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Seungmin estaba mirándose al espejo, cualquier persona que lo viera notaría la gran belleza que poseía, no por nada Chan era uno de los hombres más envidiados debido al gran tesoro que tiene por esposo, pero eso al parecer le importaba una mierda

Quiero que te veas así de impecable toda la noche, así me encantas – Chan se puso detrás de él, tomó su cintura y le susurro el oído mientras dirigía su mirada hacía el espejo. Seungmin solo asintió silenciosamente

Hoy asistirá alguien muy importante, por lo que espero por fin conseguir más reconocimiento no es suficiente con el que tu familia me da – Chan estaba sediento de atención, siempre quería más y no se cansaba hasta conseguirlo, en realidad era muy talentoso, no se podía negar que era de los mejores chefs que tenía Corea, pero para Seungmin su arrogancia y el maldito ego que se cargaba, arruinaba todas sus cualidades

¿y debo hacer algo? – preguntó Seungmin mientras terminaba de poner brillos en sus ojos, haciéndole ver más angelical. Él sabía lo que necesitaba para aumentar su belleza, no por nada su madre le enseñó desde que cumplió los 15 y ya era considerado un buen partido.

Tú solo tienes que verte bonito y recordarles a todos que estamos felizmente casados, los negocios déjamelos a mi – Chan se acercó a Seungmin y lo beso en la frente, parecía una escena adorable, pero a Seungmin le causaba asco la forma de actuar de Chan, como si hace unas horas no se hubiera revolcado con su amante

Durante el camino Chan iba recordándole a Seungmin todo lo que tenía que decir y hacer, las ocasiones en las que podía acercarse a él y hacer una escena romántica donde todos vieran lo enamorados que lucían. Chan sabía que hacerle ver a la gente lo feliz que vivían juntos causaba una buena impresión y el que su matrimonio pareciera estable le daba mayor confianza a aquellos con quienes buscaba hacer negocios.

Hyunjin había llegado a la reunión y estaba cansado de saludar a tantas personas que no conocía y ni le interesaba conocer, a menos que tuvieran una buena propuesta, le gustaba ser halagado, pero llegaba un punto donde se sentía harto de tanta atención.

Hyunjin estaba aburrido y estaba pensando retirarse, tal vez a algún antro y divertirse un poco, cuando estaba a punto de levantarse de la mesa una pareja entró al gran salón y Hyunjin no pudo evitar mirar hacía el chico rubio, caminaba con tanta elegancia y superioridad que cualquier persona podría sentirse inferior a su lado.

Aquel chico poseía un hermoso rostro, piel de porcelana y unos labios exquisitos, Hyunjin no podía negar que aquel chico era precioso, una sonrisa engreída se asomó en su rostro antes de intentar acercarse, pero se borró al notar que el acompañante de aquel bello chico lo estaba tomando de la mano.

El hombre era atractivo, pero definitivamente él sabía que era mil veces mejor. Notó como algunas personas empezaron a acercarse a la pareja a saludar, ambos respondiendo con una sonrisa y de manera carismática, por lo que la curiosidad por aquella pareja creció en Hyunjin

¿Quiénes son? – preguntó Hyunjin hacía su asistente quien dirigió su atención a la pareja que acababa de llegar

Son Bang Chan, un chef muy reconocido aquí en Corea y su esposo Kim Seungmin es el hijo de los dueños de Sky Hotel, la mejor cadena de hoteles en Corea – Hyunjin asintió sin dejar de mirar a Seungmin, podía notar como cada movimiento de su parte mostraba cierta delicadeza y eso le parecía sensual.

Bang Chan logró ver a Hyunjin, se disculpó con las personas con las que estaba conversando, tomó a Seungmin de la cintura y se dirigieron a su dirección, él estaba dispuesto a salir de esa fiesta con un buen negocio en manos.

Mucho gusto señor Hwang, Soy Bang Chan... bienvenido a Corea – el hombre parecía amable, pero había algo en él que no le terminaba de agradar, además era más que obvio que era uno más del montón que intentaría hacer negocios con él

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