Capítulo IV

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Dos Meses Después

Aemon

Después de ese incidente, las cosas habían cambiado mucho durante dos meses. Una de esos días fue mi matrimonio con mis dos sobrinos, sus actitudes arrogantes hacía mí era igual, pero mantenían la responsabilidad de nuestro compromiso. Podía estar tranquilo de que no escaparían como pensaba. Mi cumpleaños número diez sería en pocos días, a mi familia les gustaba hacer una fiesta de cumpleaños para celebrar, por mi parte me sentía igual como siempre, sin embargo feliz de tener una edad más y crecer.

Ahora que estoy casado con Jacaerys y Lucerys, estoy guardando mis pertenencias para ir a al dormitorio de los dos chicos. Mamá decía que debo ser un buen marido y omega, y dormir en el mismo dormitorio con ellos. Por mi parte, sabía que Jacaerys sería el más reacio y molesto con la situación. Había una cosa que me preocupaba, después de nuestra boda no hubo consumación esa noche, y sé que eso es importante, pero no estoy preparado para darle algo tan preciado de mí a unos chicos que me hicieron la vida un infierno.

-Haré como que no se nada y si yo no digo nada, ellos tampoco.

Dobló las mantas y permito que unos soldados encargados de ayudarme, se lleven mis otras pertenencias hacia los aposentos de Jacaerys y Lucerys. Dejó salir un suspiro tembloroso antes de salir de mi dormitorio con las mantas en mis brazos y dirigirme a mi nuevo destino y futuro. El cuál estaba lejos de terminar. Toqué la puerta de los aposentos los dos chicos y estuve afuera esperando a que la puerta fuera abierta por uno de ellos. Levanté mi mirada cuando la puerta fue abierta por Lucerys, él fruncio el ceño al verme afuera de sus aposentos, fue bastante confuso para él pero permitió dejarme entrar.

-Es bueno verte hoy en la mañana, Luke. Bien, ahora que soy tu marido y el de tu hermano, dormiré aquí con ustedes, ¿no es emocionante? -le explique a Lucerys con una sonrisa avergonzada. Pero Lucerys no sonreía.

-¿Dormir juntos? ¿Estás loco? No dormiremos juntos. Nunca, jamás. Puede que seas nuestro marido, pero nunca te consideraremos nuestro omega -masculló molesto-, ¿entiendes?

Sus palabras me dolieron, sin embargo no daría marcha atrás, pero no me arrastraria por él o por Jacaerys.

-Lo entiendo perfectamente, pero no cambiaré de opinión. Estamos casados y debemos estar juntos-... -sentí mis mejillas sonrojarse ante la tonteria que acabo de decirle y no me atreví a mirarlo por la vergüenza-. N-no es lo que quise decir, Luke, me refiero a vivir en un mismo lugar.

Bajó la mirada avergonzado cuando Lucerys suelta una risita burlona. -Sí, claro, sé lo que intentas decir, también deberás hablarlo con Jace. Él no está aquí en este momento, llegará más tarde.

Mis cosas estaban en un rincón y yo estaba sentado en un sofá, callado y nervioso. Lucerys había salido por un momento y me preocupaba que cuando Jacaerys llegará, al verme aquí no lo tomaría para nada bien. Mi corazón se aceleró y como pude trague mi saliva, mis manos temblaron por mi nerviosismo cuando la puerta se abrió y Jacaerys entró. Él se detuvo en seco al verme sentado en el sofá del dormitorio y él notó mis pertenencias a un costado.

-Debes de estar bromeando, ¿verdad? Sal de aquí. No te quiero en mis aposentos -él habló entre dientes, frustrado y molesto-. Vete de aquí, Aemon. Ahora.

Me levante de sofá sabiendo que por dentro tenía miedo y vergüenza.

-No me iré de aquí, Jace. Me quedaré aquí, es mi deber como marido estar con ustedes.

La mandíbula de Jacaerys se tenso, él tenía el ceño fruncido. Jacaerys apreto los puños, con una mezcla de frustración y ira acumulada en él -No me llames así, no te di el permiso de hacerlo. No quiero tenerte cerca, eres mi marido y mi tío, pero nada más. Nunca te consideraremos como nuestro omega y no pienses que en algún llegaremos a tocarte. Ni curvas tienes, solo usas ropa holgada, porque debes de saber que eres solo grasa y horrendo. Ahora sal de mi vista, cerdo.

Apreté mis puños por sus duras y crueles palabras, sentí mis lágrimas picar al oír ese maldito sobrenombre. Agarre mis mantas y mi bolsa, caminé hacia la puerta y me detuve a su lado. Lo fulmine con la mirada, mis ojos lo miraron con odio y lágrimas acumuladas. -Te detesto, Jacaerys. Nunca quise ser tu marido, no volveré a permitirte que me faltes el respeto. No te quiero cerca de mí otra vez, y quédate tranquilo porque tampoco permitiría que tú o Lucerys me toquen. Odiaría y me daría asco tener sus manos en mí.

Por un momento pude ver arrepentimiento en los ojos de Jacaerys. Pero ya era tarde, él solo pudo ver la puerta cerrarse detrás de mí. En el camino a mi dormitorio mantuve mi mirada perdida y llorosa en el suelo, maldije entre dientes al encontrarme con Lucerys cara a cara. Lucerys conecto su mirada con la mía, notando mis ojos llorosos llenos de dolor y tristeza, y yo solo quería huir lejos.

-Aemon, ¿a dónde vas? -en las palabras de Lucerys se notó una mezcla de preocupación y confusión al verme volver a mis aposentos en ese estado.

-No es de tu incumbencia, solo apártate de mi camino -sabía que Lucerys no tenía la culpa, pero me sentía tan molesto y frustrado, que explote con lo que sea que estuviera al frente-, por favor.

-No tienes porque hablarme de esa manera, tío. ¿Qué te dijo mi hermano ahora? -suspiré cansado, pase por el lado de Lucerys sin tener ganas de hablar con él en este momento. Pero su mano en mi brazo me hizo detenerme abruptamente, pude sentir su firme y suave agarre, pude sentir una rara sensación crecer en mi pecho, pero me solté rápidamente de su agarre y intente apartarme.

-Lucerys, no te atrevas a tocarme de nuevo. No tienes el derecho de tocarme -solté sin pensar. La ira detonó en sus ojos oscuros y marrones. Lucerys volvió agarrarme del brazo y me acercó a él bruscamente. Solté un suave gemido por el brusco acercamiento, su cara estuvo cerca de la mía -, sueltame, Lucerys. Por favor.

-¿No tengo el derecho de tocarte, Aemon? Estás muy equivocado, pequeño, soy tu esposo y eso te convierte-... -Lucerys se quedó callado por un momento al darse cuenta de sus palabras y acción, sus labios estaban cerca de los míos y yo no tenía el control de mi cuerpo en ese momento-. Maldición, eso te hace completamente mío y el de Jace. Si algo te dijo Jace, hablaré con él y solucionaremos el problema. Pero no tienes que irte. Hable con mi madre y ella me hizo entrar en razón, es momento de tomar mi responsabilidad como tu marido y alfa. A Jacaerys le costará un tiempo en acostumbrarse.

Estar en cercanía con Lucerys se sintió algo nuevo, nunca pensé que él llegaría a decir eso algún día. Al no tener control total de mi cuerpo al estar en tranquilidad en sus brazos, mis ojos se cerraron al sentir como sus suaves dedos sacaban mis mejillas húmedas. Pero me aparte rápidamente de sus brazos y huí con nerviosismo y avergonzado hacia mi dormitorio. Cerré rápidamente la puerta detrás de mí y me recargue en la puerta por si él tenía la intención de abrirla. Por parte de Lucerys, él solo sonríe al notar lo que causó en mí hace unos momentos y después él se fue a sus aposentos; dejándome en paz por ahora.

𝐓𝐇𝐄 𝐖𝐇𝐈𝐓𝐄 𝐖𝐎𝐋𝐅. 𝘓𝘶𝘤𝘦𝘳𝘺𝘴 & 𝘑𝘢𝘤𝘢𝘦𝘳𝘺𝘴 𝘝𝘦𝘭𝘢𝘳𝘺𝘰𝘯.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora