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By: Tom

Ser el hijo del líder de una de las mafias más peligrosas de Alemania no es una situación del todo desfavorable. Mi padre, Jörg Kaulitz, me ha inculcado la habilidad de valerme por mí mismo. Sin embargo, mi vida social es casi inexistente. Nunca supe lo que era estudiar de manera presencial ni he tenido la oportunidad de hacer amigos. La constante amenaza de los rivales de mi padre, capaces de acabar con mi vida en un abrir y cerrar de ojos, me ha mantenido encerrado a menudo sintiéndome en soledad y frustración.

15:30 p.m

Me encontraba en mi habitación revisando mi colección de armas que me había regalado mi padre, estaba pensando en sacar alguna y practicar mi puntería. Sin embargo, escuché que alguien tocó mi puerta y yo dejé que pasara.

– Hola, Tom. – mi padre se asomó por la puerta para luego entrar y pararse en frente de mi, yo estaba sentado en mi cama.

– Hola papá. – sonreí y guardé el arma en mi cajón para voltear a verlo directamente.

– ¿qué estabas haciendo? – miró el cajón y levantó una ceja.

– nada, solo estaba escogiendo una de las armas que me regalaste, para salir a practicar. – él sonrió y me dió palmadas en el hombro.

– estoy orgulloso de ti, espero que sigas mis pasos. – le devolví la sonrisa y asentí con la cabeza.

– oh, eso tenlo por seguro, espero algún día poder ser como tú. – me miró con orgullo por un momento, pero luego recordó que me tenía que decir algo.

– Venía a decirte que te arreglaras, esta noche tendremos una cena importante en la casa. – volteé los ojos y bufé.

– ¿otra? Siempre vienen tus amigos – soltó una risa al ver mi reacción.

– son mis socios, pero esta vez nos divertiremos un poco, vendrán con sus hijos, no te preocupes. – me tumbé en la cama y empecé a revolcarme desesperado, cómo un gusano.

– ¿y eso a mi en que me beneficia o que? – cubrí mi cara con estrés.

– ¿cómo no vas a saber? Vendrán Gustav y Georg. – suspiré un poco más tranquilo, me agradaba la idea de que vinieran mis únicos dos amigos, hijos de mafiosos, también.

– bueno, eso me consuela un poco. – me senté en la cama y él sonrió.

– también invité a Gordon. – me encogí de hombros.

– bueno, ya es costumbre que él venga. – mi padre y él eran inseparables, se apoyaban mutuamente e incluso parecían hermanos.

– ¿y te molesta la idea? – me miró con curiosidad.

– para nada, de hecho él es como un tío para mi.

– me alegra que lo veas de esa manera. – sonrió y se dio la vuelta, no sin antes mirarme.

– arréglate, empezarán a llegar a las 5. – asentí y él salió de la habitación.

mi día no puede ir peor, tendremos una fiesta de seguro hasta que amanezca, no me gusta que haya tanta gente, pero me gustaba la idea de que vinieran mis únicos dos amigos, ellos pasaban por lo mismo que yo y me entendían a la perfección. Me metí a darme una ducha y traté de tomarme las cosas a la ligera. Salí y me arreglé, no me llevó mucho tiempo, eran las 4:45, así que me esperé un rato más, hasta que dieron las 5 y empezaron a llegar los amigos de mi padre con mis amigos.

Vínculos prohibidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora