Me había levantado contenta y muy inspirada, ayer en el estudio fui muy feliz y reafirme que la música es mi vida, había nacido para ello e iba a luchar para conseguirlo. Bajé a la cocina a prepararme un café con una tostada y me encontré con Juanjo.
- Buenos días.
- Buenos días- me respondió él- ¿Vienes a desayunar fuera?
- Si, me preparo las cosas y salgo contigo.
- Vale, te espero fuera.
Me preparé todo el desayuno y salí fuera, Juanjo estaba mirando algo en su teléfono y cuando me senté a su lado, reconocí una voz.
- ¿Paquita salas?- le pregunto.
- Sí, me encanta.
- A mi también- le digo emocionada.
- Joder que bien, alguien que me entiende- me dice abrazándome- ¿Te sabes la mítica escena del ataúd?
- Como se levante una voz por encima de la otra en esta casa...- empiezo diciendo.
- Cojo un machete y esa persona sale con mi madre compartiendo ataúd y fíjate que es pequeño...
- Y si lo tengo que picar lo pico- acabamos diciendo los dos para luego reírnos.
Nos pasamos todo el desayuno hablando de nuestras vidas, y nos dimos cuenta de que tenemos muchas cosas en común y nos entendíamos a la perfección.
- Eres como yo- me dice Juanjo.
- Si, soy como tú- le respondo- Por eso nos entendemos tan bien.
- Nunca me había entendido tan bien con nadie.
- Pues ahora me tienes a mí- le digo con una sonrisa abrazándole.
- Ai mi Amuh.
- Ai mi Juanjo.
Recogimos el desayuno, y me subí a la habitación a cambiarme, hacía mucha calor y decidí ponerme un bikini blanco y un pantalón de lino del mismo color. Me hice un moño, agarre mi libreta y un pareo, me bajé al jardín y me estire allí a componer. Tenía en mente una letra, para hacer una canción para salir de fiesta y bailarla a las tantas de la noche. Empecé a escribir todo lo que se me venía a la mente, cuando sentí una presencia a mi lado.
- Buenos días- me dijo Violeta
- Buenos días- le respondí dándole un beso.
- ¿Componiendo?
- Sí, hace unos meses me enviaron una base de un pop-house y creo que he conseguido una idea para usarla.
- Me encanta ver lo inspirada que estas últimamente.
- A mi también, me fluyen mucho más las cosas.
- ¿Y con Alex?
- ¿Alex qué?
- No se dímelo tú.
- No hay mucho más que decir Violeta, quiero vivir, sin pensar haciéndole caso a lo que siento.
- Pues no hay nada más que decir y me parece fantástico.
- Hola- dice Alex apareciendo detrás nuestro.
- Mira hablando del rey de Roma- dice Violeta- Voy a grabar una canción con el piano.
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Fortaleza
Fiksi PenggemarLa vida se encarga de ponernos a la gente perfecta en nuestro camino. Y ellos dos parecían estar hechos el uno para el otro.