|CAPÍTULO 16|

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Entre en la pastelería, buscando a Elysia con la mirada y caminé hasta ella una vez que la vi.

-Tenemos que hablar- estaba jodidamente desesperado. Podía amar a Marena y odiar a su futuro esposo, pero nunca me interpondría en su felicidad aunque no fuese conmigo.

Mis manos resonaron cuando chocaron con el cristal.

-Estoy trabajando- sirvió el café

-Pago por todos los pasteles, pero te necesito

Si era necesario, me pondría de rodillas para que me ayudara. Me miró

-Dios mío ¿Qué ha pasado?

-He peleado con Mare - suspiré 

-Ya no soy su dama de honor- Sus ojos se abrieron de sorpresa

-Cómo...

-Salimos ayer a tomar y...- tragué saliva 

-No es un tema que pueda decir en público- Asintió

-Vamos, dame un minuto y salimos-Entregó el café al cliente, se quitó el delantal y entro a la pequeña oficina. Suspiré esperándola, y unos minutos después apareció con un bolso y tomó mi brazo, jalándome fuera.

-Realmente, no quiero un café, así que vamos a comer por ahí

Entramos al coche y conduje hacia una pizzería, ya que Ely tenía antojos de una pizza. Llegamos y entramos al restaurant, tomamos una mesa y entonces comencé:

-Ella...- suspiré -tiene un pequeño trauma con las personas que toman demasiado- alzo una ceja

-Cuando era pequeña, le había pedido a su mamá que la dejara salir con su tío a ver un juego de basquet -Marena ama el futbol 

-Pero su mamá lo negó, el caso es que no volvieron a ver a su tío y, es un poco tonto, pero siempre teme que por quedar en un estado de ebriedad, no llegue a ver a las personas nunca más, y nunca pueda decirles que las ama

-¿Y por qué llevaste a Louis?- su ceño se frunció, mientras comía un pedazo de pizza

-Salida de chicos, Chis quedó de la misma manera- reí

-Pero, no me di cuenta de Louis hasta que nos tuvimos que ir

-¿Y en qué quieres que te ayude?

-A aprender a ser romántico

-He leído eso por ahí- reí 

-Eres Milo Manheim, no eres romántico

La fulminé con la mirada

-Entonces, ayúdame a aprender todo lo que he pasado por alto de Marena - Se acercó a mí lo más que pudo.

-Uno no pasa por alto las pequeñas cosas de las personas, las conoces realmente, pero no te das cuenta

-¿Me ayudarás o no?- Sonrió

-Vamos a preparar a la futura dama de honor

QUIERO ROBARME A LA NOVIA/ MILO MANHEIMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora