Vínculos prohibidos

03

Llevaba al rededor de 5 meses conociendo a Bill, gracias a él logré perder el miedo a salir, y aprovechando eso, salíamos siempre a todos lados.

– ¿sabes algo? – dijo Bill mientras caminábamos en un parque.

– ¿qué cosa? – lo miré fijamente.

– eres mi mejor amigo. – sonrió al decirme eso y siguió caminando, yo me quedé boquiabierto al escuchar eso, escuchar algo tan simple me hacía sentir extremadamente feliz, nunca había sido considerado el mejor amigo de alguien.

– tu... ¿mejor amigo? – sonreí como un idiota, un idiota muy feliz.

– si, mi mejor amigo.

– pues... tú también eres mi mejor amigo.

– te quiero mucho, Tom. – esbozó una sonrisa mientras me abrazaba, era raro que yo hiciera algo así, pero correspondí.

Él es diferente, él cambió mi vida.

– yo también te quiero mucho, Bill. – se separó bruscamente del abrazo y me miró avergonzado.

– perdón, fue el impulso, tal vez no te gusta el contacto físico y yo ni siquiera te pregunté. – bajó la mirada y yo me reí.

– tienes razón, no me gusta mucho el contacto físico, pero tú puedes darme todos los abrazos que quieras. – Bill abrió los ojos de par en par.

– ¿es decir que solo yo puedo? – asentí con la cabeza.

– exactamente. – sonrió y sin problemas lo dejé que me abrazara de nuevo. Era la mejor amistad que pude conocer, y no pensaba desperdiciar eso, tenía que valorarlo.

– eres muy cariñoso, ¿cierto? – asintió mientras me miraba a los ojos.

– me criaron con mucho amor, y por eso siempre he sido muy cariñoso. – sonreí, a pesar de que me entristecía un poco que en mi caso no fue igual.

– me alegro mucho... bueno, ¿quieres hacer algo más?

– yo no lo sé, ¿y tú?

– yo quiero comer, tengo hambre. – Bill me miró muy sorprendido y después se empezó a reír.

– ¿hambre? Acabamos de comer. – me reí al igual que él.

– me da hambre después de comer. – nos reímos y seguimos caminando hasta llegar a otro lugar para comer.

Como siempre, me la pasé muy bien junto a Bill, ya era costumbre que mis días a su lado fueran tranquilos, al parecer ya había ganado en la vida, supe el verdadero significado de la amistad.

Llegué a casa y lo primero que vi fue a mi padre apuntándole a un hombre en la cabeza con una pistola, era algo normal para mi, así que no tuve reacción alguna, el hombre miró muy asustado cuando entré a casa, me pedía ayuda con la mirada, pero pasaron menos de 10 segundos y mi papá le disparó.

– ¿qué hizo? – pregunté mientras observaba el cuerpo sin vida de aquel hombre en el suelo.

– dió información mía, pero sabes que no sirve de nada. – dijo mi padre mientras guardaba el arma y pateaba el cuerpo.

– mhmm, debió callarse. – asintió con la cabeza, dándome la razón.

Me dirigí a mi habitación mientras subía las escaleras y escuchaba a mi padre ordenarle a uno de sus hombres que limpiara el desastre que había dejado, realmente no me importó nada y me encerré a dormir un rato.

No supe cuánto tiempo pasé dormido, hasta que me despertó una llamada, con mucho sueño y con la poca consciencia que tenía, tomé mi celular y a duras penas pude ver que era Bill.

– ¿Hola? – dije con la voz adormilada.

– ¡Hola, Tom! ¿Estás bien? – contestó Bill con un tono alegre y a la vez preocupado.

– si, todo bien, solo estaba durmiendo. – me reí y Bill suspiró más tranquilo.

– bueno, te hablaba para decirte que planeé una salida con Gustav y con Georg, y quería saber si querías ir.

– ¿a donde? – me tallé los ojos y me pude despertar más.

– al centro comercial. – fruncí el ceño.

– ¿al mismo de siempre? Ya hemos ido ahí muchas veces. – antes de que pudiera seguir hablando, Bill me interrumpió.

– Si quieres, podemos ponernos de acuerdo para salir a otro lugar.

– no... no te preocupes, si te gusta ese centro comercial, vamos allá.

– pero... ¿no te vas a aburrir?

– claro que no, siempre que estoy contigo me divierto mucho. – lo escuché que soltó una risita casi inaudible.

– yo también me divierto mucho cuando estoy contigo, Tom... pero bueno, me salí del tema. Entonces, nos vemos el mañana a las 6 de la tarde, en el centro comercial.

– ahí estaré, nos vemos. – sonreí y colgué la llamada. Me quedé viendo al techo por un rato, aburrido y sin saber que hacer, así que decidí bajar por algo para comer.

Bajé y me dirigí hacia la cocina, pasé por un lado de mi padre pero ni siquiera le hablé, no éramos nada cercanos, así que ya era costumbre. Me puse a prepararme un sándwich, hasta que mi papá fue quien tomó la iniciativa de hablar.

– que bueno que bajas, contigo quería hablar. – lo miré a través de la barra, pero lo ignoré completamente y me seguí preparando mi sándwich, cuando lo terminé de preparar, salí de la cocina y me puse en frente de mi padre, esperando que hablara.

– ¿qué pasó? – pregunté sin mucho interés mientras le daba una mordida a mi sándwich.

– siéntate, es importante. – él me hizo una seña invitándome a sentarme a un lado de él y yo me senté y me di una vuelta para mirarlo a la cara.

– perdóname... – bajó la mirada mientras sollozaba, me preocupé demasiado, porque sabía que cuando él lloraba o estaba a punto de llorar, realmente estaba pasando algo grave.

– papá, no llores, dime qué pasó... – me miró y trató de calmarse.

– sé que apenas te estaba dejando salir con tus amigos y ser libre, pero sabes que tengo muchos rivales, y... me acaban de decir que te tienen en la mira.

– ¿a que te refieres?

– me refiero a que te tienen observado cuando sales, y quieren hacerte daño, para vengarse de mi, quieren darme en donde más me duele. – fruncí el ceño y me cubrí la cara con preocupación.

– papá, no me digas eso, mañana tengo que salir.

– no puedes salir, hijo, tu vida está en peligro, no quiero que te pase algo. – negué con la cabeza y me seguí aferrando a mis planes.

– son solo amenazas, papá, no me harán nada.

– tienes que hacer caso, no puedo ponerte en riesgo de esa manera.

– te prometo que estaré bien. – se quedó pensando por un momento.

– está bien, pero irán escoltados. – sonreí ampliamente mientras lo abrazaba y le agradecía.

– ¡muchas gracias, papá!