『Capitulo 2』

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Y por fin el segundo capítulo inicia...

Siguió así, poco a poco, acabándose los cigarrillos, el aire limpio y las cajas, llevándolo a aquel momento en el que solo le quedaba un cigarro entre los artríticos dedos el último de su vida, cada calada, cada suspiro, cada salida y entrada de h...

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Siguió así, poco a poco, acabándose los cigarrillos, el aire limpio y las cajas, llevándolo a aquel momento en el que solo le quedaba un cigarro entre los artríticos dedos el último de su vida, cada calada, cada suspiro, cada salida y entrada de humo valió totalmente la pena, encendió el último y con un extremo cariño acarició el pequeño aparato, dejándolo una última vez en el banco, tomó cada calada como la última disfrutando cada segundo, hasta que la calilla se hizo pequeña, indicándole que era la hora.

Era su momento, el más esperado de todos.

Jugando con la tira entre sus dedos la dejó caer juguetona mente, pasando por su mente mientras veía todo en cámara lenta, ¿que tan divertido sería si en ese preciso momento estalla?, ¿y si se quema y no queda ni su sombra?, ¿acaso alguien se daría cuenta?, ¿el viejo subiría o no?, que gracioso, ¡que gracioso!, sin duda alguna el chiste más gracioso contado antes, el albino se rió de manera lunática mientras veía toda su vida, cada momento, sentimiento, sensación o incluso el más pequeño detalle...todo pudo sentirlo antes de arder por completo.

O eso era lo que planeaba hacer.

Si no fuera porque era sordo, el albino hubiera oído claramente como alguien entra a a su habitación desde la ventana, al otro lado de la desgastada puerta de madera, se oyeron pasos apresurados por el piso de madera y en ese instante se abrió la puerta, dejando ver una silueta al marco de esta, solo Touya pudo observar desde el interior de las llamas como se asomaba la silueta de una sombra.

¿Mamá?

Un cilindro rojo y brillante se asomó de entre las llamas, del cual se soltó una espuma blanca que apagó todo a su paso. El albino se sintió al principio confundido al no sentir más el ardor en su piel, y el calor que tanto anhelaba...el de una familia, una familia verdadera, el humo se desprendió de la tina y sintió como le daban una fuerte bofetada, al tiempo de que era abrazado con fuerza, ahí fue cuando vio ese cabello rubio inconfundible...era Jin, había venido hasta allí a, ¿salvarlo?, bueno ese era el término de la palabra para Jin, más era más correcto "condenar" según el oji gris debajo suyo, lentamente correspondió al abrazo dado.

Se sentía raro, su piel empezaba a tener erupciones por el calor de las llamas, después de todo envolvieron su cuerpo en su totalidad, combinado con la gasolina era peor, esta empezó a quemar por si misma su piel desde el inicio de su entrada, y empezó a sentir un fuerte dolor en su abdomen, arruinando el momento tan emotivo con sus quejidos, y forma de toser tan violenta, Bubaigawara asustado lo soltó y ayudó a levantarse de la tina, llevándolo junto al WC destrozado, empezando el más alto a vomitar impulsivamente, aquel líquido café y espeso, repleto de pequeñas larvas que se alimentaban de su amigo, de apoco como si se tratara de abono.

El chico asustado solo podía sobar la espalda quemada del albino, este seguía dando arcadas fuertes en lo que seguía hundiendo su cabeza en el escusado, mientras el seguía con lo suyo el rubio ceniza paseo su mirada por el lugar, viendo lo deteriorado que estaba, a pesar de ser una residencia cara, incluso se atrevería a decir lujosa, pero más bien esa parte parecía una habitación sacada de alguna película de terror, de esas buenas que salen en Hollywood, no como las que venden en puestos de su comunidad, esas eran mierda.

º[JAULA DE ANIMALES]ºDonde viven las historias. Descúbrelo ahora