Un corazón prohibido #5 [Saga: Amores Prohibidos]

Uno

Kate O'Kelly

Veo entre mis manos mis zapatillas de ballet, las azul rey siempre son mis favoritas al bailar, y justo ahora me pregunto cuanto tiempo más debo esperar para usarlas

Soy puntual a mis terapias, tomo los medicamentos que se me indiquen, la espera se me a hecho eterna. Es lo malo de las operaciones,  aveces la recuperación es insoportable y lo e comprobado

—Joven Kate —me llamo Candace, la encargada de atenderme en la mansión de mis padres— ¿Sigue durmiendo?

—No, e despertado hace rato —respondo y dejo mis zapatillas sobre la mesita de noche— ¿Sucede algo?

—Sus padres la esperan para desayunar ¿necesita ayuda en algo?

—Nono, solo necesito unos minutos y bajaré ¿vale?

—¿Qué hay de su medicina?

—La tomaré justo ahora, solo encárgate de pedir lo que me gusta para desayunar

—Entendido

Escucho sus pasos alejarse de la puerta, por lo tanto me dispongo a tomar mi medicina como ya era de costumbre. Salí de mi cama para tomar una ducha, me tome mi tiempo para relajarme con el agua tibia y al estar lista me dirigí al comedor

—Buenos días —salude a todos y tome asiento en mi lugar

—Buen día cielo —me responde papá con una ligera sonrisa— ¿Descansaste bien?

—Todo en orden, papá

—¿Sin molestias? —inquiere mamá con sutileza

—Ninguna molestia en la pierna, mamá —asegure, y al ver que quería preguntar otra cosa me adelanté— Ni en la rodilla, ni el tobillo, ni nada...El medicamento y la terapia ayudan mucho

—Me alegra saberlo, estoy segura de que cuando llegue la siguiente cita con tu doctor, nos dirá que tu recuperación es impecable y podrás volver al bellte en poco tiempo

—Eso espero —tome mis cubiertos para tomar un poco de mi paste— Enserio quiero volver al ballet, la academia the essence of ballet a sido muy generoso al esperar mi recuperación

—Sigue esforzandote de esta manera y lograrás volver —me anima papá— Ellos saben que mi niña es un diamante valioso para su academia

—Aquí van los discursos de padre orgulloso —murmura Dylan entre dientes, ganando una mirada desaprobatoria de parte de mi madre— ¿Qué? siempre hacen eso desde el accidente, no es necesario un discurso motivador cada día

—Dylan O'Kelly más vale que cuides tus palabras —advierte papá— Si yo quiero hacer sentir mejor a mi niña, lo haré, si tienes un problema con ello entonces empieza a desayunar en tu habitación

—Claro, porque a la pequeña de papi no se le puede reprender y se desquitan con el hermano mayor

Oh genial, esto paso de ser un desayuno familiar agradable a una discusión entre mis padres y mi hermano. No entiendo la necesidad de Dylan al reclamar el trato que tengo de mis padres