*Se desarrolla la historia, después de la guerra mágica. Snape sobrevivió y continúo como profesor, Dumbledore sobrevivió, Remus sobrevivió y da clases de DCAO.
Los alumnos regresaron a Hogwarts después de la restauración, están en último año, la mayoría tiene 17,18 y 19 años, los de último año. Ya que regresaron para terminar su último año.-------------------------------------------
Esa mañana la joven .....y/n contemplaba la clase del profesor Snape como todos los días. Ella estaba enamorada de él pero el jamás la notaba. Algo cambio ese día.
Esa mañana la joven se distrajo con algo que resaltaba en los pantalones de Snape. No pudo evitar sonrojarse al notarlo y él a su vez noto aquella acción, pero sin darlo a notar.
Al final de clase el profesor snape, le dijo que debía ir a su oficina después de la cena, ya que estaba castigada por no prestar atención a la clase.
La joven no podía dejar de pensar en, si Snape había notado sus miradas. Quería creer que no, eso la hacia sonrojarse de sobremanera. Estaba apenada totalmente, que clase de pensamientos estaba teniendo.
La cena paso rápido para su mala suerte y decidió terminar antes para ir a su cuarto y bañarse pues había tenido entrenamiento antes de la cena. Se colocó su uniforme de diario un poco de perfume y bajo a las mazmorras
La joven se detuvo frente a la puerta de madera, que tenía una placa en bronce, profesor Severus Snape, jefe de la casa Slytherin y profesor de Pociones. La joven todo tres veces y una voz gruesa se escuchó.
-adelante.
La joven entro -buenas noches profesor Snape. Puedo pasar? Cuestionó temerosa pues jamás había sido castigada.
-pasa y cierra la puerta dijo él sin mirarla mientras seguía revisando los pergaminos en su escritorio. Una vez la joven se sentó el levantó su vista. - y bien me dirás por qué estaba distraída durante la clase?
-la joven se ruborizó completamente ante aquella pregunta. Yo.. yo.. perdón se escudo la joven, solo estaba pensando en otra materia que se me complica mintio ella.
-Snape levanto una ceja como si no creyera en sus palabras. Bien pues ahora tendrás que responder este pergamino, con preguntas, si tienes dudas busca en los libros dijo señalando el librero. Tiene 2 horas para terminar. Puede usar esa mesa dijo él con el mismo tono seco y frío sin prestar mucha atención a la joven.
La joven asintió, se levantó y fue directo a la mesa. Se sentó y por alguna razón sintió un calor sofocante. Se retiró su suéter dejando una blusa de tirantes algo escotada. Y comenzó a leer el pergamino, se levantó y busco el primer libro.
-snape miraba de reojo a la chica, captando su atención, hasta que se retiro el suéter, el sentía que en ese lugar hacía más frío que calor. Quiso ignorarlo pero, aquel suéter cubría más de lo que él podía haber imaginado, la joven era completamente diferente debajo de aquel suéter era delgada pero con curvas y un buen tamaño de busto. Snape se reprimió solo un poco por aquel pensamiento. Continúo leyendo pergaminos hasta que algo más llamo su atención la joven tenía media hora leyendo libros, parándose y sentandose hasta que se quedó de pie, viendo los libros y buscando uno en particular. El problema se suscitó cuando se agachó para buscar en la sección inferior del librero. Su falda era algo corta y aquella acción. Solo ocasiono que se subiera un poco más, dejo ante la vista de Snape un poco más de piel.
Algo que por instinto lo insito a observar, la joven pareció no darse cuenta de aquello y continúo buscando.Snape tenía tiempo solo, era un hombre y aquello era demasiado provocativo no podía negarse. Su cuerpo comenzó a sentir un calor que hacía mucho que no tenía presente. Sus manos comenzaron a sudar ligeramente, la joven volvió a agacharse quizá un poco más está vez, ya que Snape pudo ver una pequeña prenda de encaje color rosa palido. Que hacían juego con las medias beige que llegaban justo arriba de la rodilla.
Snape no pudo despegar la vista de aquello y de forma inconciente un espasmos recorrió su cuerpo causando algunas punzadas en su pantalon. Algo que intento calmar con un movimiento inconciente de su mano. Pero esto causo mayores estragos, pues aquella zona comenzaba a endurecerse. Se desabrochó sus túnica solo un poco y la camisa también.