|CAPÍTULO 01|

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-Pensé que no vendrías- expresó Jerry Thomson mientras lo abrazaba.

Sonrío cortésmente y escucho a su amigo reírse.

-Cierto, eres Milo Manheim, nunca te perderías una fiesta así.

Y era cierto, desde que Milo había pisado la preparatoria, las fiestas eran lo suyo.

-Me conoces, Thomson- puso sus manos en los bolsillos de sus pantalones negros y examino el lugar. Chicas guapas con zapatillas, y un gran trasero

-¿A qué se debe la fiesta? - Le preguntó al castaño. Jerry alzó los hombros y tomo de su cerveza.

-Festejar, terminamos la universidad, supongo

Sonrío ampliamente mientras su pretexto había tenido sentido. Milo rio y negó con la cabeza. Minutos después, luego de que su amigo lo dejó por un par de morenas que se cantoneaban torpemente. Bufo y fue a la barra de cerveza, pidió un trago para empezar. La música estaba fuerte pero no se quejaba "Satisfaction" de Rolling Stones sonaba por los altavoces.

-¿Qué tal si me invitas uno? - pregunto seductoramente una pelirroja.

La examino. Bonitas piernas, pechos perfectos, cuerpo deseable. Sin embargo, Nayla Collins ya había estado en su colchón. Negó con la cabeza, haciendo que la pelirroja hiciese un mohín.

- Vamos, Milo. Podemos repetir lo de la vez pasada ¿no?- propuso ella mientras se apoyaba a la barra haciendo notar sus pechos.

La boca de Milo se le hizo agua, pero no podía romper una de sus reglas:

{no repetir a la chica.}

-Aléjate, Nayla. -Bufo y siguió bebiendo.

Si la fiesta estaba llena de mujeres con las que ya había estado, sería aburrido y acabaría por irse a su casa antes de las 12.

Tres bebidas después y tenía a 5 mujeres alrededor de él, 3 de ellas ya había estado con él y 2 no, Kate Lauren y Camila Tiger. Milo rogó que esta última le hiciera justicia a su apellido. Sin embargo, unos segundos más y Kate yacía en el piso vomitando todo lo que había bebido aquella noche. El olor era desagradable y el aspecto también, haciendo que Milo se alejara del lugar junto con Camila.

-Te veo en 15 minutos en mi habitación- le susurro Camila al oído y se cantoneo en dirección opuesta a él.

Miró sus pantalones y se dio cuenta de lo que aquella rubia había provocado en él.

-Casa Jordan, habitación 16, la llave esta arriba- examinó la horrenda letra y la guardo en su bolsillo.

Un buen polvo por fin, se dijo a sí mismo y recordó a la chica de la semana anterior, la cual no lo había dejado saciado y había tenido que ir a buscar otra a algún bar.

-Camila Tiger, ¿eh? - articulo Thomas Osterfield, el líder del equipo de futbol americano del instituto, conocido por su vanidad, experto en seducir, compañero de habitación y mejor amigo de Milo.

Milo alzo los hombros y bebió de su vaso rojo.

-Es buena, solo espero que no odies los ronquidos-dijo riendo.

-Has estado con ella ¿no?

-Hace dos semanas. Llego a los vestidores con un vestido rojo, provocador, por cierto

-¿Algo más que deba saber?

-Un buen polvo y umm, es la ex de Tyson Ross

-¿El capitán de The Red?- Su tono era de sorpresa.

Tyson Ross es el equipo rival de Cornell University, conocido por sus hermosas novias y su poca capacidad para satisfacer a una mujer. Thomas asintió.

-La desechó hace un mes. La pobre trata de hacer que vea su error pero solo se convirtió en una puta.

-Pobre chica.

-Antes era inteligente, hubiese salido con ella. - Thomas podía echar polvos con mil y una chicas, pero cuando alguna se metía en su cabeza, no dudaba en hacerla su novia.

La mayoría de ellas eran chicas inteligentes, con las que se podía entablar una buena conversación y claramente, sabía divertirse.

Salieron a la pista cuando Kimy Lince y Nora Jones los invitaron. Kimy era algo tímida y desgraciadamente tenía dos pies izquierdas, mala para bailar. En cambio Nora era abierta y una muy buena bailarina. Kimy se sentía atraída por Manheim desde que había llegado de intercambio de Escocia a Estados Unidos, pero su forma de vestir no la había ayudado mucho. Llevaba un vestido marrón hasta las rodillas y zapatos negros cerrados.

-Hey Manheim- pronuncio Nora y le puso una cabeza enorme de un ex presidente que tenía en manos.

Sin tomarle mucha importancia siguió bailando con Kimy, y su horrendo vestido. Si no hubiese tenido una "cita" con Tiger, posiblemente le había hecho realidades todos los sueños húmedos de Lince. Miro su reloj al recordar a Camila. Ya habían pasado 30 minutos después de su plática con la rubia

-Debo irme, Kimy- anuncio sonriente, aunque ni siquiera se pudiese ver. Thomas le dio una palmada en la espalda.

"Hora de comer, Manheim."

QUIERO ROBARME A LA NOVIA/ MILO MANHEIMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora