Inercia Desvelada (Arknights x Tn)

Capítulo 12

"Lo perdimos", resopló el colapso en la mente de Tn. Sin embargo, Tn seguía fumando con una expresión de satisfacción en su rostro. "¡Y todo por esa asquerosa creación llamada cigarrillo!" gritó el colapso, irritado porque Tn se distrajo al ver una tienda abandonada en Chernobog.

Tn dio una calada y habló. "No lo perdí, simplemente le di distancia para que no sospechara". El colapso se burló dentro de la cabeza de Tn. "Claro, y por eso has estado buscando en el área circundante como por... No sé, ¡dos malditas horas!" y nuevamente el colapso gritó, no porque hubieran perdido al sarkaz, sino por el jodido sabor y olor de la nicotina.

"Callate sööja, ¿o acaso quieres que corte la conexión mental?" preguntó Tn, ya cansado de los reclamos del colapso. "Sabes que tengo razón, además debes darte prisa si no quieres que los operadores de Rhodes Island encuentren al viejo sarkaz antes que tú", dijo un poco más tranquilo el colapso.

Tn se preparaba para contestar, pero un olor llegó a su nariz, un olor que era muy parecido a alguien que devoró hace mucho tiempo, pero era más débil. "¿Lo hueles?" preguntó Tn al colapso. "Cómo no olerlo, fue uno de los mejores aperitivos que comí. Te trazará el camino con mi miasma", dijo el colapso mientras un miasma salía de Tn, indicando el camino al olor.

Tn siguió el rastro del miasma adentrándose por callejones y calles donde no hubiera patrullas de Reunion. Parecía que el olor los dirigía hacia una de las entradas de la ciudad andante. Después de caminar un tiempo, se encontraron con un escuadrón de Reunion, comandado por la persona que desprendía el olor. Era una lupo de cabello castaño rojizo, con una sudadera negra y un gorro que cubría parte de su cabeza, junto a una mascarilla que ocultaba su boca. Vestía una camisa blanca, jeans negros y zapatos deportivos del mismo color.

"Es ella, la que desprende el olor del colmillo de la bestia que devoramos. Debió ser pupila de ese colmillo", dijo el colapso con emoción, como si ansiosamente quisiera devorar a la lupo. "¿Pero ahora que devoramos a ese señor, no sería ella nuestra colmillo?", preguntó el colapso, mostrando su deseo de someter a la lupo bajo su control.

Tn reflexionó sobre la pregunta del colapso. Aunque no habían absorbido el poder del señor, habían logrado retener su aura y podían transmitirla como lo haría un señor para marcar algo como suyo o parte de él, aunque nunca habían usado esa capacidad. "Es una buena pregunta, diría que sí, ya que ahora poseemos el aura de la bestia. Los lupos nos ven como un señor por el olor que desprendemos", dijo Tn con una mirada pensativa.

"¿Nos servirá?", preguntó el colapso, evaluando la utilidad de la lupo en sus futuros planes. Tn, aún pensativo mientras miraba a la lupo a la distancia, respondió: "¿Por qué no? Siempre la podemos domesticar y convertirla en un buen sabueso. Además, será una buena compañera de juegos para Lappland y Texas", dijo Tn con una sonrisa tortuosa mientras consideraba la idea. "¿Entonces qué esperas? Dile las buenas noticias", instó el colapso, y Tn asintió, comenzando a caminar en dirección al escuadrón.

"Maldita sea, ¿quiénes rayos eran esas dos, comandante?" preguntó un soldado de Reunion, furioso por el poder mostrado por Kal'tsit y Projekt Red en su batalla en Lungmen. Solo lograron salir vivos gracias a la misericordia de esas dos. "Un alto mando de Rhodes Island y su asesina personal. Debemos reagruparnos con Talulah y esperar nuevas órdenes", dijo Crownslayer, aunque algunos de sus miembros se mostraban dubitativos. Crownslayer comprendía su reticencia; esta había sido una misión suicida y, además, habían recibido la orden de matar a inocentes. Pero en ese momento, no tenían otra opción.

"Entiendo que no estén contentos con la idea, pero en este momento no podemos hacer nada más así que..." comenzó Crownslayer a hablar, pero una presencia la silenció a mitad de su oración. Una opresión se posó en su pecho, como si la estuviera aplastando, y un sudor frío recorrió su cuerpo, acompañado de escalofríos. Era como si la muerte misma se acercara a ella sin posibilidad de escape. Sin embargo, había algo familiar en ese olor... algo parecido al de su mentora, pero mil veces más puro.