CAPITULO 8

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Chiara

Varios días después...

Han pasado cinco días desde lo sucedido en la casa de mi mamá, he recibido llamadas de Tatiana y Piero, pero no he querido responderles. Se que me estoy comportando como una niña, pero la verdad es que siento vergüenza como actúe porque me di cuenta de que Tatiana siempre quiere lo mejor para nosotros es como nuestra segunda mamá ya que siempre nos estuvo cuidando.

Por otro lado, desde que comencé a salir con Jacobo me siento protegida y amada por él, debo admitir que me gusta sentirme así.

Escucho que tocan la puerta de mi departamento, dejo lo que estoy haciendo, pero antes, observo mi reloj, hago una mueca porque tarde.

¿Quién puede ser a esta hora? Es mejor que pregunte antes de abrir.

— ¿Quién es? — pregunto con temor y veo que mi bate de béisbol está al lado de la puerta.

— Soy Jacobo. Necesito hablar contigo, Chiara. Abre la puerta — dice con desesperación, hago caso y me sorprendo de repente ya que me abraza con fuerza empieza a sollozar.

Huelo a alcohol ¿Que habrá pasado para que esté así?

— Hoy es el aniversario de muerte de mi mamá— confiesa sollozando y sin dejar de abrazarme, devuelvo el abrazo al escuchar esa confesión. Hago que entre a mi departamento, nos encaminamos hasta el sofá y le hago sentar.

— Vengo enseguida te traigo un poco de agua — anuncio y el llora más fuerte.

¿Qué debo hacer? ¿Cómo consuelo a un hombre? Llamaré a Piero sabrá qué hacer.

Vuelvo a la sala y me encuentro a Jacobo que sigue llorando como un niño pequeño.

— Jacobo, toma un poco de agua — es lo único que digo con un tono suave y me hace caso como un niño, me mira atentamente.

— Gracias por estar aquí conmigo, Chiara también por recibirme en tu casa — habla con pena y sonrío.

— Jacobo estaré para lo que necesites — comento comienza a llorar de nuevo.

— Prepararé para que te bañes con agua fría luego te daré una ropa para que duermas — menciono y frunce su ceño.

— ¿Por qué tienes ropa de hombre aquí? ¿De quien es? — interroga con ¿celos? Y ruedo los ojos.

Que hombre más dramático.

Ignoro completamente esa pregunta y me voy hasta mi pieza, saco la ropa, toalla y me dirijo hasta el baño, abro la canilla para llenar la tina cuando está listo, salgo del baño y observo a Jacobo frente mío.

— Ve a darte una ducha luego hablamos — ordeno y asiente con la cabeza callado. Saco mi teléfono y llamo a mi cuñado quien enseguida contesta el teléfono.

— ¿Qué sucede, Chiara? — pregunta con un tono adormilado.

— ¿Cómo consuelo a un hombre? — cuestiono de repente.

— Porque me preguntas eso a mí, loca — se queja.

— Te cuento lo que pasa solo escucha, tarado — digo comienzo a contarle lo sucedido cuando termino no escucho nada por parte de él.

— No tengo idea de como consolarlo — me cuelga el teléfono.

Maldito hijo de puta.

Presto atención a mi teléfono cuando recibo de nuevo la llamada de mi cuñado, atiendo y me explica como ayudar a Jacobo. Miro que mi huésped sale del baño con la ropa puesta y trago saliva.

Se ve bien con la ropa que compré para él hace unos días.

— Gracias por la ayuda, Piero. tengo que irme — hablo y cuelgo sin esperar que me diga algo, me aproximo a Jacobo con una sonrisa.

— Te mostraré donde podrás dormir — hablo, pero el me sujeta de la cintura, une nuestros labios sin pensar dos veces.

¿Todavía no se le bajó el nivel de alcohol en su sistema?

— ¿Jacobo? — pregunto entre besos.

— Desde que te vi he querido hacerte mía, mi princesa. Desde que te vi en ese hospital no he dejado de pensar en ti. Necesitaba besarte para saber lo que realmente siento por ti y ahora lo confirmé — proclama con un tono suave mientras acaricia mi mejilla.

No tengo idea de lo que se viene, no tengo idea de que decirle a él. Tengo que pensar que siento por Jacobo.

— Dame la oportunidad de amarte, Chiara Russo. Dame la oportunidad de conocerte realmente — sigue hablando mientras que de nuevo se acerca hasta mí y besa de nuevo mis labios.

— Jacobo, yo...— mis palabras son interrumpidas.

— No tienes que contestar nada, Chiara solo quería que supieras lo que siento por ti en estos momentos. Voy a conquistarte y serás mía — dice decidido ante su decisión.

¿Cómo puedo confiar en el realmente? Jacobo me ha demostrado desde hace días lo que realmente siente por mí. Me llevó a la casa de mi madre, me llevó en estos días a lugar para que me despeje creo que no tengo nada que pensar.

Me arriesgaré y le daré la oportunidad que me pidió.

— Te daré una oportunidad, Jacobo — contesto sin pensar dos veces mientras alzo mi vista hacia él, me percato que este hombre tiene lagrimas en sus ojos.

¿Tanto esperaba esta respuesta?

Me besa de nuevo los labios, pero esta vez siento en mis labios sus lagrimas así que me separo y los secos.

— No llores más, vamos a dormir ¿Sí? — hablo con un tono suave.

— Duerme conmigo — dice como un niño pequeño y rio por lo bajo, nos acostamos en la cama y me quedo pensando en varias cosas, me di cuenta de algo importante hoy; Jacobo Dauphin es un hombre sensible cuando está borracho también que es infantil y que tengo que hacer una nota mental de no darle bebidas para que no pase lo que pasó hoy.

Cierro mis ojos lentamente, siento que alguien me abraza al estar completamente dormida.

Dia siguiente...

Abro mis ojos por la molestia luz del sol, siento que alguien me abraza y giro mi cabeza hacia esa dirección, abro mis ojos asombrada al ver a Jacobo al lado mío todavía.

Tengo que ir por pastillas para la resaca.

Logro zafarme de Jacobo y salgo despacio de la habitación, me dirijo a la cocina, saco la pastilla donde guardo los remedios y pongo agua en un vaso antes de irme siento que alguien me abraza por la espalda.

— No te sentí en mis brazos, mi princesa — dice Jacobo atrás mío.

— Estaba por llevarte algo para la resaca — explico con nervios.

— No estaba borracho — dice con el ceño fruncido.

¿Qué?

— Bueno, bebi un poco, pero no estaba borracho. Queria estar consciente al contarte mis sentimientos — dice mientras me da la vuelta con suavidad, no logro decir nada porque estoy asombrada así que besa mis labios.

— En verdad quiero una oportunidad contigo, Chiara Russo. En verdad me encantas — confiesa con una sonrisa en el rostro. 

Opuestos (#2 MM) // JUEVESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora