Capítulo 4

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¿Entretenido? Yo me aburro mucho.



Estoy en clase. No puedo contestar tus mensajes cada vez que te aburras, ¿Dónde estás?



En la facultad. Creía que te hacía ilusión que te mandara mensajitos a escondidas.



Tom, estás loco. Deja de darme toques y mandarme mensajes.



Eres tú el que me da conversación, vamos, ¡Llámame!



Intentaba concentrarme en las lecciones y en los apuntes que me convenían tomar, pero era imposible hacerlo con el móvil vibrando en mi bolsillo constantemente. La factura de ese mes sería enorme pero, la verdad, poco me importaba porque Tom, me llamaba. Y me gustaba. Me recorría un calorcito agradable en el estómago cada vez que me vibraba el móvil y, aunque intentara concentrarme en la clase y olvidarme de que tenía un mensaje, no podía dejar de pensar en qué me abría enviado, deseando contestarle para que me enviara más y más.



Me estaba volviendo loco. La obsesión por Tom, ahora que lo conocía, se me había disparado y no estaba seguro de que fuera algo bueno porque... ¿Qué significaba exactamente lo que estaba haciendo? ¿Lo que hacíamos los dos?



¿Qué quieres de mí?



Le mandé el mensaje directamente, a escondidas, sin pensármelo mucho y, en cuanto se lo mandé, me arrepentí.



-La clase ya ha terminado por hoy. Suerte con el examen de filosofía. - dijo el profesor, sobresaltándome. ¿Ya había terminado la clase? Y no había apuntado nada... Suspiré y me resigné mientras me levantaba de la silla y recogía mis cosas. En la otra mano mi móvil vibró de nuevo y me apresuré a ver el mensaje nuevo.



Es simplemente a ti a quien quiero.



¡Joder, pero como podía hacerme esto a mí! Ser tan, tan... tan encantador. A este paso no tardaría mucho en caérseme la baba y eso, definitivamente no era bueno.



No acababa de entender que estaba ocurriéndome. Con Natalie esto no era así, con ella... todo era mucho más romántico, más tranquilo, nos tomábamos las cosas con calma. ¡Esta relación es a lo loco! Mirarnos y ponernos a cien. Una relación así...



¿Relación? ¿Relación, relación? ¿Qué clase de relación teníamos?



Era mi hermano. Mi hermano gemelo al cual no conocía, de nada. Bueno si, de cosas que no recordaba y no contaban. ¡No contaban! Debía acabar con esto ¡Ya! Buscarme una novia guapa y amable y olvidarme de esta locura que me tenía la cabeza alocada. Agarré el bolso, justamente cuando el móvil volvió a vibrar, dándome un susto de muerte y provocando casi el bolso se escapará de mis manos.



-¡Eh! - oí que me gritaban y me quedé tieso, oyendo un golpe seco tras de mí. Le acababa de golpear a alguien con el bolso cargado de todos los libros más el archivador de tapa dura en las napias. Tragué saliva. Todo el mundo se giró en mi dirección y yo, me volteé lentamente, clavando la mirada en el suelo. Creo que palidecí. - ¡Kaulitz, me has roto la nariz!



Le di la espalda, cargué con todo lo que tenía que cargar y casi salí del aula corriendo.



-¡Kaulitz, de esta te acuerdas! ¡Cuando te coja te voy a dar tal paliza...!



-¡No te abría dado si no metieras las napias en todos lados, capullo! - grité en contestación.


No era de los que se quedaban callados aunque luego me caldearan y tampoco de los que no se defendían. Es más, me metía en peleas a menudo y no solía quedarme de brazos cruzados... aunque casi siempre saliera perdiendo... y me sentía tan intimidado antes de una pelea que las evitaba cuanto podía pero...

Muñeco By SaraeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora