Jeon Jungkook era Ceo de la compañía de construcción y dueño de marcas de ropas grandes y exclusivas del mundo, pero detrás de esa fachada se escondía un mafioso, uno muy poderoso pero que jamás se ha enamorado de nadie hasta que conoce a aquel rub...
Otros seis meses habían pasado y el pequeño Junok estaba a punto de cumplir un año en tan solo un mes. Tae y sus amigos estaban organizando todo para la celebración.
"Amor, iré con los chicos a ver las opciones para los bocaditos", anunció Tae.
"Está bien, amor", respondió Jungkook.
"Te quedas con Junok", añadió Tae antes de salir.
"Pero amor, hoy tengo una junta importante", expresó Jungkook.
"Amor, no puedo llevarlo conmigo porque luego tengo clases, y ahí no permiten bebés además, no es travieso", explicó Tae.
"Um, no lo sé, amor", dudó Jungkook.
"Kookie, por favor", dijo Tae juntando sus manos en modo de súplica. "No puedo encargárselo a mis amigos porque estarán ocupados, y los tuyos apenas se cuidan a sí mismos", añadió con preocupación.
"Está bien, amor, me convenciste, pero ya sabes el precio", dijo Jungkook, agarrando por la cintura a Tae y dándole un beso en los labios. "Te voy a extrañar".
"Yo también, amor, a ti y a nuestro conejito", respondió Tae, devolviéndole el beso. "Te veo luego", añadió, apartándose antes de que Jungkook se fuera. Antes de partir, Jungkook le dio una nalgada, provocando una risa juguetona de Tae.
"Bueno, mi pequeño, hoy nos toca día de chicos. Va a ser muy divertido", dijo Jungkook, un poco nervioso ya que sería la primera vez que pasaría mucho tiempo con su hijo solo.
Jungkook bañó, cambió y peinó a su hijo.
"Listo, pareces un ejecutivo", comentó Jungkook.
"Baba ba", dijo Junok.
"Sí, bebé, baba ba", respondió Jungkook, conmovido por lo tierno que era su hijo.
Los Jeon llegaron a su empresa.
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Todos en la empresa observaron a Jungkook con asombro. Siempre había sido una persona seria y fría, incluso algunos llegaron a pensar que no tenía sentimientos. Sin embargo, al ver cómo trataba y miraba a su hijo, se dieron cuenta de que sí era un ser humano con emociones.
Jungkook extendió una colchita y colocó los juguetes de Junok en ella para que el pequeño se entretuviera mientras él estaba en la junta.
"Jeon Junok, no puedes interrumpir a papá mientras habla con sus socios, ¿está bien?", dijo Jungkook.
"Baba", respondió Junok.
"Espero que eso sea un sí", bromeó Jungkook.
Cuando ya estaban todos los socios presentes, todos miraban al pequeño Junok. Era como ver a Jungkook de pequeño.
"A lo que vinimos", dijo Jungkook seriamente, sacando los planos para el nuevo hotel que estaban planeando.
Durante toda la reunión, el pequeño Junok estuvo tranquilo jugando. Cuando todos se fueron, Junok gateó hasta su papá y abría y cerraba sus manitas, indicando que quería ser cargado. Jungkook lo hizo de inmediato.
