Una noche muy larga...

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Narrador:

Amalia se había quedado dormida en el hombro de Victoria, mientras que la platinada acariciaba su brazo buscando calmarla.

-Se durmió? -pregunto Mariana al escuchar sesar los sollozos de su amiga-

-si -informo Victoria con una media sonrisa en su rostro-

-pobrecita -hablo Mariana al aire, con esa expresión triste en su rostro-

-Quien es Julieta?-pregunto Victoria curiosa-

Mauro no hablaba, simplemente conducía intentando llegar lo antes posible a casa, la vena de su cuello estaba hinchada y apretaba el volante con fuerza, la rabia lo invadia, sabía lo que habia pasado la chica y verla así, indefensa, hacia que su corazon se encogiera.
Amalia para Mauro había sido su hermana pequeña desde niños y verla así, era algo que lo sacaba de sus casillas sin duda.

-Su ex -hablo Mariana-

-una relación tóxica? -pregunto Victoria curiosa-

-una relación abusiva -hablo Mauro con ese tono serio en su voz-

Nadie dijo nada, Victoria se quedó pasmada al escuchar aquello, pues a pesar de no entrar en detalles, podía hacerse una idea de lo que aquello significaba...

Pocos minutos después llegaron a la casa, para simplemente parquear el auto y que Mauro agarrase a Amalia en peso, como si de una princesa se tratase.

Camino con ellas hasta la entrada de la casa, mientras Mariana abrió la puerta y Victoria entró detrás de ellos, para Mauro subir con ella las escaleras y dejarla en aquella habitación de invitados.

Era una habitación bastante amplia, con una cama de matrimonio y un sofá cama, en el cual dormiría Mariana aquella noche.

02:45 a.m -
Narra Amalia:
Desperté con un ataque de pánico, hacía 1 mes no sentía aquella sensación y ahora había vuelto, mi pecho dolía como nunca antes y todo mi cuerpo temblaba sin sesar, no paraba de llorar, habia soñado con ella, con julieta...

-Hey Amalia, hey -hablaba Mariana intentando llamar mi atención- AMALIA, HEY, AMALIA -grito está vez, ajitando mi cuerpo-

Mi vista se nublaba, ya no podía ver a la pelicorta y a pesar de la luz de la habitación todo a mi alrededor era negro...
Hasta que deje de temblar y me desmayé.

Entre en aquel vasio negro al cual solía llegar cada vez que me desmayaba, un vasio negro y ya, solo eso, como si abrieses los ojos en una habitación totalmente a oscuras.
Hasta que volví en mi...
Mariana me tenía en sus brazos, me abrazaba con fuerza y sujetaba mi cabeza, esperando a que despertase, pues ¿que más podía hacer?.
Mauro estaba sentado a los pies de la cama, mirándome con preocupación y Victoria se encontraba de pie frente a todos, con un semblante nervioso.

-Mariana? -hable al abrir los ojos- ha pasado otra vez -dije desanimada para soltar una lágrima-

-tranquila, estamos todos aquí -hablo la pelicorta para secar mis lágrimas-

Victoria y Mauro solo se dedicaron a mirarme preocupados, para poco tiempo después, ya todos más tranquilos, simplemente que volviesen a sus habitaciones, mientras Mariana y yo bajamos a la cocina, a por alguna tila o algo que me tranquilizara, ya que la ansiedad se habia vuelto a hacer precente.

Estábamos ambas allí, en la isla de la cocina, mientras yo tomaba un vaso de tila y Mariana solo me observaba.

-Lo siento -hable mirando la taza, con un semblante triste en mi rostro-

-no lo sientas, no es tu culpa Amalia -hablo Mariana para agarrar con delicadeza mi mano- nada de esto es tu culpa, solo de ella

-yo lo permiti -hable para soltar una lágrima-

-tenias miedo, es normal

-sigo teniendo miedo Mari -hable triste, aún sin mirar a los ojos a la chica-

-miedo a qué?

-a recaer -hable triste, ambas sabíamos a qué me refería...-

-no lo harás yo confío en ti -hablo Mariana apretando un poco mi mano- eres la chica mas fuerte que conozco

-no Mari soy devil -hable triste-

-ni se te ocurra decir eso Amalia, no lo eres, eres la persona más fuerte que conozco, la persona más linda y ejemplar del mundo -hablo Mariana para soltar mi mano, levantarse de aquella butaca y ponerse frente a mi- no digas que eres débil, porque no es verdad

En ese momento simplemente rodo mi butaca, dejándome frente a ella, ambas estabamos llorando.

-No podré deshacerme de ella nunca -hable triste- la tengo en la piel, en el alma y la mente -hable para llorar aún más-

Nuestras manos estaban unidas, pero las mias temblaban, esperaba no desmayarme de nuevo...

-te la sacaremos de ahí -hablo Mariana- eres una persona increíble Amalia, no dejes que el miedo te supere

-el miedo siempre me ha superado Mariana, me superó la primera vez que me grito, la primera vez que me pegó, joder, hasta mi primera vez fue por miedo -hable en llanto- primero mis papás, después el internado y luego Julieta, Dios no quiere que sea feliz

-no digas eso

-es la verdad Mariana, solo me pasan cosas malas, joder, las únicas buenas personas que tengo al lado son tú y Mauro

-Amalia, tienes 24 años y una vida por delante, podras ser feliz, te lo prometo

No creía las palabras de Mariana, ni una sola, estaba completamente segada en mi pensamiento.
Sentía que Mariana solo me decía aquello para consolarme y de una cierta forma era verdad, aunque aquellas palabras la pelicorta realmente las sentía.

-Tengo sueño Mari -hable sin contestarle lo que me había dicho anteriormente- vamos a dormir, si?

-vale -hablo la castaña con una sonrisa-

Poco faltó para que subiesemos a la habitación de invitados y como anteriormente habíamos hecho durmiesemos.
Mariana en el sofá cama y yo en la cama de matrimonio.

Lo que quedó de noche dormimos, aunque las pesadillas volvieron a mi y desperté a la mañana siguiente con otro ataque de pánico, el cual volvió a hacer que me desmayará.

赤い糸の伝説 (Young Miko) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora