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Taehyung se encontraba en el jardín de Junok, y se preguntarán por qué. Resulta que este último le había roto la nariz a un compañero que era un poco más grande que él. Puede sonar un poco irreal, pero Junok sabía boxeo gracias a las enseñanzas de Jungkook.

"Tu hijo es un anormal", dijo la mamá del otro niño.

"Limpia bien tu boca antes de hablar de mi hijo", respondió Tae, con firmeza.

"Ahora resulta que está mal decir la verdad. Tu hijo es un niño que ni hablar puede", continuó la mujer.

Con una mirada de indignación, Tae respondió: "Mi hijo sabe hablar, y lo hace correctamente. Simplemente no se molesta en hablar con mediocres, como usted". Ya un poco cansado de la situación, continuó con determinación: "Escucha, te lo diré una vez más: no permitiré que hables mal de mi hijo. Y mucho menos que insinúes que es menos inteligente que el tuyo. Mi hijo tiene solo 3 años y ya está al nivel académico, ¡y más aún!"

"Ja, ¿y quieres que me lo crea? Tu hijo solo está aquí por el poder que tiene Jungkook", dijo la mujer, con desdén.

"Por favor, señora Rebeca, cálmese. Junok tomó su examen y por eso está aquí, nada tienen que ver sus padres", interrumpió la directora.

"Así es, pero yo no vine aquí para hablar con ella. ¿Dónde está mi hijo y qué fue lo que pasó?", preguntó Tae con urgencia.

"Aún no lo sabemos, señor Kim. Junok no quiere hablar, dijo que tiene sus derechos y que no hablaría con nadie si no es con sus padres", explicó la directora.

"Ese niño no sabe hablar. Mi hijo me dijo que desde que iniciaron clases, este no ha dicho palabra alguna. Es un retrasado", comentó Rebeca con desprecio.

Tae golpeó el escritorio. "Ya te dije que no te dirijas a mi hijo de esa manera", dijo furioso.

En ese momento, la psicóloga llegó con los niños. "Mi amor, ¿qué pasó, conejito?", preguntó Tae, abrazando a Junok.

"Papi, él dijo que tú eres un prostituto y un oportunista, que por eso te metiste con mi papá. No lo iba a permitir", dijo Junok con su dulce voz, poniendo su carita más tierna mientras abrazaba a su papi Tae. En secreto, escondido, sonrió por la pequeña mentira.

"Eso es mentira", dijo la otra madre.

"Ya veo a quién salió su hijo", comentó Tae. "Quiero que lo expulsen. No puede permitir este tipo de actitudes", dijo, dirigiéndose a la directora.

"Lamento informarle, señora Rebeca, que su hijo será expulsado", respondió la directora.

"No, eso no puede ser. Usted no sabe con quién se está metiendo", replicó molesta la madre.

"Como esposa de un ministro, debería educar bien a su hijo", respondió la directora con firmeza.

"¿Ya podemos irnos?", preguntó Tae, tomando su bolso para marcharse.

"Sí, pueden retirarse", confirmó la directora.

"Bien, hasta luego", dijo Tae, agarrando a su hijo. "Vamos, conejito".

"Yo... yo no le dije todo eso", se defendió el niño finalmente hablando. Junok le lanzó una mirada amenazadora que solo el otro niño pudo ver, luego se volteó y hizo un pucherito.

 Junok le lanzó una mirada amenazadora que solo el otro niño pudo ver, luego se volteó y hizo un pucherito

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"Vamos, papi, ya no lo quiero ver. Cuando lo veo, recuerdo lo que te dijo", dijo Junok, agarrando la mano de Tae.

"Yo solo dije que tus padres no se amaban", murmuró el otro niño, mientras el pequeño Junok apretaba los puños.

"No es cierto, ¿por qué mientes?", preguntó Junok, con su carita más tierna.

"Silencio, mi hijo no mentiría. ¿Por qué haría tal cosa?", preguntó Tae, mirando al niño.

"No lo sé, pero es mentira", murmuró el niño, bajando la cabeza.

La directora observó a Junok con su dulce expresión. Él nunca había dado problemas, mientras que el otro niño casi siempre estaba en la dirección debido al acoso a algunos niños becados. A pesar de que no podía hacer mucho en esos casos, ahora tendría el respaldo de Jeon Jungkook.

"Estás expulsado por hacer bullying, decir palabras inapropiadas y por mentiroso", declaró la directora.

"Vamos, conejito", dijo Tae, tomando la mano de Junok. Al salir de la institución, Rebeca los detuvo y le dio una cachetada a Tae. Junok reaccionó de inmediato y le dio una patada en la rodilla a la señora.

"Au", exclamó Rebeca, "¡niño del demonio!"

Tae le devolvió la cachetada sin previo aviso.

"Va a ser la última vez que te lo diga", dijo Tae molesto, "aléjate de mi familia si no quieres terminar muerta".

"¿Me estás amenazando?", preguntó Rebeca.

"Yo no amenazo, cariño, yo advierto", dijo Tae antes de subirse a su coche para ir a recoger a Haneul.

"Estás castigado sin leche de plátano durante un mes", anunció Tae.

"Pero, ¿por qué, papi?" preguntó Junok, con un puchero y los brazos cruzados.

"Porque mentiste", respondió Tae.

"Papi, yo no mentí", protestó Junok.

"Soy tu padre, Junok, te conozco perfectamente. Y si sigues negándolo, tu castigo será de dos meses", advirtió Tae.

"Está bien, lo hice. Pero, papi, él se lo merecía. Vi cómo fastidiaba a otros niños, y tú dijiste que las malas personas deben ser castigadas", explicó Junok.

Después de escuchar lo que la directora dijo sobre el niño haciendo bullying, Tae no se enfadó demasiado.

"Está bien, conejito, no estás castigado", concedió Tae.

"¡Yupi!" exclamó Junok después de haberse salido con la suya. La verdadera razón por la que actuó de esa manera no fue porque el niño fastidiara a otros, claro que no. Para él, nadie más importaba más que su familia y alguien más.














































Señores De La Mafia I KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora