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Y si, aquí estoy, aún en pijama, no encontraba que ponerme, así que cuando Hanna llegó no tuvo más remedio que subir a ayudarme.

-que tal este? -me enseña un vestido rojo, la verdad no me gusta tanto ese color, así que niego-
-hay mujer, eres tan difícil- habla casi rendida, continúa mirando mi armario hasta que lo encuentra, un hermoso vestido negro, ceñido al cuerpo, corto pero no en exceso, perfecto, toma el vestido y me lo lanza, indicandome que me lo coloque, voy al baño y me lo pongo, observando como resalta mi cuerpo-

-que tal? -salgo del baño, esperando su opinión-

-te queda hermoso-me dice sonriendo- bueno ahora es turno del maquillaje-se acerca a mí y comienza a maquillarme, mientras yo me peino-

Al llegar a la fiesta todo fue bastante divertido, empezamos tomando algo y luego de un rato fuimos a la pista a bailar, movíamos las caderas como nunca, al compás de la música, ella fue a buscar más bebida en lo que yo me quedé bailando, al rato sentí unas manos fuertes en mi cadera, ya iba medio borracha, que mas daba un poco de diversión, seguí bailando sin importarme quien me sujetaba, hasta que vi la cara de sorpresa de Hanna, ahí fue cuando me preocupe, gire mi rostro y ahi lo vi, era el.....

-Por qué paras, Liebchen?-Susurró en mi oído, dejándome helada, sus fuertes manos seguían sujetando fuertemente mi cadera, su respiración estaba sobre mi cuello, fue ahí cuando me separé, fui directo hacia Hanna sin siquiera mirarlo, la tome de la mano y la arrastré hacia afuera, podía aun sentir su fría mirada clavada en mi espalda, aún cuando subía al taxi. Trate de despejar mi mente al llegar a casa, pero me fue imposible, porque Hans no era una simple persona, Hans siempre fue mi obsesión y por más que intentara olvidarlo el siempre estaría ahi-

 Trate de despejar mi mente al llegar a casa, pero me fue imposible, porque Hans no era una simple persona, Hans siempre fue mi obsesión y por más que intentara olvidarlo el siempre estaría ahi-

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Al despertar, tenía una resaca horrible, Hanna estaba exactamente igual que yo. Cómo lo sabía? Fácil, ella estaba acostada en el piso alado de mi cama, sobre una rara cantidad de ropa que, supongo, ella había acomodado para estar cómoda. Después de unos largos minutos de plantearme el porqué de mi existencia, me levanté de la cama situándome frente al espejo, observando mi cara de mierda, me gire a buscar mi crema para ojeras cuando por accidente, se levantó mi pijama, dejando ver unas pequeñas marcas notorias en mi cintura. Levanté a Hanna al instante rogando porque recordara algo de lo que había pasado anoche.

-Qué cojones te pasa Lilith?!??-grita dándome un manotaso en la cabeza, empeorando el dolor de la resaca. Se cuando odia que la despierten, pero no pude evitar hacerlo, las marcas me confundieron demasiado-
- Esto pasa- señalo las marcas en el lado derecho de mi cintura, a lo que su mirada se torna indiferente-
-y qué? Seguro te enrollaste con algún chico anoche, no veo el motivo de tu alteración. -Estoy apunto de contestarle cuando su teléfono vibra indicando un mensaje, miro por encima de su hombro y alcanzo a leer el mensaje, pero no fue solo eso lo que me sacó de onda. Más bien fue el remitente de aquél mensaje....

La mente en juego Donde viven las historias. Descúbrelo ahora