-E-entonces en algún momento perdí el control y-y...s-solo me dejé llevar, cuando recuperé la consciencia de mí misma estaba corriendo a buscarte...-. Utena hablaba por lo bajo con un notorio sonrojo en sus pálidas mejillas mientras regaba las coloridas flores del jardín del instituto.
Kazuma por su parte la escuchaba expectante, en pose pensativa, y también con las mejillas calientes mientras su imaginación volaba.
Aún tenía la imagen fresca de Utena en ese sexy traje de villana, y podía imaginarsela azotando a Tres Magia con una sonrisa perversa.
Sin que él lo supiera, realmente no estaba muy lejos de la realidad, si viera la grabación de Venalita lo sabría, pero Utena se negó rotundamente a que él viera cosas tan vergonzosas que pudieran mortificarla.
Más aún, el propio Kazuma pasó uno de los momentos más vergonzosos de su vida cuando tuvo que acompañar a Utena a su casa.
Bajar a la planta baja de su propio hogar, notando las miradas de sus padres y el rostro estupefacto de su hermanito...mierda.
"Imposible" había dicho Kazuto como si estuviera viendo algo que solo ocurriría en la fantasía, pequeño carbón.
Luego estaba su padre quien extrañamente se limitó a levantar el pulgar y asentir hacia él...¿En serio?
Pero lo peor fue su madre, la sonrisa pícara, el claro malentendido cliché, todo eso y más conformaron una de las experiencias más penosas de su vida.
Sin embargo trataría de dejar eso en el olvido, ahora lo importante era una cosa, concentrarse en la nueva faceta villanesca de su recientemente descubierta sexy amiga.
En serio, Kazuma nunca había notado lo bien dotada que estaba Utena, si, era linda, muy linda, aunque a simple vista no se apreciara, Kazuma que a diario convivía con ella, pudo notar la belleza en los rasgos de Utena, ella tenía una linda cara que probablemente sería hermosa si no fuera por las ojeras que carga y el hecho de que apenas pone atención a su aspecto.
Sin embargo lo de ayer le abrió los ojos totalmente, Utena tenía una figura por la que incluso pensaba en salir con ella oficialmente, su pecho en desarrollo ya presentaba un tamaño agradable que daba indicios de ser prominente en su madurez, su cintura era delgada, de hecho Utena era realmente esbelta y aun con eso tenia unas caderas bastante anchas que lo volvían loco de solo recordar, en especial con lo expuesto que estaba su torso y como cereza del pastel, ella tenia un bonito trasero redondo de burbuja con muslos bien definidos con el grosor ideal.
Mierda, se estaba excitando por pensar en Utena, algo que jamás había creído posible.
-¿Hm? ¿Kazuma-san? ¿Por qué te sientas?-. Utena lo miró de reojo al verlo sentando en el suelo.
-Me siento algo cansado, necesito sentarme unos minutos-. Fue la respuesta de Kazuma con una sonrisa extrañamente rígida y los ojos cerrados en una expresión forzadamente...amable.
-¿T-te sientes bien? ¿Tienes fiebre? Estás algo rojo...-. Utena dejó la regadera a un lado y se acercó al castaño para inclinarse hacia él y posar una mano en su frente. -Hmmmm...no parece fiebre-.
-oye, estoy bien, tranquila-. Kazuma debía admitir que era agradable el contacto, a lo largo de su vida realmente no tuvo mucho contacto físico con su familia o compañeros de escuela, a su vez ese tipo de contacto fue siendo más extraño en su pubertad ya que realmente no había tenido muchas interacciones y ni hablar de su etapa Nini.
Sentir la suavidad del tacto de Utena era agradable, ella era increíblemente suave, a veces la tomaba por sorpresa o le hacía cosquillas, no solo para molestarla y hacer que se avergüence, también era agradable el contacto...
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De Chicas Mágicas y Hikkikomoris
FanfictionSatou Kazuma estaba seguro de que había sacado la lotería cuando casi muere de un mini-infarto. No en conocer una diosa, esa perra fue lo de menos, ¡pero había vuelto a la vida con una habilidad especial increíble! Aunque...la experiencia lo hizo re...