1. A mis 9 años

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-Blas me da miedo, no quiero ir allí. -podía ver a Juani, un niño de 9 años, abrazándose a Blas, quien tenía 11 años.

-Tranquilo, pequeño. No te pasará nada malo, te protegeré -respondió Blas.

-¿Lo prometes? -preguntó Juani, levantando su pequeña cabeza.

-Claro que lo prometo... No permitiré que nadie lastime al niño bonito de los ojos azules -dijo Blas mientras tomaba sus mejillas y le daba un beso en una de ellas.

-¡Mierda! -exclama levantándose, luego de haber soñado por milésima vez con la misma situación-. Realmente necesito ir al psicólogo.

Se levanta rápidamente de la cama y se dirige hacia el baño, se le estaba haciendo demasiado tarde para ir a la escuela.

Juani.

Me di una ducha rápida, salí y me cambié con mis pantalones de mezclilla y una camiseta blanca de cuello playero, además del chaleco del uniforme; algo estúpido que solo exijan esa prenda, si me lo preguntan.

-Uy, parece que alguien no despertó de buen humor -dijo Valentina.

-Vete al diablo, ¿sabes por qué estoy así? -le respondí al voltear a verla.

Ella ya estaba arreglada, lucía la típica falda azul entallada que le quedaba un poco arriba de las rodillas, además de lucir una camiseta similar a la mía. También llevaba unas botas negras de plataforma, su maquillaje se componía de un delineado y algo de rubor en las mejillas. Ella era una verdadera diosa.

-¿Qué hay de malo en pasar tiempo con Blas Polidori? -se sentó en la cama.

La miré desaprobatoriamente y continué metiendo los libros en la mochila.

-Ay, no me mires así, sé que te gusta. ¿O me dirás que el beso del viernes no te gustó?

-Me encantó, y ese es el maldito problema.

Ella rió y restó importancia con un gesto de la mano. Ambos tomamos nuestras mochilas y salimos del departamento que compartíamos.

Vivíamos juntos desde hacía poco menos de un año, una decisión que ambos habíamos tomado por nuestra cuenta, intentando escapar. Ella huía de su padrastro, quien según me había contado incontables veces, había intentado propasarse con ella. Su madre al parecer siempre se hacía la desentendida; una verdadera mierda de persona, si tengo que opinar. Muy a diferencia de mi mejor amiga, a quien en realidad admiraba demasiado, ya que, a pesar de todo, Mía seguía siendo una chica alegre y dulce.

Y bueno, en cuanto a mí... lo mío no es tan complicado, pero no me gusta hablar mucho del tema.

-¡Ahí vas! -sentí a Vale jalar mi hombro.

-¿Qué? -pregunté, moviendo la cabeza para mirar hacia donde ella señalaba a la derecha.

Vi que Blas venía junto a Jack y Santi. Cuando volví la mirada hacia Valentina, le dije: -Basta, Valentina, no le pienso hablar más de lo necesario.

Ella hizo un puchero y respondí: -Me costó salir de ahí, no volveré a caer.

-¿Caer en dónde? -preguntó Jack.

-E-en...

-¡En el hoyo que está a la entrada del colegio! Siempre alguien se cae ahí -interrumpió Vale.

-Ah, ya veo -respondió, y asiento nervioso junto a Valentina.

-Oye Valen, ven, quiero mostrarte algo -dijo Jack, llevándola debajo de un árbol y sacando su teléfono para enseñarle algo.

"-1" ; Juani & BlasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora