Capítulo 7

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— Aegon, te perdoné por todo eso hace mucho tiempo

Sacudió la cabeza.

— ¡Pero no lo merezco!
— Te mereces ser feliz
— Sin embargo, sigo haciendo infelices a las personas que me rodean

Helaena se acercó a él.

— Lo sé, Aegon. Puede que te sientas así, pero no es cierto

Él se burló.

— Por favor. Ni siquiera le agradaba a mi madre
— Lo único que le gustaba a mamá era la idea de ella misma en el trono

Muy bien, él le concedería eso.

— Madre es una hipócrita. Ella niega a los hijos de Rhaenyra mientras los suyos...

Se detuvo y su hermana contuvo el aliento.

— Aegon...

Aegon quería darse una bofetada.

— Perdóname, hermana, no fue mi intención

Pero ella se llevó una mano a la frente.

— ¿Como supiste?

Él sonrió con tristeza.

— No soy el marido que deseabas, Helaena. Y tú y yo sabemos que nunca terminamos del todo nuestra noche de bodas

Helaena se rodeó el torso con los brazos.

— No te enfades con Aemond
— ¿Entonces es Aemond?

Sus ojos se abrieron como una cierva acorralada por un cazador.

— Yo él...

Él puso suavemente una mano sobre su hombro.

— Hel, sabes que no te guardo rencor. Eres mucho mejor que yo, como si fuera Aemond

Ella cerró los ojos.

— ¿Qué vas a hacer?"
— Nada. Si deseas que se anule nuestro matrimonio, entonces no tendría ninguna objeción
— Nunca querría hacerte daño
— Me harías más daño si no fueras feliz

La puerta se abrió y entró Aemond poniéndose los guantes.

— Los dragones están ensillados, Rhaenyra está lista...

Se detuvo al verlos.

Aegon tragó.

— Buenos días, hermano

Aemond miró a Helaena, que todavía tenía la mano en la frente.

— ¿Está ella bien?

La preocupación en su voz hizo que Aegon se sintiera como un tonto por no darse cuenta antes.

— Ella se está... recuperando
— ¿De?

Helaena contuvo el aliento.

— Él lo sabe, Aemond

Su hermano pareció sorprendido.

— Oh. Él-Él lo hace

Aegon apoyó las manos en las caderas.

— Honestamente, ustedes dos. Puede que sea un borracho, pero ciertamente no soy un tonto — Él frunció los labios — Tacha eso, soy un tonto, pero no tanto como crees

Los dos miraron hacia arriba.

— ¿Tú no estás enojado? — preguntó Aemond.
— En lo mas minimo

Su hermana deja escapar un suspiro.

— Le decimos a Rhaenyra?

Aegon se encogió de hombros.

Madre, Tú Me Tuviste, Pero Yo Nunca Te Tuve A Ti...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora