𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏

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-Han pasado 5 años Adrien- mencionó mi padre al otro lado de la línea, por fin contesté una de sus llamadas, mis vacaciones de él habían terminado.

-Sí, lo sé, pero tu fuiste quien me obligó a esto- metí la última maleta de mi equipaje al auto sosteniendo el teléfono entre mi hombro y mi oído.

-Claro que no, nunca quise qué estuvieras lejos de mí-

-Eso lo sé, querías tenerme cerca para seguir controlandome, por eso me fui, padre- respondí mientras empezaba a manejar hacia el aeropuerto.

-Lo creas o no me alegro de que lo hayas hecho y me alegro de que finalmente vuelvas a París- solté un bufido.

-Si regreso no es por ti, he conseguido un empleo en una empresa importante-

-Jamás creí que lo tuyo serían los números, Adrien– habló refiriéndose a mí carrera en administración.

-Jamás quisiste ver quien soy en realidad... solo querías que fuera tu hijo perfecto, modelo de tu famosa marca-

-No es...-

-Adiós padre, te llamaré al llegar- colgué el teléfono, me estaba cansando de escuchar a Gabriel y sus excusas patéticas.

Entré en el aeropuerto y registré mi equipaje, después de todo el papeleo por fin estaba sentado en mi asiento con destino a mi viejo "hogar" o al menos a donde crecí.

No me emocionaba volver a París, para mí, hacerlo era un retroceso, había pasado los últimos años estudiando Administración en Estados Unidos y una pasantía de año y medio que me permitió avanzar mucho más que cualquiera y conseguir la mejor oferta laboral a mis 23 años en una de las mejores empresas del mundo, para mi desgracia, estaba en París.

No podía rechazarla eso era obvio, así que tendría que lidiar con los fantasmas del pasado, eso incluía a Gabriel y Chloe. Esta última sé creía mi dueña solo porque me acosté algunas veces con ella cuando me la encontraba en viajes y excursiones escolares, con ella y otras más pero eso no le quedaba claro.

Desgraciadamente tambien estudió Administración y estuve tres años soportando su insistencia por formalizar una relación inexistente, pude descansar de ella cuando se fue a especializar en hotelería.

Sin embargo, regresó a París hace unos meses a hacerse cargo del Le Grand París ahora que su padre se había retirado y seguramente me buscará cuando se entere que regresé.

-Pasajeros del vuelo 089 bienvenidos a París- el altoparlante me sacó de mis pensamientos y me regresó a la realidad. Mi maravillosa realidad, nótese el sarcasmo. Odio esto, es patético todo el qué regresa o decide quedarse aquí, mis padres, mis amigos y... ahora yo.

Me puse el gorro de la sudadera para pasar inadvertido, si bien ya no era modelo algunas personas aún me reconocían y me pedían fotos, estaba cansado, no quería que nadie lo hiciera esta vez.

-Hermano, por fin volviste, estás tan alto- Nino me estrujaba entre sus brazos, cuando logré salir del aeropuerto, era él único al que me alegraba ver.

-Nino, me viste hace unos meses en Seattle ¿Recuerdas? Me abrazas como si no me vieras desde que salimos de la secundaria- se alejó ayudándome con una de mis maletas y me sonrió.

-A veces así se siente. Creí que nunca volverías a París-

También yo...

-Vamos, no quiero que llores aquí mismo- lo interrumpí.

-No seas cruel, ¿Dónde quedó aquel chico sentimental y tierno?- chilló de forma dramática.

-Ya basta, te comportas como un niño- rodee los ojos y reí. Nino lograba deshacer mi mal humor algunas veces.

-¿Te quedarás en mi apartamento?-

-Solo hoy, mañana iré a ver un departamento cerca de mi nuevo trabajo- caminamos hacia el estacionamiento del aeropuerto. Nino me guió hacía su lujoso auto, al menos él vivía bien aquí.

Metimos las maletas en la cajuela y cuando íbamos a subir al auto escuché a una voz llamándome a mis espaldas, sabía perfectamente quien era.

-¿Qué estás haciendo aquí, padre?-

-Quería venir por mi hijo- le hice una seña a Nino para que se subiera al auto.

-No es necesario, Gabriel-

-Vamos Adrien, hasta cuando seguirás con esto- habló posando su mano en mi hombro.

-Hasta que me de la gana- lancé su brazo lejos de mí y caminé hacia la puerta del copiloto -Ya no pierdas el tiempo conmigo- lo miré una última vez y abordé el auto.

-Te recuperaré Adrien...- murmuró Gabriel a mis espaldas, aveces era, como diría mi odiosa "amiga", ridiculo, totalmente ridiculo.

-¿Todo bien Adrien?- me miró Nino poniendo algo de música en el estéreo mientras arrancaba el auto.

-Sí- suspiré recargandome en el respaldo del asiento- todo bien... - empecé a tararear la canción de fondo -dios, me encanta esa mezcla, es tuya ¿cierto?-

-No creí que lo recordaras-

-Vamos, eres un gran Dj desde la secundaria, jamás olvidaría el toque qué tienes para esto- empecé a golpear mis dedos sobre el tablero al compás de la música.

-Gracias amigo- sonrió geniunamente.

-Estoy tan estresado- me quejé en mi lugar-Deberíamos salir, ir ya sabes a alguno de tus clubes- mencioné, Nino era ahora el dueño de los clubes nocturnos más exitosos, solo de París, pero por algo se empezaba.

-Sí, sobre eso...- empezó a sonar una alarma en el auto- Es mi teléfono, pasámelo - habló nervioso.

-¿Por qué no contestas desde el auto?- señalé la pantalla en el estéreo, estiré mi mano para presionar la pantalla cuando el me dio un manotazo, solté un gemido de dolor -¿Qué te sucede?- lo miré extrañado mientras acariciaba mi mano.

-Lo siento hermano, es que necesito el teléfono- me miró.

-Uy, seguro es Alya- lo piqué, su semblante cambio drásticamente, no entiendo cual era el problema de mencionar a su novia.

-Solo dámelo- le alcance el aparato el cual se encontraba debajo de mi asiento, respondió aquella llamada con bastantes monosilabos, lo noté algo tenso, no quise entrometerme y decidí optar por fingir que era interesante ver París através de la ventana del auto en movimiento.

-Adrien, tendré que dejarte en el departamento y regresar al trabajo hubo un inconveniente- ya había colgado el teléfono y aunque intentaba disimular su tono oscilaba la preocupación.

-Claro, yo entiendo- intenté tranquilizarlo, Nino me dejó en el estacionamiento del edificio donde vive, junto con mis tres maletas y sus llaves, esperaba algo más lujoso, considerando el auto y el nuevo estilo de vida de mi amigo, pero supongo que quería mantenerse en este ambiente más de incógnito.

Me duché y dormí un poco para recuperarme de la diferencia horaria, cuando desperté aún era de día y me moría de hambre, así que salí en busca de algo, no conocía mucho este lado de París así que estuve caminando por varios minutos, todo estaba muy tranquilo, había caminado bastante y sin darme cuenta ya me encontraba a las afueras de la ciudad, nunca había estado aquí, cuando decidí descansar un poco miré aquel negocio enfrente de mi, tenía un letrero de led moteado en colores blanco y rosa qué decía The maid club.

♡♡♡♡
Hola aquí esta el primer capítulo de la historia, espero les guste.

-v.

𝙏𝙝𝙚 𝙢𝙖𝙞𝙙 𝙘𝙡𝙪𝙗 [𝘼𝙙𝙧𝙞𝙚𝙣 𝘼𝙜𝙧𝙚𝙨𝙩𝙚 𝙮 𝙈𝙖𝙧𝙞𝙣𝙚𝙩𝙩𝙚]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora