarga de construir casas y mamá las decora. -oh, son diseñadores de viviendas...
-¿Qué estás pintando? -pregunto mientras me posicionó detrás de su silla para ver mejor su obra.
-El palacio real de Goldenland, me encanta lo bello que es el castillo, sus colores y su estilo, simplemente me fascina. -me explica con una gran sonrisa mientras hunta un poco de pintura sobre el nuevo pincel y se dispone a seguir con su obra.
Nunca había conocido a un niño tan terrible con la magia ni uno tan extraordinario con el arte hasta ese día. Siempre lo he visto a la distancia, pero ahora me encuentro detallando su rostro con mi mirada, viendo cada facción, sus hermosos ojos, sus rosadas mejilla, su cabello ligeramente alborotado, es demasiado lindo para ser verdad.
-¿Por qué no estás con tus amigos? -suelto de repente.
-A ellos no les gusta mucho el arte, así que por eso estoy solo aquí mientras ellos practican sus hechizos, pero no es tan malo. -volvió a sonreír y yo me volví a perder en su risa.
-¿Quieres... Que te enseñe algunos trucos para mejorar con la magia? -justo después de haberle hecho esa pregunta, se volteó hacia mí con un semblante de sorpresa.
-¡¿Lo harías en serio?!
-Con una condición... Que me dejes quedarme con este pincel. -pedí, tuve la certeza de que se negaría.
-¡Claro! Pero prométeme que lo cuidaras. -alzó su meñique.
-Lo prometo... Eh... -recién me entero de que no sé su nombre...
-Dylan, su alteza. -dice.
-Dime Keith cuando estemos a solas, Dylan. -él asiente y enlazamos nuestros meñiques.
Desde ese día nos hicimos cercano, yo iba a su casa a visitarlo y jugar con él cada que tenía tiempo disponible, me esforzaba en terminar mis labores rápidamente para ir a su casa y pasar tiempo con él, era lo que más me gustaba.
Una tarde, antes de salir a verlo, mi padre entró a la habitación donde me encontraba y se acercó a mí, luciendo un poco preocupado.-Keith, ¿vas a ver a ese niño otra vez? -preguntó.
-Sí, le estoy ayudando con sus hechizos. -explico. -¿Sucede algo, padre?
-Solo quiero preguntarte una cosa, ¿qué es lo que sientes por ese joven? -arqueo una ceja con confusión.
-¿A qué te refiere con eso, padre? Él es solo un amigo que hice en la escuela.
-¿Solo un amigo? Pero pasas mucho tiempo con él y casi no hablas con las princesas que viene a verte, de hecho, es como si las evitaras. -indaga con inquietud.
-No es eso padre, solo que me siento muy bien porque logré hacer mi primer amigo. Sabes que me gustan las niñas bonitas. -en ese momento, no sabía lo mucho que me estaba mintiendo.
-Entendido. Ve con cuidado y procura regresar temprano a casa.
-Sí, padre.
La mayoría de las personas en el castillo decían que yo era muy maduro para mi edad, ¿y como no podría? Al ser hijo único, toda la presión recae en mí, y el único con quien podía hablar sobre eso y estaba seguro de que escuchaba cada palabra era Dylan.
Un simple sentimiento de amistad creció cada vez más, él era demasiado hermoso, inteligente y amable, era prácticamente lo que yo soñaba, ¿y que si era un hombre? Es mi tipo ideal.Al cumplir los diecisiete, ambos ingresamos a la misma preparatoria, y yo mantenía en secreto lo mucho que me gustaba, pues no sabía si él sentía lo mismo por mí y me aterraba el rechazo. Lo mantuve así un largo tiempo en secreto, pero cuento los días para mi coronación y cuando eso finalmente suceda, me confesaré ante él y le pediré una vida feliz a mi lado.
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◇End With This Curse◇
Storie d'amoreLas relaciones homosexuales son más comunes en esta época, pero en la realeza no son tan bien vistas, sobretodo si se trata de sus herederos, pues siempre termina en una tragedia por culpa de una vieja maldición... Aquí les contaré la historia de un...