🌷Día Tres

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☆Nagi primera vez

Reo y Nagi eran novios.

Luego de los acontecimientos de Blue Lock, ambos se dedicaban ferozmente a cumplir su meta y a realizar la promesa que ambos se habían hecho: ganar la copa del mundo. Pero también, mantenerse con el otro hasta el final.

Esa promesa había trascendido a algo más de lo que ambos pudieron prever, pues aunque no fue una sorpresa para nadie, ambos terminaron pasando por un enorme camino lleno de dudas, emociones y nuevas experiencias, para terminar definiendo su relación como algo más, amor.

Apenas llevaban un año fuera de las instalaciones de la "prisión azul", para ambos era raro y curioso que habían entrado siendo amigos y salieron incluso tomados de la mano, suponían que Blue Lock si los había cambiado bastante. 

La agitada vida que ahora Reo y Nagi llevaban como fútbolistas profesionales en la Liga de Inglaterra apenas les daba abasto para verse durante el día y por las noches era aún más pesado por que apenas tocaban un sitio cómodo quedaban rendidos en sueño. Por ende, para Reo fue fácil sacar dos casas en ambos países, la vivienda de Japón quedó a nombre de Nagi, ya que aunque vivían juntos, para el de piel pálida era más reconfortante estar en el tranquilo Japón que en la movida Inglaterra. Por su parte, la casa de Londres era de Reo y el actual lugar donde vivían. 

Los últimos días Reo comenzó a percatarse de algo que lo tenía lo suficientemente preocupado como para ponerle dos cucharadas pequeñas de sal a su café en lugar de azúcar. Y es que, entre más pasaban los días, estos dos menos tenían menos tiempo a solas, los entrenamientos ocupaban bastante tiempo a lo largo de las semanas y los fines de estas, se dedicaban a quedarse en casa a dormir o simplemente acurrucarse juntos. No iba a mentir, ese plan sonaba asombroso, pero hacía mucho tiempo que el Mikage quería hacer algo divertido con Nagi, sabía que su novio prefería quedarse a jugar como comúnmente hacía en las noches, a pesar de que ya casi no era así. 

Sin embargo, la respuesta por parte de Seishiro que había tenido durante el desayuno ese martes, le daba vueltas y vueltas en la cabeza. 

-Nunca he tenido una cita-Pronunció con la mayor calma del mundo mientras se encargaba de comer con calma las tostadas que su novio le había preparado. 

A Reo casi se le cae el bocado de la boca. 

¡Él no iba a permitir semejante barbaridad! Su tesoro había llegado a su vida para que no le faltara nada y tuviera lo mejor de lo mejor, iba a darle la mejor cita del mundo aunque tuviera que vaciar su tarjeta en ello. 

Pensándolo bien, ¿qué lugares solía visitar Nagi para divertirse? El chico no salía demasiado, pero si había un lugar que adorara, fácilmente sería un arcade. 

-¡Mi tesoro!-El de orbes morados se lanzó de su lado de la cama quedando cara a cara con su novio quien ya recién bañado al igual que él, bajó su juego un segundo para ponerle atención-Tú y yo saldremos el viernes a pasear, será una cita así que prepárate, no acepto un "no" como respuesta. 

-Ehh, suena a una completa molestia, hará mucho sol-Se excusó, prefiriendo pegarse al cuerpo de Reo absorbiendo su aroma hasta satisfacer su nariz. Este mismo lo abrazó por igual. 

-¡Mentira! Aquí siempre está nublado-Le desmintió soltando unas risitas. Nagi suspiró cerrando los ojos al sentir los dedos de Reo escabulléndose por sus cabellos aún algo húmedos y masajeando su cabeza-Será divertido, lo prometo. 

-Está bien, si es con Reo será divertido de cualquier modo-Confesó haciendo feliz al otro. 

Esa semana Reo se dedicó a convencer a Chris de darles ese día en particular. El entrenador del Manshine City no pudo objetar ante ninguno de los argumentos de Reo, pues bien era cierto que esos dos se habían estado esforzando, incluso Nagi, de quien su rendimiento había sobresalido notablemente los últimos entrenamientos en equipo, estaba dispuesto a seguir mejorando. Así que sin poder rechistarle el millonario, accedió a darles un tiempo. 

Nagi, por su lado, se estuvo preparando los días que quedaban para salir. La idea de tener una cita, su primera cita con Reo le encendió en exceso, así que queriendo o no, estaba emocionado. Y es que, ¿cómo iba a negase cuando su novio sabía bien que cables mover para convencerlo con esa maldita sonrisa chispeante y esos ojos que lo miraban ilusionados de las posibilidades? Nadie iba a poder resistirse ante tal rostro angélical. 

El viernes por fin había llegado, y tan pronto como dilatoso ambos habían pasado ya la mitad de la tarde juntos y en su propio mundo, llegado a un bonito parque adornado con la nieve blanca como el algodón que caía entre copos en Londres

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El viernes por fin había llegado, y tan pronto como dilatoso ambos habían pasado ya la mitad de la tarde juntos y en su propio mundo, llegado a un bonito parque adornado con la nieve blanca como el algodón que caía entre copos en Londres.

Reo pensaba que si descuidaba a Nagi, este iba a terminar por confundirse con la nieve y perderse entre ella.

—Lamento no tener un plan sumamente preparado, sé que habrías preferido quedarte en casa, calentito con este frío—Le miró. Ambas manos estaban unidas debajo de los guantes que los mantenían tibios.

Nagi giró su vista hacia su novio. Al final del día, pasar una tarde en el arcade con Reo era una ilusión enorme para él. Reo solía aburrirse con facilidad de las cosas, así que de hecho le sorprendió bastante que tuviera la iniciativa de querer jugar algo.

Sería mentira si dijera, que eso no era una ligera inseguridad que él mismo tenía, que Reo se aburriera de él en algún momento, que en realidad no fuera tan interesante y talentoso como Reo decía, que no bastara para que se quedase y él volviera a estar caminando solo por los oscuros pasillos de su antiguo departamento.

—¿Nagi?—Le sacó de sus pensamientos con un curioso llamado—¿Estás bien?

El mencionado asintió.

—Reo—Dijo de igual forma. Si algo amaba Nagi era poder pronunciar el nombre de su pareja—Quédate conmigo hasta el final.

El pelimorado soltó una risilla—¿A qué viene eso?

—¿Lo harás? ¿Te quedarás?—Volvió a preguntar insistente, suavizando su mirada, esa mirada que únicamente Mikage tenía el privilegio de observar.

—Sei—Casi ronroneó en un susurro ante la soledad del parque—Te amo, ¿eso basta para hacerte saber que me quedaré sin importar qué?

Nagi asintió.

—Todo de Reo me basta, por que también te amo más—Confesó.

El peliblanco sintió un peso venirse abajo junto a él hasta que fue derribado en la nieve con su acompañante encima de él revolcándolo y riendo.

Si, quizás Reo nunca se aburra de él, y si lo hace, habrá válido cada segundo a su lado.

En su pensar, ahora quería tener más citas con Reo.













































¡holaaa!
Omg perdonen que haya estado tan flojo este capítulo😭 hoy ando súper cansada y ocupada, pero sabía que si no lo escribía hoy se me iba a juntar todo.

De cualquier modo intenté hacerlo lo más soft posible ;(

Nos vemos mañana! Cuídense mucho💗

NagiReo Week 2024 《🤍💜》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora