𝗦𝗲𝗰𝗿𝗲𝘁𝗼 | 𝖫𝗎𝖼𝗄𝗂𝗍𝗒

VII

—¿Tienes todo?, ¿Pusiste todo lo que debes que llevar en tu mochila?.— preguntaba desde el marco de la puerta, se sentía preocupado de que el menor no lleve lo que debe, aunque sabe perfectamente que su hijo es muy responsable, y sabe lo que lleva o no.

—Si papá, ayer en la noche lo revisé, igual que hoy.— respondió un tanto divertido, poniéndose los zapatos.

El mayor solo asintió, se hizo un lado al ver que su hijo ya había terminado de ponerse los zapatos para la escuela y se dirigía a la salida. Él no lo siguió, pues vió la lonchera roja y azul de su hijo, su hijo se le olvidó llevarla a la cocina, como siempre lo hacía, así que él lo llevó.

—Roier, ya está su desayuno de la escuela listo.— Avisó Nieves al ver que ya llegó a la cocina.

—Muchas Gracias Nieves.— dió una sonrisa, como siempre. Agarró el Topper que estaba en la isla de la cocina, se dió cuenta de que no trajo su lonchera.
Vió a su padre llegar con la lonchera en su hombro colgando — Hay apa, gracias.— extendió sus brazos hacia el mayor, recibiendola como si fuera algo valioso, y como no, si es una lonchera nueva de Spiderman.

Metió su desayuno con cuidado, unas servilletas y un jugo y agua por si acaso. Dejó su lonchera en la isla de la cocina y fue a su habitación, ahora para traer su mochila y dejarla en la sala por mientras.

El azabache vió un bulto en la lonchera de su hijo, lo tocó, y era algo duro, parecía que era el Topper, pero este objeto desconocido tenía como algo puntiagudo pero nada que pueda herir, Rápidamente abrió la lonchera, se dió cuenta que, además de traer su lonchera, jugo, el agua, y unas servilletas, también traía un juguete coleccionable de Minecraft, lo sacó, mirándolo de arriba a abajo, era un muñeco de Steve con un pico de hierro y su armadura.

Quackity se preguntaba cuando le había comprado o regalado el juguete del famoso Minecraft. Cerró la lonchera, pero está vez no tendría dentro el muñeco, tendría que hablar con su hijo.

—¿Si me puedes hacer un Chocomilk, Nieves, porfavor?— preguntó cuando llegó de nuevo a la cocina, la peli-naranja asintió con una dulce  sonrisa.

Se dirigió hacia su padre que lo miraba con muñeco en mano, Roier no lo había notado, pero después de pedir su Chocomilk, noto su muñeco, soltó una risa nerviosa.

—Mhm, me pregunto cómo llegó ahí. — decía tratando de sonar inocente, poniendo su mano en la nuca.

—Eso mismo me pregunto..

Entraba con entusiasmo a su nueva escuela, hace poco, en el verano, se había mudado a esta bella isla, y todo gracias a su padre, que decidió cambiarse de ambiente.

Con la empresa, no había problema, su padre, por mientras, trabajaría en casa y se le mandaría informes con correo. Así que tendría a su padre todo el día en casa, solo espera que le dé más atención de que ya le da.