« WELCOME OPPOSITE »
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.«Y EMPIEZA LA AVENTURA» Comentó Poppy para sus adentros después de ver como Howdy echaba de su Tienda a Barnaby. Cuando eso ocurría quería decir que el canino se hallaba en el límite de copas que su cuerpo podía tolerar. A pesar de lo avaricioso que es la Oruga y que le encantaría que la quincena del canino derrochara su dinero en bebidas. No permitiría que su Zona de Trabajo se viera ultrajada por las acciones torpes del Beagle.
Poppy se acomodó su sombrero y se acercó al cuadrúpedo. Aunque sea un Gruñón y Grosero de Primera. No es capaz de dejarlo tirado - ¿Quieres qué te de un ala? - Barnaby la miró de reojo mientras trataba de levantarse de una manera torpe. Soltó un resoplido hostil. Dándole a entender a la Flamenco que no necesitaba su caridad. Se levantó por su cuenta y dio un par de pasos tambaleantes. Tropezó con sus propios pies y cayó directo al suelo.
- Incluso ebrio eres más Terco que una Mula. - Se quejó Poppy acercándose al colosal canino - Y como no soy una miedosa. Te ayudaré. Quieras o no. - Espetó sin recibir reclamos de parte del perro. Quien sintió como unos brazos emplumados levantaban su cuerpo. Su cabeza se inclinó reposando sobre el cuello de la mujer ave - Parece que consumir demasiados líquidos te está haciendo EFECTO. - Comentó ante el peso extra que el perro ganó.
Por suerte Poppy es del mismo tamaño que Barnaby y no se le hizo complicado llevarlo casi arrastras a su casa. Las plumas de Poppy se encresparon al ver el interior. Era un desorden de Botellas de Alcohol Barato y Bolsas de Croquetas. Además que el aire estaba contaminado de nicotina. Toda esa porquería pertenecía a la sala. Le daba asco descubrir cómo estaría lo demás. Con cuidado lo colocó en el sillón con menos resortes y dio un suspiro.
- No puedo con este caos. - Con un breve estiramiento de alas y patas, comenzó la Operación Limpieza.
Más tarde ese mismo día. Barnaby despertó con pesadez y con una irritante resaca. Curiosamente tenía un dudoso recuerdo de Poppy ayudándole a llegar a casa. Se sintió apenado por ese encuentro. De ocho vecinos tenía que ser ella. Pero recapacitó que era mejor toparse con la Flamenco que con cierto Cartero al que provocaba rabia. Con pereza se levantó del sillón - ¿Pero qué? - Notó un enorme detalle - Está limpio. - Al menos la sala lo estaba.
Supo de inmediato que esto FUE Obra de Poppy, ¿Quién más lo haría? Ni si quiera Wally era capaz. De hecho al mencionado la idea de colocar un pie en la Casa de Barnaby le daba repulsión. Se relamió los labios resecos. Dio un paso pensando en ir a la cocina a revisar en su nevera si aún le quedaba cerveza. Pero la planta de su pie sintió ALGO suave debajo. Levantó su pata topándose con una Pluma Morada que yacía en el suelo. Obvio que la agarró.
Con su mano libre acaricio la suave bardera. Una pequeña sonrisa apareció en su hocico que se desvaneció al oír que tocaban a la puerta. Gruñó por lo bajo. No quería abrir. Pensó en que sí se quedaba quieto el individuo del otro lado se iría ¿Aún estás en casa? - Inconscientemente la pequeña cola del canino se agitó por la voz femenina. Con apuro escondió la Pluma en un bolsillo interno de su chaleco y recibió a su visita - Buenos días, cachorro. -
Barnaby solamente abrió levemente la puerta para no cegarse con la luz externa - No me llames así. -
- Como quieras, sólo vine para saber si estabas mejor. -
- Un poco... Gracias por lo de ayer... - Susurró.
- De nada, ¿Tienes hambre? Traje unos panecillos. - Alzó la canasta que llevaba en el ala.
Barnaby lo pensó un poco, y es que no tenía deseos de cocinar - De acuerdo. - Abrió la puerta por completo.
SE PODRÍA DECIR, QUE ESA FUE LA MEJOR MAÑANA CON RESACA DEL INMENSO CANINO.