ℂ𝕒𝕡𝕚𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟜

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Luego de estar dos jodidas horas arreglándonos terminamos. Yo con un vestido corto de tirantes y Sophie con un top y falda.

-Somos unas jodidas reinas. -habla Sophie mirándose al espejo.

-¿Estas segura de que vallamos así? -dudó mirándome al espejo junto a ella.

-Obviamente, nos vemos increíbles y verás como todas las miradas estarán puestas en nosotras. -agarra su bolso dirigiéndose a la puerta.

-Pero no quiero que me miren. -ella me mira extrañada.

-Chica, ya todos te han visto por lo qué pasó con Sebastián. Es inevitable que no te miren ahora. -Me agarra la mano a la vez que toma mi bolso arrastrándome fuera con cuidado de no ser vistas.

Odio llamar demasiado la atención o al menos eso aparento. En este internado debo ser lo menos vista posible. Si me gusta que me miren y estoy segura que en este internado hay más que les gusta, pero a pesar que me guste no quiero llamar demasiado la atención porque no se con qué clase de personas conviviré estos dos años.

Vamos entre los pasillos y llegamos a una puerta debajo de la escalera, entramos y caminamos por el pasillo. Es todo oscuro y tenebroso, la piel se me eriza imaginándome millones de escenarios posibles. Llegamos a una habitación llena de licores, libros, muebles y polvo.

-Ayúdame. -pide Sophie acercándose a un mueble y moviéndolo como puede, la ayudo dejando ver un pasadizo.

Entramos y Sophie baja una palanca haciendo que el mueble vuelva a su posición inicial cerrando nuestra salida. Caminamos por unos tres minutos hasta que volvemos a otra habitación donde se encuentran millones de pasadizos.

-¿Como hicieron todo esto? -miro a Sophie.

-Oh querida. Nosotros nunca lo hicimos, nuestros ancestros si y no para fiestas. -sonríe mirándome y luego camina por uno de los pasillos.

-¿De que hablas? -La sigo.

-En algún momento lo sabrás, pero no hoy y mucho menos ahora. -sigue caminando hasta el final donde hay unas escaleras, subimos escuchando el retumbar de la música, salimos de ese lugar y caminamos por el bosque en dirección a una cabaña llena de personas.

-Me estas dejando con el chisme a medias y eso es una tortura. -Hago mala cara y veo que ella ríe.

-Lamentó torturarte, pero ya más adelante sabrás más detalles del chisme. -sonríe y yo niego riendo.

Entramos a la cabaña, el lugar es gigante, deben haber como mil o dos mil personas y aún sigue habiendo espacio. Caminamos entre la gente hasta la barra donde hay un barman.

-Whisky, por favor. -pide Sophie mientras veo el lugar.

En lo que se supone que es el salón se ve la primera pista de baile, porque está claro que improvisada no es. Están los sofás y puf en las esquinas donde muchas de las parejas se enrollan, pero no solo se enrollan ahí, si no que en las esquinas, pistas de bailes -porque hay dos más-

-¡Todos al agua! -grita un chico corriendo quitándose la remera por una puerta que lleva al patio, muchas personas lo siguen dejando un poco más vacío el interior del lugar.

-Ten. -Sophie me extiende el vaso con Whisky y yo decido tomarlo bebiendo un trago.

-Gracias. -sonrió.

Paso gran parte de la fiesta con Sophie, hasta que decido que debo hacer mis propias amistades y no estar pegada a una sola persona donde puede que yo misma me aísle. Camino por la fiesta con mi tercer o creo que cuarto vaso buscando con quien socializar hasta que un chico alto y morocho se me planta en frente con una sonrisa.

Mi Oscura RealidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora