Kurdistán: ¿Sabes, Turquía? Siempre he admirado tus paisajes y tu cultura.
Turquía: ¡Oh, gracias! Pero tengo que decirte, Kurdistán, no eres exactamente la más bonita del Medio Oriente.
Kurdistán: ¡Oh, Turquía, cómo puedes ser tan cruel! ¿Acaso no ves mis montañas majestuosas, mis ríos serpenteantes y mi gente hospitalaria? Me has herido profundamente con tus palabras.
Turquía: Lo siento, Kurdistán, no quise ofenderte. Solo estaba bromeando.
Kurdistán: ¡Bromear sobre mi belleza es un crimen! Me retiro a mis valles para llorar lágrimas de tristeza y mis lagos para ahogar mi dolor. Adiós, cruel mundo... ¡sniff!