Mascara

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Justamente como horas atrás, Ciel se encontraba vestido como una chica, tenía puesto un vestido entre tonos azules y negros, tal vez uno de los mejores vestidos que haya visto, ni siquiera su costurera Nina le había echo a su prometida Elizabeth un vestido así. Dicha prenda fuego echa por el mismísimo Sebastian quien había insistido en que no podía utilizar la ropa que había utilizado en la mañana, había dado todos sus argumentos irrefutables para que usará aquel vestido

Apenas llegan a la tienda, la cual estaba cerrada como las demás al rededor, los recibe la chica que había atendido a Ciel en la mañana, deteniendo a ambos en la entrada

-Solo los invitados pueden entrar a la subasta-replica la chica mirando directamente a Sebastián quien sonrie "amablemente" y saca un papel de su bolsillo

-He sido invitado señorita-indica entregándole dicha invitación, la joven examina el trozo de papel asintiendo para guiarlos a la tienda nuevamente, pasan uno de los estantes y se abre un pasadizo poco iluminado

-Sigan el pasillo hasta el final, los estarán esperando en la entrada-explica la chica mientras tomaba una especie de máscara y se la entrega a Sebastián-Debe utilizar esto-dice solamente y Sebastián se coloca la máscara sin chistar, luego ambos se dirigen hacia el pasillo comenzando a caminar mirando a los lados y de atrás hacia adelante verificando que estaban solos

-Mantenga la calma en todo momento Bocchan, si llega a necesitar mi ayuda solo diga mi nombre-dice Sebastián arreglandole levemente la peluca rubia al menor quien solo asiente a las palabras de su mayordomo

Después de unos minutos de caminata llegan a una especie de salón gigante donde se encontraban varias personas reunidas, todos tenían máscaras de diferentes diseños y algunas más ostentosas que otras, dándoles un toque aristocrático a sus dueños

-Son nobles-susurra Ciel mirando los diseños de las máscaras, recibe un asentimiento de su mayordomo y en esos dos señoritas sin máscaras y con el uniforme del local se acercan a ellos

-Buenas noches, Señor sigame por favor-le dice una de las jóvenes a Sebastián quien mira hacia el menor el cual asiente, después de todo no tenían que levantar sospechas de nada-Usted señorita venga conmigo-le indica la otra chica y lo dirige a una sala algo oscura, bueno, muy oscura, no lograba ver mucho con su único ojo descubierto

Todo estaba en silencio y siente como alguien detrás de él le coloca una venda en los ojos y alguien más le inmoviliza los brazos atandoselos en la espalda

-Esta es muy linda-escucha una voz cerca

-Si, la compraran fácilmente-escucha otra voz mientras es llevado a lo que parece ser una silla. Venta de humanos, no le parecía extraño, era muy probable que se estuvieran involucrados con las desapariciones, sabía que no estaba en peligro real pues su mayordomo haría de todo para salvarlo manteniendo así el contrato, aunque una pequeña preocupación paso por su cabeza

¿Y si a Sebastián también lo iban a vender?

Si estas personas tenían algo que ver con la desaparición de aquellos jóvenes, entonces era una posibilidad de que también quisieran venderlo a él pues, y aunque le fuera difícil admitirlo, su mayordomo era muy atractivo, por esa razón para él era fácil seducir mujeres y conseguir cualquier tipo de información 

"Espero que no sea lo que estoy pensando"

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-Disculpe ¿esta ocupado el asiento a su lado? -preguntaba un hombre de cabello canoso con una máscara con motivos dorados y plateados

-Para nada, siéntese con confianza-le indica el joven azabache quien tenía una máscara con rosas azules a sus costados, Sebastián se encontraba sentando entre las personas que se encontraban allí para la dichosa "subasta"

No te vayas de mi lado/Sebasciel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora