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Finalmente la hora de trabajo había terminado y, con unos colegas míos, decidimos ir a tomar algo en un bar cercano. El siguiente día era fin de semana e ir a beber sonaba como ir a conocer el cielo y disfrutar de las maravillas de éste.

El bar era un lugar grande, había una gran pista para bailar y muchas mesas para agarrar lugar.

—No sabía que en este lugar también había un show de baile —uno de mis colegas habló, apuntando un cartel.

No era un santo, eso estaba claro. Pero, ¿un show de baile? Nunca había ido a un bar en el que bailaran y hasta yo pensaba que era mucho.

Qué día de suerte —rio uno de mis otros colegas.

—¿Lo vamos a ver? —pregunté levemente incómodo.

—Pues claro —me respondió.

Esto iba a ser incómodo. Solo reí con pena y asentí.

Entramos al bar, habían muchas personas, las luces de colores iluminaban cada parte del bar. Mis colegas y yo nos sentamos en una mesa cerca de la pista.

—¿Creen que la bailarina tenga los pechos grandes? —ante el comentario mis colegas rieron y yo solo aparté la mirada.

No me gustaba hablar de mujeres, mucho menos de sus atributos. Me parecía asqueroso hablar tan vulgarmente de una dama.

¿A caso eres estúpido? Claro que estará buena, sino no estaría como bailarina —se burló uno.

Miré el menú de bebidas; ron, whiskey, margarita, tequila, vodka... Suspiré, estos lugares eran abrumadores, llenos de gente, música al tope y alcohol hasta el culo.
Nada salía bien de una borrachera.
Tomaba, claro, pero no era un buen borracho.

Terminé pidiendo una cerveza, tenía pensado en solo tomar algo ligero, sabía en los problemas que me podía meter si me ponía hasta el culo con el alcohol.
Ya había pasado un tiempo de que habíamos llegado. Mientras mis colegas hablaban yo me puse a mirar los alrededores, notando cómo una de las mesas estaba llena. Habían muchas mujeres y 3 hombres siendo rodeados por ellas. Una cabellera blanca y dos pelinegros.
Miré por un rato y después volví mi vista a la pista, la gente bailaba pegada y sensualmente.
Este lugar no era para mí.
La mesera llegó con las bebidas, era guapa y su figura atrayente.

Ey, muñeca. ¿Estás soltera? —uno de mis colegas habló.

Qué atrevido.
La mujer solo rio y le entregó un papel doblado.

—Oh dios, ¿qué te dio? —preguntó con gracia uno de mis otros colegas.

—Ah... Carajo. Maldita perra —soltó enojado al leer lo que decía.

—Joder, hombre. Te mandó a la mierda sin hablar —se burló uno.

Reí internamente, al menos la mujer se daba a respetar con los clientes. Tomé mi cerveza y la abrí.

—¿Ya vieron la mesa de allá? Es el hijo de papi, Toji —la mesa que había visto hace rato volvió a llamar la atención.

—Mierda, con razón las mujeres están allá con ellos... Siempre llamando la atención por su dinero —se quejó.

—¿Quiénes son? —pregunté tras darle un trago a la cerveza.

—Satoru Gojo, Suguru Geto y, el gran pez, Toji Fushiguro —me respondió uno.

—¿Tan famosos son o qué? —pregunté curioso.

—Solo Toji. Su padre era CEO de la compañía familiar Zenin y hace poco tiempo terminó quedando en manos de Toji —pausó —Se casó con una mujer para el beneficio de la empresa pero tiene la mala fama de serle infiel a su esposa.

Wow, eso no me lo esperaba. Con razón toda la atención la recibía su mesa, era de esperarse.

—Los otros dos son solo amigos de él, pero también son de familias pudientes —terminó.

—Ah ya veo —asentí y tomé otro trago.

—Joder, cada que veo su cara hace que me enfurezca. No lo soporto a ese hijo de perra —soltó uno desviando la mirada de la mesa.

Qué intrigante, de cierta manera, me sentía atraído y curioso sobre su mesa.
Di un vistazo más, mis ojos se encontraron con unos esmeralda e inmediatamente desvié la mirada a mi cerveza.
Mierda, eso fue incómodo.
Me centré en tomar mi bebida y perderme en mis pensamientos mientras el tiempo pasaba. No tenía planeado contribuir a la tonta conversación de mis compañeros.

Una media hora pasó y por los parlantes del bar se anunció el incio al baile de teibol.
Ya me quiero ir de aquí.
Mis compañeros estaban emocionados y hablaban con alegría al respecto.

Ahora sí podremos comprobar si Tanaka tenía razón con lo de los pechos —se burló uno.

—Por favor, Yamamoto, siempre tengo razón —Tanaka habló confiado.

—Yo solo espero que tenga un gran culo —rio uno —Dios, de solo pensarlo hace que me emocione —Yamamoto le dio un codazo.

—Mejor ve al baño a jalártela antes del show, Watanabe —se burló Tanaka.

Dios qué par de idiotas con los que me tocó juntarme. Sus pláticas ridículas me enfermaban.
Miré hacia la pista de baile, de la gran cortina salió una mujer. Era de estatura promedio, traía tacones y un calzón rojo. Su cabello café largo y ondulado se movía con cada movimiento que hacía, sus pechos eran grandes y se movían de igual manera.
Me sorprendió que no trajera sostén, bajé la mirada incómodo. Por qué mierda vine. Miré mi lata de cerveza, estaba vacía y decidí pararme a ir por otra.

Voy por otra cerveza —anuncié mientras me paraba del asiento.

—Tráeme una Corona —ordenó Watanabe sin quitar la vista del show.

Me limité a asentir y salí de la zona. Finalmente pude respirar, caminé hasta la barra y me senté en una de las sillas vacías. Suspiré y le pedí al mesero un vaso de tequila, no pensaba volver hasta en un gran rato.

Saqué mi celular y le mandé mensaje a mi compañero de cuarto.
“Tal vez regrese ebrio a casa"
“Ten listo una cubeta para cuando vuelva"

Sin darme cuenta, alguien más se había sentado junto a mi mientras estaba en mi celular, y solo se hizo notar cuando habló.

Deme un vaso de Vodka Stolichnaya —la voz grave hizo que inmediatamente quitara la vista de mi celular.

Continuará...
hola, primer capítulo de esta historia. la hice pq mis daddy issues me lo pedían a gritos (toji te amo)
espero les haya gustado el primer capítulo.


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⏰ Última actualización: Apr 06 ⏰

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𝐀𝐋𝐂𝐎𝐇𝐎𝐋𝐈𝐂 | 𝙏𝙤𝙟𝙞 𝙁𝙪𝙨𝙝𝙞𝙜𝙪𝙧𝙤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora