Eran sobre las diez de la mañana cuando mi mejor amiga y yo llegamos a la cafetería de nuestra escuela para el recreo. Platicábamos sobre el "gran" concierto que darían al día siguiente una banda juvenil en nuestra institución. Escuchaba a Hanna parlotear sobre lo patética que, según ella, sería dicha banda.
-No te imaginas las ganas que tengo de que se corte la electricidad a mitad del concierto. -Habló irritada.
-No entiendo que tienes contra ellos-murmuré tan bajo como para que solo ella me escuchara.
-Yo? Nada, solo no me caen bien y ya, son demasiado engreídos. Además, sabes perfectamente lo que pasó con Khasel-Rodó los ojos molesta.
-Ya se, pero por lo menos podrías... -intentaba hacerla cambiar de opinión cuando fui interrumpida.
-Oh por dios Lilith cállate, ni que hubieras estado en conciertos de ellos antes.-habló irritada.
-Y tú si? -Iba a seguir hablando, pero justo en ese momento vi a Hanna mirando a la puerta con una expresión confusa.
Al darme la vuelta lo vi, era el, el motivo de mis traumas, mi amor platónico, mi obsesión oculta....
Era Hans Northstrom....Recuerdos... Eso me vino a la mente al verlo. Todas las noches que me colé en su habitación para verlo dormir, las veces que lo observaba desde mi ventana, las veces que lo seguía a la escuela.... Todo.
Me volteé a mirar a Hanna, quien me miraba fijamente, frunciendo el ceño.
Devolví mi mirada a él quien tenía sus ojos fijos en mi mientras se ubicaba al otro lado de la cafetería, en una mesa con uno de los chicos de la clase de Hanna, Khasel. Observé a Hans de pies a cabeza, su cabello negro cayendo por su pálida piel, sus ojos negros y sus labios adornados por un piercing en una de las esquinas. Seguí escaneandolo con la mirada, observé su brazo, en el que estaba tatuada una serpiente. Al levantar la mirada, encontré una expresión burlona en su inmaculado rostro, sonrió disimuladamente al ver mi cara de fastidio e instantáneamente aparté mis ojos de él.
-Voy a clase -le dije a mi amiga antes de levantarme y caminar rápidamente a la salida. Sentía la mirada de aquel chico en mi espalda y en ese momento, en ese preciso instante, esa pequeña necesidad que tenía cuando era niña, volvía a aparecer, está vez, más fuerte.
Que haces aquí Hans?

ESTÁS LEYENDO
La mente en juego
Misteri / ThrillerPara todos aquellos que siguen pensando que siempre hay algo inocente en el amor.