58 ESTAS ENAMORADO

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Una amiga de la madre de Ramaine que falleció y la única persona que
sabe de su existencia.

El carruaje, que había estado funcionando durante un rato, se detuvo.

— Señora. Estamos aquí.—

Ante las palabras de Kane, Ramaine se bajó del carruaje.

—Te estaré esperando aquí—.

Ramaine le sonrió suavemente a Kane mientras se dirigía a la casa de la
Sra. Potter.

Llama a la puerta y espera un minuto.

— ¿Quién eres?—

Una voz vino desde el interior de la casa.

— Señora. Soy yo. Ramaine—.

Suspiró.

La puerta que había estado bien cerrada se abrió de par en par.

— ¡Ramaine! Hace tiempo que no me comunico contigo, ¿por qué no
viniste? ¿Sabes lo preocupada que estaba? —

La Sra. Potter, quien apareció, dijo con los ojos fijos en algún lugar sobre
su hombro. Perdió su habilidad y perdió la vista.

— Lo siento. He estado ocupada, tenía algo de trabajo. —

Extendió su mano y agarró la mano de la señora Potter.

— No. Ojalá viniera así ¿Alguien vino contigo? —

Sintiendo la presencia, movió sus ojos hacia el lugar donde estaba
parado Kane.

—Sí. Entremos y hablemos—.

—Que así sea.—

Tomé la mano de la Sra. Potter y entré a la casa.
Dejo que la puerta se cierre.

—Zelda. Es bueno verte de nuevo así.—

Llamándola por un nombre aún desconocido, la señora Potter la abrazó
con fuerza.

—Estabas muy preocupada, ¿verdad?—

— Entonces, no puedo ir a buscarte, ¿sabes lo ansiosa que estoy? —

—Lo siento.—

—No. Está bien porque viniste aquí—.

Después de soltarse de sus brazos, agarró su mano con fuerza.

—¿Qué pasa contigo?—

— Eh... fui a la ciudad por un tiempo. Probablemente será tarde, pero si
hubiera sabido que vendrías, te habría dicho que no fueras. —

—Volveré pronto.—

— Bueno. Siéntate por ahora.

Ramaine se sentó a la mesa donde el sol calentaba.

La Sra. Porter maniobró a través del espacio invisible y dejó un espacio
frente a Ramaine.

—¿Qué te pasó para que no pudieras venir?—
Preguntó la Sra. Potter con una expresión de preocupación en su rostro.

— No pasó nada. He estado un poco ocupada—.
Dije con una voz más brillante que de costumbre, sin querer preocuparla.

Solo entonces la Sra. Porter asintió con una expresión relajada, tomó un
sorbo del té frente a ella y lo dejó.

—Tengo noticias que contarte cuando vengas. —

Ramaine la miró con ojos claros.

— Hace aproximadamente un mes, hubo una epidemia en un pueblo
cercano—.

ELLA ES UNA VILLANA, PERO SU ESPOSO ES GUAPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora