º[JAULA DE ANIMALES]º

『Capitulo 3』

Ahora si comenzamos con el tercer capítulo bebé 😎

Touya despertó totalmente asustado, no sabia que había pasado ayer, solo recordaba algo borroso el como Jin y el se encontraban en la azotea cenando y como de repente, al ver la luna todo se volvió negro, levantó su cuerpo del suelo sintiendo una punzada de dolor en su cabeza, era como una rara migraña.

Observó a su alrededor y logró ver que era la habitación de Jin, tenia un tendido en el piso y le estaba dando la espalda a la pequeña ventana del lugar, los rayos del sol pegaban en todo su rostro y parte del pecho, miró hacia arriba y rápidamente cerró los ojos al sentir como le dolían por la exposición repentina, se incorporó mejor en su sitio y talló sus ojos con los puños cerrados, afuera solo había una sola diferencia que de ayer... ¿acaso lo que estaba pasando es que podía oír?

Abrió rápido los ojos y toco sus oídos y luego su cabeza, más sobre esta se acomodaban un par de orejas alargadas y esponjosas, inevitablemente empezó a llorar, cascadas de color carmesí pasaban por los ojos azules de Touya, el pobre no paraba de dar las gracias a algún dios que ni siquiera el conocía, solo agradecía aquel milagro, tapó y destapó con sus manos sus oídos, experimentando el silencio y el ruido, ¿acaso esto era real?, porque si no lo era, no quería que acabara, lo primero que hizo fue levantarse de golpe.

Ignorando el reciente mareo provocado por lo repentino de su levantar, abrió las ventanas y asomó su cuerpo por ella, oyendo el sonido del aire al chocar contra su rostro, podía oírlo todo, cada pequeño ruido y sonido, cada melodía salida de la boca de alguna persona que pasara por la calle distraída, para el ese era un mundo totalmente nuevo, y fue cuando se preguntó así mismo, ¿como se oiría su voz?

Sin esperar mucho trato de decir algo, lo que fuera, pero era tal su impresión que no podía ni hablar, trato de tranquilizarse tomando bocanadas de aire y poniendo sus manos al frente, hasta oírse a sí mismo respirar era fascinante, cuanto extrañaba poder hacerlo, tomó una enorme bocanada de aire, la contuvo en sus pulmones unos segundos y exhaló, —¿H-hola?...n-no puede ser—, había oído su propia voz, era una más ronca de lo que imaginaba, ¿acaso era porque recién se había despertado?, en los libros dicen que es así.

Empezó a vocalizar varías palabras desde la ventana y aún no se lo creía, era demasiado bueno como para ser verdad, o más bien, para que le pasara a él, decidió hacer algo antes de ver otras cosas que sentía raras, como el hecho de caminar, se tambaleaba demasiado, —¡¡Púdrete viejo estoy con vida!!—, grito emocionado por la ventana mientras oía como alguien le respondía, —¡Cállate maldito mocoso ruidoso, no me dejas dormir!—, el chico río fuerte y a carcajadas, su risa era rara, —¡¡La noche es para dormir viejo!!—, termino diciendo esto con un tono quebradizo por la risa.

Levantó sus nuevas orejas y movió la derecha hacia un lado, oyendo a la lejanía se oía a los niños del orfanato en el comedor, probablemente desayunando, se retiró de la ventana y cerró la ventana, pero a juzgar por lo que dice el reloj de Jin, cree que más bien que estarían almorzando, 2:34 p.m, mierda, ¿cuanto había dormido?