Toda la confianza que había acumulado por parte de los mensajes de apoyo de sus allegados y de desconocidos por redes sociales se esfumó en el momento que volvió a poner un pie sobre el terreno de juego. La hasta ahora entonces exaltada mirada de sus aficionados había sido sustituida por expresiones de disgusto y proclamaciones del mismo calibre. Aún así era un profesional, y no podía dejar que aquellos insultos tuvieran efecto en su juego porque sabría que si se derrumbaba ganarían ellos.
El ambiente en los vestuarios era inconexo. Había una mezcla entre compañeros que le habían mostrado su apoyo mediante amistosas palmadas en la espalda y palabras de aliento, pero había otros que habían decidido mantener las distancias, ya fueran porque no estaban de acuerdo con su identidad sexual o porque temían ser las próximas víctimas de los periodistas. A los más veteranos poco les importaba lo que dijera la prensa, incluso algunos expusieron directamente su opinión acerca de Nagi y Reo, criticando las palabras que algunas personas les dedicaban durante los partidos.
Reo se sentía completamente agradecido y se esforzó de sobremanera para demostrar que su sexualidad nada tenía que ver con su pasión por el fútbol.
Pero no podía negar que en la soledad de su apartamento parisino, las emociones lo sobrepasaban y las lágrimas se le hacían cada vez más frecuentes, pero se las secaba rápidamente porque sabía que Nagi no tardaría en querer hacer su videollamada diaria. Constantemente se preguntaba como estaría sobrellevando su pareja todo aquello, había leído también muchos artículos maliciosos sobre su pareja al igual que había notado el comportamiento en las gradas cada vez que Nagi salía al campo; pero su inexpresión le hacía imposible saber bien qué pensaba al respecto, y también hacía que esos (en su mayoría) adolescentes maliciosos gritaran los insultos con más fuerza en busca de alguna reacción que le diera mala fama.
- Reooo.
Aquella inexpresividad que tanto envidiaba le saludaba de nuevo.
- ¿Qué tal está mi tesoro?
- Muy cansado, Prince parece que quiere matarnos.
- Bueno, se acerca la Champions League, normal que quiera que estéis en plena forma para los partidos.
- Aún así, nos ha estado poniendo demasiados ejercicios Reooo.
- ¿Qué tal está todo por allí arriba? ¿Alguna novedad?
- Mmmm, Smith sigue sin hablarme.
- Si no quiere hacerlo, no lo presiones. Pero si se niega a colaborar contigo durante los partidos no dudes en contárselo a Prince.
- Pues yo creo que sí que quiere hablar conmigo, siempre me está mirando.
- ¿Oh? ¿Se habrá enamorado de ti? – enunció con un aire sarcástico.
- No digas eso Reooo.
- Es broma, es broma. A lo mejor tiene miedo a ser el foco de atención de la prensa si vuelve a hacer migas contigo.
- Tiene sentido, me llevaba bien con él...
- ...
- ¿Cuánto más va a durar esto, Reo?
Por primera vez en dos meses vio como en los ojos de Nagi se le llenaban los ojos de lágrimas, bajando la cabeza para que su rostro quedara fuera del marco de la pantalla.
- Sei...
- Lo siento, no quería que me vieras así...
Reo aprendió, una vez más, que ambos eran dos caras de la misma moneda.
- No es malo querer llorar de vez en cuando, yo voy a estar aquí apoyándote... Y dentro de unos segundos llorando contigo porque si lloras tú yo lloro contigo.
- Te echo mucho de menos.
- Yo a tí también, mi tesoro. Pero ya nos advirtieron de antemano que esto sucedería, ahora lo que tenemos que hacer es estar unidos y demostrarle al mundo que nada ha cambiado en nosotros, seguimos siendo los jugadores de fútbol que tanto admiraban.
El rostro de Nagi volvió a aparecer tras la pantalla, esta vez con una leve sonrisa que encandiló nuevamente al joven Mikage. Siguieron hablando un buen rato sobre cosas triviales – o el chisme que se traía Chigiri – pero inevitablemente volvieron a un tema que los traía tensos desde hace mucho tiempo.
- Dentro de poco se anunciarán las alineaciones para el mundial...
- No te preocupes, Reo, estaremos ahí.
- ¿Enserio lo piensas? Es decir, Japón sigue siendo un país bastante conservador, lo tendrían muy fácil para dejarnos de lado...
- Reo, somos parte del grupo que salió victorioso de Blue Lock, si no estamos en la alineación va a haber muchas quejas.
Aquellas palabras lograron que Reo recobrara su confianza y cambiara de tema mientras portaba una brillante sonrisa. Gastó toda su saliva en llenar todos aquellos minutos que duró la llamada hasta que sintió como sus párpados rogaban por cerrarse. Se despidió a regañadientes de Nagi y se tumbó en la cama, perdiéndose en sueños donde todo era color mientras Seishirou y él levantaban la tan ansiada copa.
[...]
Nagi Seishirou había mentido, en realidad se encontraba aterrado. Parecía que los medios de comunicación se habían acordado de repente que las alineaciones no tardarían en ser anunciadas. La mayoría de medios tradicionales habían elegido tachar por completo la posibilidad de que la pareja fuera convocada, seguramente en busca de alguna noticia sensacionalista que ayudara a las ventas.
- Deja de hacerle caso a esa mierda, bien sabes que si os dejan fuera el resto tendremos algo que decir.
- Lo sé, pero podrían haber represalias para vosotros también.
- Somos una mayoría, si levantamos la voz suficiente o nos escuchan o les callamos la boca. Además, tenéis mucho apoyo internacional en redes sociales, sois los jugadores de Blue Lock con más seguidores.
- Mhm.
- Uno aquí intentando animar a un amigo que está al borde de un ataque de pánico para que me responda con una onomatopeya.
- Perdón... ¿Y tú tienes algún plan de "exponerte" al mundo?
- No. Ni siquiera he tenido el valor de decírselo a mis padres; a mis hermanas, que siempre me han estado apoyando.
- ¿Y Kunigami?
- No conseguimos llegar a nada, tenemos diferentes mentalidades y prioridades. Ha mejorado estos últimos años, pero su tiempo en Wild Card le sigue pasando factura.
- Pero Reo me dijo que os llamáis constantemente y que a veces se os suben los calores.
- Solo tenemos una relación física.
El albino observó como la expresión en su amigo se volvía amarga y le ofreció su empatía mediante unas leves palmadas en la parte superior de su espalda (gesto que había adquirido de sus seniors). Salieron de los vestuarios con su ropa de calle y se dividieron en una intersección, cada uno dirigiéndose a su apartamento. A Nagi no le había importado mucho la área donde se encontrara su vivienda, confiando en las dotes de Reo; pero Chigiri prefirió situarse en un ambiente más cosmopolita para disfrutar de las ventajas que ofrecía el centro.
El albino sorteó las corrientes de personas – algunas de las cuales lo reconocieron – enfocado en la tarea de volver a casa y dedicarse el resto de la tarde a jugar videojuegos o a mirar fotos de Reo, cuando unos trazos morados llamaron su atención. Al girar el rostro, se topó con una floristería plagada de diferentes tipos de flores, todas moradas. Definitivamente iba a perder la cabeza sin Reo a su lado.
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Boy meets luv
FanficReo Mikage tenía toda la vida planeada incluso antes de haber nacido. Todo el mundo pensaba que seguiría los pasos de su padre y que sería el hijo perfecto: diligente, inteligente, y obediente. Pero un viaje al extranjero le abre la verdad sobre sí...