07

93 16 0
                                    

Sabía que mi padre me iba a recompensar si mataba a Bill, y cumplió. Me dió más poder, hizo que me volviera más pesado, y me dió una cantidad demasiado grande de dinero.

El cariño que yo le tenía a Bill era demasiado grande, pero mi ambición lo era aún más.

Desde ese día, Bill no ha parado de aparecer en mis sueños, o más bien, pesadillas.

La consciencia no me dejaba tranquilo.

Pasando al rededor de dos meses, ya no podía más, no quería comer, me sentía muy asustado, incluso alucinaba, algunas veces estaba despierto, y veía a Bill, cosa que me hacía asustarme mucho y llegué a gritar por eso.

Una noche, tomé una decisión.

Era de madrugada, nadie estaba despierto a esta hora, así que me levanté de mi cama y fui por una de mis armas.

Ya estando cargada, la coloqué en mi cabeza, mientras miles de pensamientos pasaron por mi mente.

Ni todo el dinero del mundo lograría quitarme esta preocupación.

Si pudiera pedirle perdón a Bill, lo haría una y mil veces sin pensarlo, él no se merecía esto por culpa de mi avaricia.

Pero un perdón no arregla nada.

Finalmente, jalé el gatillo.

Finalmente, jalé el gatillo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Vínculos prohibidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora