Ahora...
Gustavo, ¿Por qué quedó mal con "Buenos Muchachos"?
Es una excelente pregunta realmente... pues bien, acompañenme a navegar en sus recuerdos...
Flashbacks de Gus...
Bien, aquí estoy de nuevo, sobrellevando las ganas de pegarme un tiro...
¿Por qué? Fácil, por estar enamorado de Pedro...
Dalton, la perfección personificada... o eso creía...
Él había "aceptado" ser mi pareja, todo bien ¿no?, pues si, creo...
Hasta que...
— Me das asco, ¿Sabes que? Termino con esta farza, ni quiero saber de tu velorio... maldito raro...
— Pero-
— Pero na-da, no podés hacer nada mas que llorar por lo marica que sos...
Estas palabras llenas de odio y veneno fue lo que me destrozó, en parte, también les contó a los demás, y fingieron burlarse, ya que me había enterado que Pedro los había amenazado, si me apoyaban, los echaba de la banda...
Mi cabeza es un lío, no sé ni qué ser en estos momentos...
Fin de la narración...
Gustavo estaba con un cuchillo pensando el cómo matar a Alexander, y mientras lo meditaba, una sonrisa sádica se formó en sus labios, al fin... tantos años de tortura acabarían pronto...
Los traumas pasaban por su cabeza, y con ello, una mueca de odio puro se podía ver, junto con una mirada rencorosa.
Llegó a la conclusión de que aventarlo por un barranco enmedio de la noche sería la mejor opción.
¿Cuando lo llevaría a cabo?... No lo sabe... él sólo cuenta con su odio y sus ganas de matarlo.
El llanto empezaba a invadir su rostro, se percató y se secó las lágrimas lo más pronto posible.
Era lo que odiaba, llorar. Los hombres no lloran ¿cierto?
Bien, dejémonos de frivolidades y enfoquemonos mejor en su plan...
¡Eureka! ¡Lo tenía, la presa era suya!
Ahora, era hora de ejecutar el plan y el objetivo...
— ¿Aló? ¿Alex?
— ¿Que querés maldito estorbo?
— Bueno, como no tenés algo mejor que hacer y sos como el Loco Rubén, debés tener demasiaaaaaado tiempo libre...
— Yo no soy com-
— Callate imbécil, tu voz me da jaqueca... Bien, te llamo para ver si podemos vernos allá en el mirador de Bacalao Beach, nada más para charlar...
— Ta' ¿Que hora?
— A las 20
— Argh, está bien, chao
— Vete despidiendo, Chao
Y así terminó aquella llamada, Montevideo no estaba muy lejos de Bacalao Beach, en fin, ¿qué podía perder?.
.
.
.Eran las 18, en 2 horas se verían, pero, ¿Por qué específicamente Bacalao Beach?, en la noche no hay absolutamente nadie y es un punto medianamente fantasma, de día y en vacaciones estaba abarrotado, pero sabía que hoy estaba especialmente desértico.
Se terminó de alistar y salió a dar una vuelta, encontrándose a Tavella de paso, quien lo notó nervioso.
— Che, Topo, ¿Que traes? Nunca te había visto nervioso, así como ahora estás...
Ese apodo, "Topo", por parte de todos, o "Topito", de parte de Roberto.
— Te seré sincero Tave...
— ¿Mataste a alguien?
— ¿Que? ¡No! Solo veré a mi hermano, aunque tengo miedo...
— ¿Y eso por qué? Contame...
— Ammmh, aquí no, Tave, ¿Vamos a mi casa?
— Dale
Y con un amigo fue de vuelta a su casa.
Apenas eran las 18:35, y podía llegar caminando a Bacalao Beach.
Llegando vieron que su casa era de las más ordenadas que Tave haya visto.
Topo cerró la puerta y se sentó en el sofá, Tave lo acompañó.
— Ahora si Topín, contame, ¿Por qué tenés miedo?
— Siento que me matará... ¡Tave, no quiero ir! - Topo soltó unas cuantas lágrimas y abrazó a Tavella.
— Tranquilo, estoy seguro que volverás vivo - Dijo mientras sonreía de manera amigable para animar a su amigo.
— Bueeeh, supongo que tenés razón... - Topo se convenció a sí mismo de que estaría bien.
En verdad si tenia algo de miedo, el miedo de morir a manos de Alexander (que ya habia dejado muy en claro querer matarlo), o que su plan fallara, o peor aún, que sus planes (de Topito y Alex) chocasen...
Eran las 19:05.
— Tave, ya es momento de irme...
— ¿No querés que te acompañe? - Dijo Tave que recibió un: — No gracias- de Topo.
Continuará...
No sé si el siguiente cap sea el último o no...
Bueno, adiós
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Savior (Titopo)
FanfictionTopo, en depresión... No quedó bien con "Buenos muchachos", en resumen, estaba mal, muy mal... Roberto, con el ojo derecho desviado por un mal golpe... Ellos dos, un pobre cordero y una rata muy, pero que muy astuta y gentil.