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Pov Kaila
Recuerdo con mucha claridad el día que obtuve mis poderes de fuego. Antes de que mamá y papá se fueran y cuando Nyan solo tenía tres años
Yo tenía unos cinco...
Yo solo estaba jugando con mi muñeca favorita, tenía un par de botones por ojos de color rojizo y un cabello negro y ondulado. Me gustaba vestirla, peinarla y cuidarla como si fuera mi bebé
Papá siempre decía que algún día, cuando fuera mayor, encontraría al hombre correcto con el cual casarme y formar mi propia familia. A día de hoy sigo sin saber cuál sería el hombre “correcto” para mi
Amaba esa muñeca
Pero de repente, sentí un gran valor en mis manos. Era un calor muy fuerte y sentía como poner mis manos en el mismísimo fuego ardiendo, pero aún así no dolía, al menos solo un poco
Y de la nada... Mi muñeca estaba en llamas. Me quede observando el fuego que brotaba de mis manos con sorpresa, no sabía cómo reaccionar hasta que escuche una voz llamándome
— Kaila — gire mi cabeza encontrándome con mi madre parada delante de mi — Kaila... ¿Que estás haciendo? — cuando ella vio la muñeca en llamas en mi mano me miro con sorpresa y con ¿miedo?, ¿horror?. ¿Por que mamá me miraría de esa manera? Por su tono de voz sonaba molesta ¿Por que mamá estaría molesta conmigo? Yo no hice nada malo... creo — Ella... tiene poderes de fuego —
Sostuve mi muñeca en mi mano con fuerza, por un pequeño momento pensé que estaba haciendo algo realmente malo. Hasta que papá apareció detrás de mamá con una gran sonrisa en su cara
— ¡Ella tiene poderes de fuego! — mi padre se acercó a mi y me levantó en el aire con emoción — ¡Es una prodigio, controla el fuego siendo tan pequeña! Esto es maravilloso, Kai — él sonaba muy feliz, y eso me ponía feliz a mi — Estoy muy orgulloso de ti, Kaila — esas palabras resonaron dentro de mi y me llenaron de alegría
— ¡Jajaja! — empecé a reír mientras papá me agitaba en el aire
Que mi padre estuviera orgulloso de mi me hacía sentir tan valiosa y querida de su parte. Pero cuando mire a mi madre ella seguía viéndose aterrorizada y molesta hasta que papá llamo su atención
— Raya, dile a tu hija lo asombrosa que es. Dile lo orgullosa que estas de ella —
— ¿Mamá? —
De repente, una pequeña sonrisa se dibujo en el rostro de mi madre. Se acercó a mi y me beso dulcemente en la frente
— Definitivamente eres la hija de tu padre, Kai — ella hizo todo lo posible para que sus palabras sonarán sinceras y que mostraran un poco de orgullo, pero en el fondo yo no podía creerlo por completo
