Hitori Gotou comenzó a pensar que tenía un problema muy serio...
-¿Otra vez tocando a "escondidas"?-. El joven de cabello castaño y ojos verdes hizo esa pregunta con una sonrisa burlona mientras ingresaba al salón del club de música.
-S-Satou-senpai...-. Ella no tardó en reconocerlo, pues había sido una persona recurrente en los últimos días. -s-solo practicaba...-. Ella evitó rotundamente el contacto visual.
-¿Con la puerta abierta?-. El arqueó una ceja, Hitori solo mostró un pequeño estremecimiento. La mirada de Kazuma se suavizó ante la reacción y se limitó a cerrar la puerta tras de sí y tomar asiento frente a la guitarrista. -supongo que puedo ser tu audiencia por hoy-.
El rostro de Hitori se tiñó ligeramente de rojo mientras sus ojos tomaban cierto brillo, ella solo tragó saliva y comenzó a tocar.
Estaba buscando una canción, un arpegio, o algo que sonara bien, pero su mente estaba nublada por los nervios y la ansiedad mientras sus ojos se fijaban en los trastes de su guitarra.
-¿Eh? ¿Te desafinaste? Juraría que tocabas 10 veces mejor ayer, o fue un tiro de suerte?-. Kazuma siguió bromeando un poco, sin embargo los nervios de Hitori crecieron y comenzó a tocar notas al azar provocando algo más parecido a una cacofonía de sonidos de guitarra en lugar de una melodía. -okey okey, eso ya es horrible, detente ya-.
-l-lo siento-. Hitori mantuvo la cabeza agacha mientras dejaba de tocar, por su parte, Kazuma arqueó una ceja mirándola y luego suspiró poniéndose de pie y acercándose a ella, tomó el hombro de la pelirosa, pudo sentir como ella se estremeció ante el contacto.
-Está bien-. Empezó, luego guardó silencio unos segundos, mirando la expresión tímida de Hitori.
Kazuma pensó que era divertido molestarla, pero si solo fuera eso, no se habría molestado en encontrarse con ella a diario si solo fuera por eso, al fin y al cabo tenía a Utena, no, lo que mantuvo a Kazuma cerca de Hitori fue la simpatía.
A diferencia de Utena, Hitori tenía problemas reales, auténticos problemas de comunicación, su ansiedad y incapacidad para la interacción social entraban dentro del espectro autista.
Eso... Le hizo sentir cierta pena.
Hacerse amigo de alguien por pena podría no ser auténtico o conveniente... Pero no iba a detenerlo, reflexionando un poco, aún con su simpatía, Kazuma no tenía un motivo más grande para acercarse a Hitori, más que...
-Eres buena, yo lo sé, tu también lo sabes, te apasiona tocar, incluso si tú motivación es egoísta, lo entiendo-. Finalmente habló con tono suave Pero firme. -¿quieres ser escuchada no?-. Aquella pregunta provocó que la pelirosa finalmente alzara la vista para que sus ojos se encontraran. -Está bien-. Volvió a decir el castaño, esbozando una leve sonrisa. -Te escucho-.
-¡Hm...!-. La sorpresa se acentuó en los ojos de Hitori, un agradable calor invadió sus mejillas y por un momento su mente se despejó de incertidumbres.
Para ella que siempre divagaba y dejaba que ideas cargadas de negatividad y pesimismo llenarán su cabeza, tener la mente en blanco se sintió...liberador.
Es entonces que sus manos comenzaron a moverse por si mismas, sin pensar, sin apegarse a alguna idea, solo fluir, solo dejar que saliera de ella, con dedos ágiles bailando sobre trastes aplicando la presión ideal en la posición correcta y una púa rasgando las cuerdas con habilidad innata.
-ohhh...-. Kazuma adquirió un brillo particular en su mirada.
Poco a poco la melodía se asentaba en el ambiente casi vacío del salón de música, cada tonada provocaba la constante relajación del castaño, no se trataba de una sinfonía relajante como tal, era más un solo algo pesado pero que a sus oídos sonaba agradable, una cuestión de gustos claro está, Kazuma realmente no estaba muy metido en lo que era la música, sin embargo desde que conoció a Hitori adquirió un gusto particular por la música de occidente, el Rock específicamente, se sentía bien a los oídos, si tenía que ponerlo en palabras simples.
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De Chicas Mágicas y Hikkikomoris
FanfictionSatou Kazuma estaba seguro de que había sacado la lotería cuando casi muere de un mini-infarto. No en conocer una diosa, esa perra fue lo de menos, ¡pero había vuelto a la vida con una habilidad especial increíble! Aunque...la experiencia lo hizo re...