7. Desde que tengo 7 años

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Blas

Mordí mi labio para contener la risa al voltear y ver a Juani en el asiento del copiloto con mi suéter puesto y un cono de helado con dos grandes bolas de chocolate.

-¿Ya no estás molesto? -dije burlón al verlo mover la cabeza al ritmo de la canción que sonaba.

-No, ya no, porque admitiste que sí hiciste trampa y me compraste un premio -bostezó.

Reí un poco y di la vuelta para llegar a su casa.

-Creo que Valentina no está -dijo en silencio.

-¿Ah?

-Las luces están apagadas y apenas son las 10 de la noche -hizo una mueca- Vamos, la llamaré desde adentro.

Asentí y entré con él a la casa, que era bastante linda y olía muy bien.

-¿Por qué huele a...?

-Vale adora los inciensos -se encogió de hombros- Hay por toda la casa.

-Entiendo.

-¿Quieres un café?

- S-sí, por favor -mi mirada viajaba por cada rincón de la casa.

Había algunos cuadros, figuras hechas con arcilla, unos botes de pintura junto a algunos pinceles y restos de mezclas.

-Todo lo hace Valentina -Juani leyó mi mente- Algunas veces la ayudo, pero ella dice que le sirvo más si no estorbo.

Lo escuché reír.

-¿Tú no has hecho nada?

-Sí -caminó hasta tomar un cenicero en forma de corazón- Aunque ahora dejamos ahí los collares.

-Te quedó muy bien.

-Ella me ayudó a pintarlo. En realidad es muy talentosa.

-Se escucha agradable.

-Lo es -me sonrió.

El sonido de la puerta abriéndose llamó mi atención, una chica un poco más baja que Juani entró.

-¡Adivina! No me importa, igual te contaré. ¡El chico de la tienda y la chica que lo surte están esperando un hijo! Bueno, obviamente solo lo está esperando ella, pero don Roberto dijo que cuando iba a dejarle la mercancía se encerraban en el viejo cobertizo y ¡ea aquí el resultado... Oh, lo lamento, no sabía que teníamos visita.

-¿Bromeas? Sigue contando -Juan comenzó a reír por mi respuesta.

Ella rió un poco pero continuó.

-Pues eso, ahora están esperando un hijo o hija.

-¿Él se hará cargo?

-Supongo, los vi en la tienda de bebés juntos y él la estaba abrazando.

-¿Qué hacías en la tienda de bebés?

-Necesitaba más aceite -alzó el bote con un niño en la etiqueta- Pero qué mal educada soy... Un gusto, Valentina Díaz.

-Blas...

-Polidori. ¿Quién no te conoce? -me interrumpió riendo- Traje algo de comida, ¿te quedas a cenar?

-Claro.

Ella me sonrió antes de dirigirse a la estufa para empezar a cocinar.

Era pelinegra con dos pequeños mechones en tono rosado en el frente. Su rostro era lindo, con una bonita y respingada nariz, labios en tono naranja y delineador negro con dos puntitos rosados en un costado. Llevaba una falda negra tableada que resaltaba su cintura y un chaleco en tono morado pastel con una playera blanca debajo. Me sorprendí al ver las grandes botas de plataforma que llevaba.

-Sé que soy hermosa, Blas - la vi hacer una pose algo extraña- Pero necesito saber si comes picante o no.

-No mucho.

-De acuerdo -sonrió de nuevo antes de volver al sartén.

Volteé a ver a Juani, quien me miraba con un puchero y la taza de café en las manos.

-Gracias, lindo - sujeté la taza acariciando su mano.

-Él es muy celoso - Mía dejó un plato de comida frente a mí- Suerte con eso. -Apretó su mejilla riendo.

-¿Estás celoso?

-No - apartó su mirada de la mía.

-Los dejo. Iré a dejar mi ropa y vuelvo para comer - sacudió nuestros cabellos- Me llevo esto.

Quitó el plato de nuevo, devolviendo la comida al sartén y tapándolo. Tomó algunas bolsas del sillón y subió.

-No deberías estar celoso, y menos de tu mejor amiga - abracé su cintura- Me gustas desde que tengo 7 años.

-Yo no estaba celoso - sus manos se posaron en mi pecho.

-Cielo, te conozco muy bien - besé sus labios- Te lo dije, chiquito, ahora que te tengo otra vez, no pienso dejarte ir.

-¿Seguro?

-Muy seguro - unió una vez más nuestras bocas- Te quiero.

- Yo también te quiero, Blas.

- ¡Adóptenme! - Valentina bajó emocionada.

Ambos reímos, ella se encargó de servir junto con Juani, y yo me encargué de preparar 2 tazas de café. Nos sentamos para cenar.

-Entonces, ¿Jack y tú son amigos desde que son pequeños?

-Sí.

-Oye, enana -Juani tomó café- ¿Cómo conociste a Jack?

-Va conmigo en artes - se encogió de hombros.

-¡Por eso se me hacía tan conocido eso! - me levanté señalando el cuadro del mar que estaba en la pared- Es de Jack, ¿verdad?

- S-sí - se sonrojó un poco- Pero ya es tarde, hay que ir a dormir.

Se levantó algo apurada, escondía algo y yo lo iba a descubrir.

-¿Te quedas a dormir?

-De acuerdo, bonito - besé su mejilla.

-¡Vamos! - tomó mi mano haciéndome correr junto a él-Bienvenido a mi habitación.

-Es linda.

Comencé a caminar, observando la habitación con detalle. Tenía colgadas algunas fotos con Jack, María y Valentina. También había algunos cuadros y figuras. Era sencilla pero sin perder el toque Caruso.

-Ven - me jaló a la cama- Tengo sueño.

-A dormir, entonces.

Nos acomodamos, y él se recostó en mi pecho. Su mano tomó la mía, llevándola hasta su cabello; entendí lo que quería y comencé a acariciar.

-No tienes fotos conmigo en la pared.

-No nos hemos tomado - se abrazó más a mí.

-¿Es la única razón? - hablé gentil, acariciando su mano.

-Sabes cuál es la otra razón.

-Sí - besé su cabeza- Perdóname.

-Blas, deja de pedir perdón.

-No, no lo haré hasta que vuelvas a confiar en mí.

-Confío en ti -Nuestros miradas se cruzaron.

-No mientas -Besé de nuevo su frente- Te conozco bien y no me malinterpretes, no quiero presionarte, entiendo que te resulte difícil y aprecio mucho que sigas intentándolo.

-Gracias - Me abrazó.

-Gracias a ti.

-¿Por qué dices eso?

-Por dejarme ser parte de tu vida nuevamente - Lo cubrí bien con las mantas.

No respondió, pero sentí sus labios besando mi pecho y luego acomodándose mejor en la cama... No iba a estropearlo, no esta vez.

"-1" ; Juani & BlasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora