Savior (Titopo)

Parte 6

Roberto le extendió la mano, Gus la aceptó, ruborizándoce en el proceso, como buen muchacho enamorado.

- Ese cabello se te vé bien... - Halagó con una pizca de picardía y audacia, esperando que se ruborizara.

Y así fue, ese cumplido hizo que se sonrojara completamente.

- Gracias... Tito... - Sonrió como imbécil por un poco de tiempo ya que, es obvio, esta re enamorado el muchachito...

Roberto sólo sonrió, le alegraba el hecho de hacer sonrojar y sonreír a Gus.

- ¿Vamos?.

- S-si.

Roberto subió a un Lamborghini de lujo, ¿Cómo se subió? Fácil, elevó las puertas de piloto y co-piloto, tampoco tiene tanta ciencia.

- Es increíble tu coche... - Ahora era su turno de alardear lo increíble del Lamborghini de Rober, por que, sinceramente, lo era.

Roberto condujo todo el camino y Gustavo sólo veía por la ventana pensando en cómo le iba a ir si su madre lo encontraba.

Soltó un suspiro pesado, hasta que Roberto lo hizo saltar al preguntar.

- ¿Te gusta nuestra música?.

- C-claro...

Roberto puso "Invierno del 92".

Escuchar los coros era magia pura y reconfortante...

- Parece que llegamos...

Elevó la puerta para salir y ayudar a Topo.

Topo salió y se quedó atónito, era una mansión... Enorme, tan grande que podés perderte en ella...

- T-tu casa e-es her...mosa...

A Roberto le saltaba una pregunta "¿Por qué titubeaba demasiado?", era normal que lo hiciera, pero ¿Tanto?... algo no andaba bien...

- Dale, entrá, sentite como en casa...

Gustavo iba a encerrarse en una recámara, lo normal, al menos para él.

Roberto lo comprendió...

Le saltaban varios aspectos:

1. Su actitud agazapada.
2. Sus ojeras y ojos rojizos.
3. Su aspecto desaliñado.
4. Su timidez.

Al principio no le tomaba tanta importancia, pero ahora lo sabía.

Sabía que su madre lo trataba para la mierda, esa ocasión fue el exponente de ello.

Se sintió un poco culpable... Pero no es que pueda hacer demasiado, Gus no ayudaba demasiado.

- Oye, Gus, ¿Qué te parece si tomamos unos cuantos tragos? - Propuso viéndolo de una forma algo juguetona.

- Pfff, me vendría excelente... - Dijo con un tono cansado y desanimado.

Fueron al sótano que era un pequeño bar.

Había Vodka, Aguardiente, Mezcal, Tequila, Brandy, Vino, Champagne, y, por supuesto, Grappa con limón.

Tomaron un poco de Mezcal y a Gustavo le ardía un poco la garganta por el porcentaje de alcohol, que era de el 35%, que, joder, para Gus era sentir el mismísimo infierno.

Siguieron con todas y cada uno, pero poco.

Debido a que Gustavo no tomaba demasiado, pues, todos sabemos el resultado ¿No?.

Se embriagó más rápido que Roberto, era obvio.

Ya bajo el influencia del alcohol se miraron a los ojos.

Esos ojos grises que tanto le fascinaban a Gustavo, a pesar de que uno estaba desviado, a él le encantaban esos ojos.

Los ojos avellana, Roberto se perdía en ellos, le encantaban, aunque tuvieran esos lentes.

A ambos no les importaban los defectos del otro, lo que importaba era lo hermosos que eran.

Ambos se acercaron y miraron los labios ajenos.

Y, sucedió, Gustavo sintió algo cálido, el hielo en su corazón se partió en mil pedazos.

Roberto sólo estaba sobrio, actuaba como embriagado, quería besar a Gustavo, ¿Le gustaba? Por supuesto.

Sólo querían disfrutar... Y perderse en la magia del momento...

Continuará.

Ya casi termina esto, gracias por las 300 lecturas.

Gracias Gauchos.