IX

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La pregunta que nunca se esperó.
Ella entendía que el menor no sabía sobre la situación de sus padres, pero, algún día el chico debía de enterarse. Cómo se había dicho anteriormente, a  Roier no le han dicho sobre el matrimonio arreglado de sus progenidores.

Nieves no respondió, pues unos pasos se escuchan cerca del lugar. Miró para la el pasillo que pasaba de la cocina hacia la puerta principal. Los abuelos de Roier pasaron, serios como siempre, y no muy contentos desde cuando vinieron, Quackity iba detrás suyo, él tenía cara de pocos amigos.

No sabía lo que pasaba, pero los ruidos se escuchan, por lo que supuso que se abrió la puerta, momentos después se escuchó las voces de los mayores, era Quackity despidiéndose de sus padres.

Quackity fue con ellos, ahora con una sonrisa, fingiendo que no había pasado nada. Roier se le iluminó los ojos al ver a su padre acercarse, el menor lo abrazó.
Ambos se sentían felices.

— Campeón, al fin estás aquí.— paso una mano en el cabello del menor, él asintió feliz.

—Pa'.— se alejo del azabache. — Tenemos algo pendiente...

—¿Qué cosa, Roier?.— pregunto confundido, alzando una ceja.

Cosa que sorprendió al castaño.

—Sobre un helado, aparte de que ibas a recogerme después de la escuela. — dijo con temor de que su padre haya olvidado lo que él mismo dijo.

Quackity sonrió de lado. La expresión de temor que había en la cara de su hijo, le dió risa.

—Estaba bromeando. — aclaró.— Es obvio que no me olvidé, ayer mismo lo dije.

Roier infló sus mejillas, el hecho de que su padre haya fingido confusión y que él se asusto, le había indignado, claro, de broma.

Quackity negó divertido.

¿Te dejaron tareas o algo?.

—No, ya las hice en la escuela.

Con esa respuesta, Quackity se sintió orgulloso de tener un hijo aplicado en la escuela, por los cuatro años anteriores, se dió cuenta de que el menor no sería malo en la escuela, aunque si, a Roier le gana la flojera y rara vez, no hace los deberes escolares.

—Bien. Cámbiate Roier, que haré lo que quedó acordado.

Con eso, Roier fue a su cuarto con demasiada alegría, provocando una sonrisa a ambos mayores.
Aunque la sonrisa de Nieves, estaba un poco decaída.

—¿Pasa algo Nieves?.

—No, todo va bien. Solo aún estoy procesando de que Roier esté en quinto de primaria...

Si Quackity fuese alguien que se de cuenta de las cosas, fácilmente podría saber de que alguien esté mintiendo.

—... Aún recuerdo cuando Rubius me informo que Luzu buscaba a alguien que fuera de ayuda, me sentí feliz por conseguir el trabajo y lo que más me alegró fue conocer al pequeño Roier, Me encariñé con él desde el primer instante que lo ví... Admito que lo veo como un hijo.

—Comprendo. Es la sensación agridulce de los padres cuando sus hijos ya están creciendo.

Roier bajo unos minutos después, ambos se despidieron de Nieves y fueron a una heladería el cual habían ido días anteriores.

—¿Cómo te fue hoy?.

—Bien apa, hice nuevos amigos, aparte de que Jaiden y Bobby estudian allí. — dijo feliz, había pasado como uno o dos años desde que no ve a los hermanos.

Los mencionados son amigos de Roier desde que el fue al Kinder y conoció al hermano menor de Jaiden, quien es amiga y compañera de Roier desde el Kinder hasta tercero de primaria.
Ambos hermanos se tuvieron que mudar a la ciudad Quesadilla por trabajo de sus padres, el cual tuvo que dejar a sus amigos en su antigua ciudad, por suerte y Roier se encontró con ellos.

—Oh, que bien.

—Y también hice una amiga de primero y dice que me parezco a su papá.

Eso dejo atónito a Quackity.

Porque la única persona en la que Roier se parezca, es a su otro padre, bueno, el menor es una copia exacta de él.

Pero, ¿Será Luzu?

Por las personas que ha conocido y eso que son muchas, nadie había con ojos color carmín y que sean castaños.

Para Quackity, Luzu es único y será el único que poseerá aquellos ojos carmín.
No lo dirá en voz alta, ni se lo dirá a nadie, pero aquellos ojos lo cautivaron desde la primera vez que los vió, desde entonces, no deja de pensar en esos ojos, y podría ser que también en el chico.

Al recordar vagamente los ojos y al chico castaño, un rubor en las mejillas del azabache no tardaron en aparecer, y no pudo evitar formar una leve sonrisa.

Apa, ¿'Tas bien?.— Roier miraba confuso a su padre, su reacción no fue como lo esperaba.

—¿Uhm?... Así, ¿Y que te dijo tu nueva amiguita?.

Roier, no muy convencido, decidió seguir.

—Yo le dije que ella se parece a tí, y eso es verdad, parece una versión tuya pera niña... Aparte de que tiene tus ojos, y recuerdo que tu dijiste que tener los ojos de distinto color, no es muy común.

—Wow... Digo, ¿En serio se parece a mi? — el niño asintió.

—¡Que si!, y repito, hasta los ojos tienen igual... Es raro apa. — siguió comiendo su helado.

—Muy raro...— musitó, se dejó caer en el respaldo de la silla de madera y desvío la mirada.


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Sabían que este Quackity tiene 35 años según mis cálculos 🤓

Bueno, no sé si 35 o 31... Creo q 31, pq contando bien, sería 31 (creo yo).
Y Luzu tendría como 28 (ando perdida)

Bai-

𝗦𝗲𝗰𝗿𝗲𝘁𝗼 | 𝖫𝗎𝖼𝗄𝗂𝗍𝗒 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora