Mientras se encontraba alistando las cosas, recordó que debía devolver el tractor a su dueño a pedido de uno de los ancianos con quien trabajaba en los campos, "que fastidio, prefiero dormir".
La cabeza musgosa agradecía que el tractor no tuviera dificultades en pasar bajo la lluvia, aunque eso no lo salvo de perderse, pero él no se había dado cuenta hasta el momento; sin embargo, esta errónea decisión de dirección salvaría a un rubio de cejas rizadas.
"Pero quién es el idiota", expresó enojado al notar el carro que interrumpe su paso por haberse atorado en un desnivel del camino de tierra, "seguro es un estúpido citadino".
Zoro se acercó a la puerta del piloto con la intención de tener una charla cordial y no de insultarlo por conducir mal, pero esos pensamientos nada violentos se esfumaron cuando escucho el fuerte grito y como le apuntaban con una cajetilla de cigarro.
Un silencio que parecía durar una eternidad se acabó cuando el peli verde empezó a reírse, "¿qué harás?, asfixiarme con humo".
La risa sacó de sus casillas al rubio, "cállate, marimo de mierda".
"¿Cómo me dijiste?", Zoro se volvió a enojar por el insulto.
"Aparte de musgo, eres sordo, marimo estúpido", guardo la cajetilla de cigarro en su bolsillo.
"Mira, citadino estúpido, solo venía ayudarte, pero me doy cuenta de que no lo necesita, jódete, cejas ridículas", mientras el peli verde se daba la vuelta, un rubio salió enojado por el apodo, pero se cayó debido al barro.
"Carajo", sintió un leve dolor en su tobillo.
Zoro iba a dejarlo solo, pero recordó que su maestro se enojaría si supiera que dejo a su suerte a alguien que necesitaba de su ayuda, sin hacer caso a los insultos del rubio y de como se quejaba de que no necesitaba ayuda y menos si venía de él, lo cargo para llevarlo al tractor.
"Oye, estúpido musgo, debo llevar un pedido a alguien", el rubio intento bajarse, pero fue detenido por la puerta que fue cerrada violentamente.
El marimo saco una cadena que usaría para remolcar el auto de las cejas raras, "¿dónde debes ir?"
"¿Qué?", el rubio solo quería golpearlo e irse.
"Que a donde debes ir, dilo o te dejo, acá botado", movió el tractor y logro sacar al carro del auto.
"A la calle Emperio, a la única casa grande y rosa al este", el anciano era pésimo para dar direcciones.
"Iras donde Ivankov", la cabeza verde se quedó mirando a Sanji.
"¿Qué me ves?", por alguna razón, al rubio le enojaba su mirada.
"Nada... solo, olvídalo, bien iremos donde Iva", Zoro pensó que el rubio no encajaba con el estilo de los chicos que solían estar con Ivankov, pero quién era él para juzgar, aparte recuerda haber visto al chef bigoton entrar a la casa de Iva en varias ocasiones.
El silencio incómodo volvió, Sanji solo quería entregar la comida y darle un golpe al marimo con mirada de asesino.
Al llegar a la extravagante casa fueron recibidos por alguien aún más extravagante, "no esperaba recibir tan lindas visitas a estas horas, candy-boys", los chicos se estremecieron ante el beso volado del peli morado.
"Zeff, mi abuelo, me mando esto para ti", Sanji le entrego la comida.
"Entonces tú debes ser Sanji, no esperaba que Zeff tuviera un nieto tan guapo, candy-boy, les gustaría pasar por algo de té", Ivankov acomodo sus muletas.
"No es necesario, adiós, Iva", el rubio agradecía que la cabeza de musgo agilizo la situación, su tobillo aún dolía, pero le permitía caminar con un poco de ayuda de Zoro.
"No sabía que eras nieto del anciano", Zoro acomodo el cinturón de seguridad aunque conducirá con cuidado la lluvia había aumentado un poco y el camino de tierra seguro sería un poco más peligroso, hubiera aceptado que se quedaran en casa de Ivankov, sin embargo, la última vez casi termina con un vestido rosado y maquillaje.
"No se lo ando diciendo a extraños", Sanji aún lo miraba con cierto enojo, no entendía por qué ver a ese musgo desconocido, lo hacía irritar tanto.
Zoro no dijo nada más y empezó su camino hacia la casa de Zeff, conocía al anciano debido a que una que le ayudaba en la cosecha de los alimentos que usaban en el Baratie a cambio de un buen pago, ahorrar para su sueño era algo importante.
Paso mucho tiempo hasta que llegaron a la casa de Zeff, la razón no era la baja velocidad, sino que Zoro se había tomado el camino correcto unas cinco veces, Sanji tenía ganas de darle un buen golpe y conducir, pero con el estado de su tobillo que había comenzado a hincharse no le sería posible.
"Cuanto más pensabas tardar, berenjena", Zeff iba a patearlo, pero a ver que su nieto se sostenía de Zoro entendió que no estaba bien y los dejo pasar, "gracias por traerlo".
"No es nada, me lo encontré en el camino, Ivankov estaba agradecido por la comida", Zoro estaba por irse hasta que fue detenido.
"Quédate a tomar algo caliente y tienes un cambio de ropa de la otra vez, no dejaré que te resfríes o Mihawk me haría problemas", iba a declinar la invitación, pero ciertamente tenía la ropa empapada por la lluvia y un poco de barro cuando le ayudo a Sanji a levantarse.
Sanji vio todo en silencio, vaya que sería una noche larga, tener que aguantar al musgo con cara de estreñido y a Zeff regañándolo por su pierna.
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Lo que puede ocurrir en Roca Grande
Teen FictionSanji se ve obligado a volver al pueblo de su abuelo, Zeff. Roca Grande, un bello lugar que traerá confusiones al cocinero mujeriego y una cabeza de musgo. ------- Portada en proceso. La imagen actual pertenece a Pinterest. Los personajes no me pert...