Historiacorta. Omegaverse Rosé alfa[menor] / Lisa omega[mayor]
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—¿Otra vez aquí, Lili? —preguntó con cierta curiosidad mi madre Sandara cuando me vió llegar a la pequeña escuela.
Le sonreí dejándole un beso en la mejilla sin decir palabra.
—¿Ya me vas a decir por qué llegas todos los días aquí antes de irte a la escuela?
—No debería haber motivo para ver a mi mami. —traté de jugarmela.
—Aja. Suéltalo Lili.
—Es Roseanne Park, tiene diez años. Estudia aquí y no es tan buena haciendo amigos así que la estoy ayudando con eso, cuando lo logre por su cuenta podre morir en paz —bromee.
—Si me acuerdo de ella —asintió— Es muy tranquila para su edad y se está adaptando poco a poco con el grupo. No imaginé que tú estarías detrás de eso.
—No es como si hiciera mucho, solo le doi ánimo, mami.
Las semanas transcurrieron con normalidad hasta convertirse en meses. Así como la rubia se volvió en un ser demasiado parlanchín, era asombroso el como se había logrado desenvolver con sus compañeros.
Si la menor ya no necesitaba mi ayuda ¿Por qué aún seguía llegando a jugar con ella y los demás?
Suspiré sin entender el desespero de mi loba por ayudar.
Las cosas en la nueva escuela iban bien, incluso hice dos amigas llamadas Kim Jisoo y Kim Jennie, ambas eran pareja destinada y la Coreana pelinegra ya portaba la marca en su cuello, hecho por la de ojos gatunos. ¡Era increíble!
Había aprendido a resignarme sobre la existencia de mi alfa, en mis casi dieciocho años no se había dignado aparecer mientras otros ya eran marcados o estaban siendo cortejados. Claro que no faltaban alfas idiotas que intentaban invitarme a salir, pero yo estaba encaprichada con encontrar a mi alfa y que me hiciera sentir lo que la naturaleza tenía para mí.
—¿Agotada? Deberías dejar las clases extracurriculares Lisa. —Habló Jisoo mientras me dejaba frente mío un delicioso café humeante.
—Solo me perdí en mis pensamientos, Sooya.
—Vas a ingresar a Yongsan Manobal, deberías bajarle a tu sobre esfuerzo y relajarte un poco. ¿Quieres salir conmigo y Jennie por un postre?
—¿Eh? ¡No! No quiero ser la tercera rueda entre tu alfa y tú, pero gracias por la invitación.
