Aemon
Hoy era un día bastante agotador y nublado, las nubes grises cubrían el cielo soleado y los rayos del Sol. Me encontraba en mis aposentos ordenando y acomodando mi ropa en el nuevo mueble que me regalaron después de mi matrimonio. De mis labios salía una melodía mientras doblaba la ropa y la guardaba para no aburrirme del silencio a mi alrededor. Estaba tan concentrado y metido en mis pensamientos que mis pensamientos y emociones fueron hacía mis recuerdos de como fue mi matrimonio hace tiempo atrás.
🪻
"Muchos pueblos vecinos de King's Landing fueron invitados a la Gran Boda que se haría en el palacio. Para algunos era un hermoso y grandioso día, para otros era como dar un paso al frente para vivir un nuevo infierno. Por mi parte, era la segunda y estaba seguro que esos dos imbéciles también.
Esta mañana estuve ocupado con los preparativos para la boda, mamá seguía resignandose a casarme con los hijos de Rhaenyra. Pero ella no podía hacer nada, era un acuerdo y decisión definitiva del Rey; mi padre.
Lucerys y Jacaerys también han estado evitandome, odian la idea de tener que casarse conmigo, formar una familia y tenerme cerca, sus expresiones irritadas y distantes lo decían todo. No eran buenos disimulando, los conocía bien. Y a mí tampoco me gustaba la idea de pasar toda mi vida con ellos... Por ahora. El futuro es tan misterioso.
Esa noche me preparaba la ir al altar, mi traje era de color blanco, el color resaltaba mis ojos y me encantaba. Y sobre mi cabeza iba una corona de flores con un velo blanco con estampados florales; idea de Rhaenyra. Cuando fue la hora de caminar hacia el altar, estaba muy nervioso y solo quería salir corriendo. Me aferre al brazo de Aemond mientras él iba a dejarme frente al altar en el hermoso camino decorados con pétalos de Dalias y Jazmín.
Cuando llegue al altar, Lucerys extendio su mano por obligación hacía mí y yo la tomé, cuando nuestras manos se tocaron sentí una electricidad y escalofrios recorrer mi espalda ante el nuevo contacto. Fue un sentimiento nuevo. Sin embargo, sus miradas seguían siendo las mismas, frialdad y resignación.
Sus últimas palabras esa noche fueron:
- Sí, acepto."🪻
Di un gran suspiro melancólico y cansado cuando deje de doblar la ropa y mi mirada perdida y distraído estaba al frente. -Fueron unos idiotas. ¿Y después para qué? Después de la boda me trataron como si no tuviera valor en el pasillo. Si tan solo pudiera volver atrás y huir a la primera oportunidad.
No era la primera que hablaba solo, pero no lo hubiera hecho si no estuviera tan metido en mis pensamientos y no me di cuenta que mis palabras estaban siendo oídas por Jacaerys apoyado en el marco de la puerta. Al oírlo fingir una tos, mi corazón casi le da un infarto.
-¡Mierda! ¡¿No sabes tocar la puerta?!
Mi cuerpo dio un brinco del susto mientras estaba sentado en mi cama acomodando y doblando la ropa. Y él simplemente sonríe divertido con su mirada penetrante en mí.
-No te vi en los jardines privados. Y supuse que estabas aqui, en donde siempre estás.
Él cerró la puerta antes de entrar al dormitorio y acercarse a mí. -Jacaerys, yo... Estuve pensando en algo, ¿por qué eres así conmigo? ¿Qué te he hecho yo?
Jacaerys frunció el ceño pensativo antes de hablar.
-Tengo mis razones. Y eres un inútil, débil y lloras por todo. No sé porque vine hasta aquí, siempre que te veo me das repulsión. Odio el día en que me comprometieron contigo, nunca te tocaré ni te daré hijos -. Sus palabras me lastimaron hasta el punto de sentir una opresión en el pecho, no me quedé callado y le lanzo mi ropa a la cara.
-¡También te odio, ¿crees qué yo quería casarme con dos imbéciles? ¡No permitiré que vuelvas a dañarme! Si tuviera una oportunidad me iría lejos de aquí.
Jacaerys miraba el suelo con los puños apretados, sus nidillos estaban blancos y su mandibula estaba apretada por la ira y la frustración que él sentía. -Perfecto, te irías y no tendríamos que verte la cara de estúpido. Eres un asco, esos rollos no te hacen ver bien, ponte a dieta. Nunca me gustaste y nunca me gustaras, preferiría estar con Baela que contigo. Solo arruinas nuestras vidas y la de Lucerys. ¿No lo entiendes? Lucerys tiene sentimientos por Rhaena y yo estoy enamorado de una sola persona y una única mujer, Baela. Solo eres un estorbo y un bicho raro, nunca serás ella -. Volví a agarrar mi ropa tirada en el suelo y más no pude soportar, Jacaerys se fue cerrando la puerta de un portazo. Mi decisión estaba tomada; Me iré.
Esa noche mientras todos en el palacio dormían y los soldados hacían guardia en la entrada y en los pasillos, me escabulli por unos corredores secretos hasta llegar a la calle. Estaba muy seguro de lo que yo hacía y no volvería atrás. Me llevé las monedas que Aemond me había dado el otro día para una ocasión especial, use algunas monedas para pagar mi viaje hacia el Norte. Allí me refugiaria por un gran tiempo, con los Stark. Después de llegar, una pequeña tropa me llevó a la presencia de Cregan Stark, mi túnica negra me cubría por completo y me protegia del frío. Al estar en la presencia de Cregan Stark, sentí seguridad y alivio, él era un buen aliado de la casa Targaryen y un buen amigo mío. Yo confiaba en él y Cregan me dejaría estar escondido en su territorio por un gran tiempo. Él me enseñaría muchas cosas nuevas en su territorio y yo con mucho gusto aprendería de él, me convertiría en un nuevo yo de ahora en adelante. Pero sé perfectamente que todo tiene su precio y que mi tiempo en libertad no duraría para siempre, mis esposos me encontrarían tarde o temprano y tenía que aprovechar sabiamente el tiempo restante.
ESTÁS LEYENDO
𝐓𝐇𝐄 𝐖𝐇𝐈𝐓𝐄 𝐖𝐎𝐋𝐅. 𝘓𝘶𝘤𝘦𝘳𝘺𝘴 & 𝘑𝘢𝘤𝘢𝘦𝘳𝘺𝘴 𝘝𝘦𝘭𝘢𝘳𝘺𝘰𝘯.
FantasiaAemon Targaryen es un Omega gordito menospreciado por su propia madre y por su abuelo, Otto. Por el simple hecho que él no nació con el cabello rubio-platinado como sus otros cuatro hermanos; Aegon II, Helaena, Aemond y Daeron Targaryen. Lo único qu...